/ lunes 24 de junio de 2024

La invasión china a Mazatlán

El comercio que proviene del oriente, en específico de China, ha tomado más impulso por Mazatlán con la llegada de vehículos fabricados en el gigante asiático para distribuirlos en todo el País.

Se trata de unidades vehiculares que a simple vista enajenan al ojo, hasta que a la primera descompostura los usuarios-propietarios pegan el grito en el cielo porque las piezas para repararlos tardan varios meses en llegar.

Quizá eso explique porque de pronto Mazatlán se ha convertido en el estacionamiento más grande de automóviles chinos en todo México.

Al circular por la carretera internacional México 15 al sur se pueden observar inmensos lotes con estas unidades bañadas de polvo, a la espera de llegar a las concesionarias mexicanas y, de ser posible, empezar a ganar mercado a las compañías automotrices estadounidenses.

En este escenario la guerra comercial con la principal potencia económica del mundo lleva un mensaje muy claro de los chinos a los estadounidenses: te puedo pegar hasta en tu patio trasero.

El Faro

La depredación del emblemático Faro mazatleco no comenzó con la construcción de la tirolesa que ha confrontado a autoridades, organizaciones civiles y el empresario que obtuvo la concesión para operar ese proyecto.

La depredación lleva décadas por aquellas personas que han hecho de este patrimonio nacional su lugar para arrojar basura y abandonar animales que se vuelven depredadores de la fauna y flora endémica de esta formación rocosa.

Al sobreponer lo político-comercial sobre la cuestión técnica-científica, se deja un espacio para la especulació y ahí entran todos los demonios que son imposibles de exorcizar.

El deslinde del cuidado del cerro del Crestón que hizo el Patronato Faro Mazatlán IAP, anunciado el domingo y llevado a la práctica el martes, es la consecuencia inequívoca de que cuando hay dinero de por medio, la identidad y la riqueza cultural de un pueblo pasan a segundo plano.

¿La tirolesa está pensada en los habitantes del puerto? Desde luego que no, es un proyecto con fines turísticos que pretende ofrecerse principalmente a los pasajeros de cruceros, quizá con la intención de hacerlos que pernocten por lo menos un día en el puerto y detonen toda la actividad turística.

Sin embargo, un proyecto que evade o vulnera la ley desde los cimientos no augura buenos escenarios, si no, echemos la vuelta atrás con las remodelaciones que ha sufrido el malecón, o construcciones de restaurantes en la franja costera, que con las marejadas las palapas más frágiles quedan desechas.

El dato negro de la extorsión

En los últimos tres años en Sinaloa -según cifras del INEGI- las extorsiones se han disparado acosando a la ciudadanía, hasta un 53 por ciento reporta de 2020 al 2023, el año inmediato que tenemos como referencia, ya que 2024 apenas está en curso.

Sin embargo, la Fiscalía tiene pocas denuncias, y es que en la mayoría de las veces las personas que son víctima de este delito, no acuden a denunciar por varios motivos, entre ellos, es que no hay confianza para que se le abra una investigación y los responsables sean castigados.

Por eso, este es uno de los delitos con más cifra negra no sólo en Sinaloa, sino también a nivel nacional, sobre todo porque un gran porcentaje de las víctimas no logró caer en la trampa que tienen los criminales, que usan los celulares o las redes sociales para atrapar a los incautos.

Una explicación es que, al ser dinero el que comúnmente pierden las víctimas en este tipo de extorsiones, y al sentir que ya no lo recuperarán aunque acudan ante la autoridad, deciden no avanzar en formalizar una denuncia.

Esto se ha vuelto un caldo de cultivo para los delincuentes que hacen su agosto en terreno fértil, mientras no existan mecanismos para que, desde el Estado, se combata estas modalidades que tienen los ciberdelincuentes.

El comercio que proviene del oriente, en específico de China, ha tomado más impulso por Mazatlán con la llegada de vehículos fabricados en el gigante asiático para distribuirlos en todo el País.

Se trata de unidades vehiculares que a simple vista enajenan al ojo, hasta que a la primera descompostura los usuarios-propietarios pegan el grito en el cielo porque las piezas para repararlos tardan varios meses en llegar.

Quizá eso explique porque de pronto Mazatlán se ha convertido en el estacionamiento más grande de automóviles chinos en todo México.

Al circular por la carretera internacional México 15 al sur se pueden observar inmensos lotes con estas unidades bañadas de polvo, a la espera de llegar a las concesionarias mexicanas y, de ser posible, empezar a ganar mercado a las compañías automotrices estadounidenses.

En este escenario la guerra comercial con la principal potencia económica del mundo lleva un mensaje muy claro de los chinos a los estadounidenses: te puedo pegar hasta en tu patio trasero.

El Faro

La depredación del emblemático Faro mazatleco no comenzó con la construcción de la tirolesa que ha confrontado a autoridades, organizaciones civiles y el empresario que obtuvo la concesión para operar ese proyecto.

La depredación lleva décadas por aquellas personas que han hecho de este patrimonio nacional su lugar para arrojar basura y abandonar animales que se vuelven depredadores de la fauna y flora endémica de esta formación rocosa.

Al sobreponer lo político-comercial sobre la cuestión técnica-científica, se deja un espacio para la especulació y ahí entran todos los demonios que son imposibles de exorcizar.

El deslinde del cuidado del cerro del Crestón que hizo el Patronato Faro Mazatlán IAP, anunciado el domingo y llevado a la práctica el martes, es la consecuencia inequívoca de que cuando hay dinero de por medio, la identidad y la riqueza cultural de un pueblo pasan a segundo plano.

¿La tirolesa está pensada en los habitantes del puerto? Desde luego que no, es un proyecto con fines turísticos que pretende ofrecerse principalmente a los pasajeros de cruceros, quizá con la intención de hacerlos que pernocten por lo menos un día en el puerto y detonen toda la actividad turística.

Sin embargo, un proyecto que evade o vulnera la ley desde los cimientos no augura buenos escenarios, si no, echemos la vuelta atrás con las remodelaciones que ha sufrido el malecón, o construcciones de restaurantes en la franja costera, que con las marejadas las palapas más frágiles quedan desechas.

El dato negro de la extorsión

En los últimos tres años en Sinaloa -según cifras del INEGI- las extorsiones se han disparado acosando a la ciudadanía, hasta un 53 por ciento reporta de 2020 al 2023, el año inmediato que tenemos como referencia, ya que 2024 apenas está en curso.

Sin embargo, la Fiscalía tiene pocas denuncias, y es que en la mayoría de las veces las personas que son víctima de este delito, no acuden a denunciar por varios motivos, entre ellos, es que no hay confianza para que se le abra una investigación y los responsables sean castigados.

Por eso, este es uno de los delitos con más cifra negra no sólo en Sinaloa, sino también a nivel nacional, sobre todo porque un gran porcentaje de las víctimas no logró caer en la trampa que tienen los criminales, que usan los celulares o las redes sociales para atrapar a los incautos.

Una explicación es que, al ser dinero el que comúnmente pierden las víctimas en este tipo de extorsiones, y al sentir que ya no lo recuperarán aunque acudan ante la autoridad, deciden no avanzar en formalizar una denuncia.

Esto se ha vuelto un caldo de cultivo para los delincuentes que hacen su agosto en terreno fértil, mientras no existan mecanismos para que, desde el Estado, se combata estas modalidades que tienen los ciberdelincuentes.