Las elecciones del pasado 6 de junio, han sido las más grandes en la joven democracia mexicana. No analizaremos cómo se he llegado a los resultados de estos comicios, dominados por la violencia y, en algunos casos, determinados en mucho por la injerencia de poderes fácticos que ponen en serio predicamento el futuro de nuestra vida pública.
Nos guste o no, estamos ante hechos prácticamente consumados, por lo que a partir de los datos preliminares disponibles podemos advertir los efectos inmediatos y de largo aliento que tendrá la jornada del 6 de junio en la política nacional y regional.
1.- Buena participación ciudadana. Pese a la pandemia del Covid-19 y la violencia que acompañó a estos comicios, los mexicanos dejaron atrás los temores y salieron a votar. La participación ciudadana ha sido del 52%, la más alta en elecciones intermedias desde 1997. No podemos dejar de señalar que el pasado 6 de junio la afluencia a las urnas se vio estimulada por la realización concurrente de comicios locales en 30 entidades de la república y la renovación de 15 gubernaturas. Como sea, la alta participación ciudadana es sin duda una buena noticia para nuestra democracia.
2.- El Instituto Nacional Electoral demuestra su fortaleza. En el gobierno de llamada Cuarta Transformación, el INE ha sido duramente fustigado. El propio presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, ha planteado su aniquilación, por ser en su opinión una herencia del período “neoliberal”. Sin embargo, el INE ha dejado en claro, una vez más, su capacidad para organizar comicios legales, libres, confiables y trasparentes, por lo que se afianza como una institución clave e indispensable en la democracia mexicana.
3.- Se expresa el pluralismo político. En nuestro país, la transición del autoritarismo a la democracia implicó el paso de un sistema de partido hegemónico a un sistema de partidos plural y competitivo. Esta nueva condición de la política nacional, se expresó en las elecciones del 6 de junio, en las que no hay ganadores, ni perdedores, absolutos. Para decirlo en los términos de Giovanni Sartori, todos los partidos que importan han ganado algo y han perdido algo. El poder no ha quedado concentrado en una sola fuerza política, sino que se ha distribuido. Obviamente, después del cómputo de los votos hay quienes han ganado más y quienes han perdido más.
4.- La oposición obtiene más votos que el oficialismo. Si tomamos en cuenta los resultados del PREP, en la elección de diputados federales, todos los partidos de oposición juntos (PAN, PRI, PRD y MC) suman ligeramente más votos que la coalición gobernante (PVEM, PT, Morena y PES). La oposición alcanza 22 millones 056 481 (46.4%) sufragios y el oficialismo 21 millones 336 976 (45.1%).
5.- Por sí solo, Morena no tendrá la mayoría absoluta en la cámara de diputados. En la actual legislatura de la cámara de diputados del congreso de la unión, Morena construyó con artimañas una mayoría absoluta (253 legisladores de 500) que no obtuvo en las urnas, lo que le permitía aprobar, por sí solos, el Presupuesto de Egresos de la Federación y todo tipo de nuevas leyes o reformas a las leyes vigentes. Ya no será igual. Se estima que Morena pueda alcanzar 198 diputados, lo que representa una pérdida de 55 legisladores. Lo anterior significa que Morena ya no tendrá el control de la Junta de Coordinación Política durante los tres años, sino que la presidencia de este máximo órgano de gobierno de la cámara de diputados deberá rotarse con el PAN y el PRI. Ciertamente, Morena pude construir la mayoría simple con sus aliados, pero ello exigirá un proceso de negociación. Es decir, para cualquier reforma legal Morena requerirá un acuerdo con el PVEM y el PT. El presidente López Obrador y su gobierno, comprometidos con la “purificación” de la vida pública, dependerá ahora de dos de las expresiones más perniciosas de nuestro sistema de partidos.
6.- Morena y aliados pierden la mayoría calificada. De manera también artificial, la Coalición Juntos Haremos Historia construyó una mayoría calificada (dos terceras partes) en la cámara de diputados, con lo cual disponían de los votos necesarios para reformar la Constitución. El escenario ha cambiado. Morena y aliados pasarán de 332 legisladores a 280, lo que representa una pérdida de 52 diputados. Sin duda, este es el resultado más importante de los comicios el domingo pasado, ya que modificará la dinámica del trabajo legislativo. Andrés Manuel López Obrador y sus partidos tendrán que negociar con la oposición cualquier reforma a la Constitución. Con ello, regresamos a un sistema de equilibrio y contrapesos entre los poderes y se acota el absolutismo presidencial.
7.- Nueva distribución regional del poder. Las elecciones del 6 de junio, han configurado un nuevo mapa en la distribución del poder. Morena y sus aliados logran un avance muy importante, al ganar 12 de las 15 gubernaturas en disputa y lograr la mayoría en 19 congresos estatales, con lo cual incrementan notablemente su implantación territorial. Sin embargo, Morena pierde la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México y pasa de 30 a 19 diputados en la Asamblea Legislativa de CDMEX.
8.-La rebelión de las clases medias. Un dato sobresaliente, es el hecho de que Morena pierde en las principales ciudades del país: CDMEX, Toluca, Monterrey, Guadalajara, Querétaro, Puebla, Morelia, León, Chihuahua, Mérida, Hermosillo, entre otras. Con ello, lo que podemos advertir es que se abre un divorcio entre el México más desarrollado, urbano, de mayor educación e ingresos y Morena, que se queda con el voto de los sectores marginados, donde funcionan con efectividad los programas sociales clientelares. Héctor Aguilar Camín habla de una rebelión de las clases medias, que mostraron su desacuerdo con el gobierno y las políticas populistas de la 4T.
9.- PAN y PRI: luces y sombras. El Partido Acción Nacional está incrementado significativamente su presencia en la cámara de diputados al pasar de 79 a 114 legisladores, convirtiéndose así en la segunda fuerza política en dicha cámara. El PAN también conservó las gubernaturas de Chihuahua y Querétaro, pero fue derrotado en Baja California Sur y Nayarit y perdió la mayoría en el congreso del estado de Tamaulipas. Por su parte, el Partido Revolucionario Institucional avanza de 49 a 70 diputados federales, pero pasa a tercera fuerza en ese órgano legislativo y además fue derrotado en 8 gubernaturas. El PRI únicamente gobernará 4 estados de la república.
10.- Éxito parcial de la Coalición Va por México. La coalición integrada por el PAN, PRI y PRD tuvo logros parciales importantes. No alcanzó el objetivo de conformar una nueva mayoría en la Cámara de Diputados, pero evitó la mayoría calificada de Morena y sus aliados en dicho órgano legislativo. La Coalición opositora tampoco fue exitosa en las elecciones de las entidades federativas. Queda para estos partidos una lección importante: Morena comienza un proceso de desgaste, pero la marca continúa siendo fuerte. Para el PAN, PRI y PRD, no hay otro camino que caminar unidos rumbo a los comicios del 2024, que ya arrancaron.