Horas después de que Mazatlán fuera descrito por la secretaria de Turismo federal, Josefina Rodríguez Zamora, como una de las 5 playas más seguras en México, la delincuencia le recordó lo contrario y de una forma en que toca las fibras más sensibles de una sociedad que está harta de que la violencia toque a su puerta y no pueda nada.
En teoría la Zona Dorada del puerto, la principal zona turística de la Perla del Pacífico, “está blindada” por las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno.
Sin embargo, la delincuencia conoce de primera mano los puntos débiles por dónde puede generar una crisis de seguridad.
Es imposible cubrir todo el puerto con patrullajes, lo que lleva a la pregunta del millón, ¿se están haciendo trabajos de investigación en el puerto? Sobre todo aquellos que llevan a ubicar a los grupos criminales, sus conexiones políticas y casas de seguridad.
Si así es no hay resultados, entonces lo que sigue es replantearse las estrategias de seguridad para ver si hay claridad en los trabajos que se realizan.
¿Se imaginan si esto pasa un sábado por la tarde en la plazuela Machado?
Sabemos que la prioridad en materia de prevención es el centro del estado, principalmente Culiacán, Navolato y Eldorado, zonas donde se concentra el pleito entre las dos facciones del cártel de Sinaloa.
¿Por qué las autoridades dicen que el puerto está tranquilo y los ciudadanos perciben otro escenario? ¿Cómo se traducen estás mediciones y por qué cada uno tiene interpretaciones diferentes? Como dijo Albert Einstein, “todo es relativo”.
Incluso en los medios de información sus criterios son distintos, pero solo el ciudadano siente el temor al recorrer la calles, al subirse un taxi, al regresar a casa.
Le duele que los espacios que solía utilizar para trasladarse a cualquier lugar ya no están más en condiciones seguras.