“… siendo la ciudad… una pluralidad, debe conducirse mediante la educación a la comunidad y unidad”: Aristóteles.
Han pasado más de 20 días desde aquel lunes 9 de septiembre que en el municipio de Culiacán no ha cesado la violencia.
Casi todos los días hemos amanecido recibiendo información por diferentes medios de comunicación donde nos dicen que hay “poncha llantas” colocadas en diversas vialidades de la ciudad y durante el día y la noche, información sobre sucesos violentos entre personal del ejército y civiles; lo que ha mantenido a la población bajo extrema tensión.
¡¡¡Con la niñez no!!!
Inaceptables los sucesos violentos, inaceptables los agravios a niñas y niños.
Terrible lo ocurrido muy cerca de la escuela primaria ubicada en la colonia 04 de marzo en Culiacán, donde el instinto de supervivencia del alumnado y la reacción de docentes los llevó a resguardarse debajo de sus pupitres mientras concluía un enfrentamiento en las afueras del centro educativo.
Definitivamente este mes de septiembre en Sinaloa ha sido atípico, para comerciantes, restaurantes, profesionistas, docentes, padres de familia y la niñez, para todos; pues de acuerdo con el Informe Diario de Víctimas reportadas por delito de homicidio en Fiscalías estatales y dependencias federales del Gobierno Federal, entre el 9 y 25 de septiembre en el estado se han registrado 84 homicidios, siendo el día con mayor incidencia el 15 de septiembre de este año.
En el mismo Informe Diario, se puede apreciar que durante el mes de agosto de este año 2024, la tendencia de ese delito era alrededor entre 1 y 5 incidentes diarios registrados y en los últimos días alcanzó hasta 14 incidentes, el día del Grito de Independencia, en un territorio con alrededor de 3 millones de habitantes.
De ahí la batalla campal que ha llevado a cabo la ciudadanía para tener acceso al tan anhelado libre tránsito, paz social y el ejercicio utópico de los derechos humanos en territorio sinaloense.
Por un lado, los comerciantes queriendo abrir sus locales y conseguir clientes para llevar el sustento a sus hogares; por el otro la niñez y juventud anhelando acudir a las aulas a recibir su derecho a la educación y el personal docente trasladándose a los centros educativos para brindar los servicios educativos… pero, repito, anhelando hacerlo pero CON SEGURIDAD.
Recordemos el desafortunado momento “viral” de quien dirige la política educativa en el estado, quien grabó un video en una secundaria expresando: “yo no veo por ningún lado el peligro”…
Con el propósito de que la Comunidad Educativa acudiera a clases, claro.
Cero en sensibilidad, Secretaria de Educación, Catalina Esparza Navarrete…
Que su gente de comunicación la oriente, no es posible reaccionar así ante las emergencias, y menos las de “seguridad”.
¿Y las vidas de las y los docentes, del estudiantado, de toda la Comunidad Educativa, Secretaria?
¿Usted las puede garantizar?
Gánese un 10 y el respaldo de la Comunidad Educativa, y ofrezca un buen plan de acción que no comprometa la vida de sus integrantes, déjese de intransigencias… piense también en las y los docentes que diariamente se trasladan al medio rural para dar clases.
¡Plan de acción, Secretaría, no caprichos!
Hace más de 5 años he dedicado las primeras horas de mi día a impartir clases de derecho en diferentes universidades privadas en Culiacán, el ímpetu de las juventudes por llegar al aula a recibir la información y compartir opiniones ha resultado toda una experiencia profesional en la abogacía, pero sin duda el gran reto para esta actividad llegó con la incidencia delictiva que estamos viviendo, pues el poco alumnado que llega al aula, acude atemorizado, avisando a sus padres que ya entró al aula o llega tarde por que espera las primeras noticias del día para conocer cómo está el camino que va a circular antes de llegar al centro educativo.
Según notas periodísticas padres de familia han encadenado las rejas de los centros educativos para que nadie tenga acceso, otros han implementado “protocolos de resguardo”.
La realidad es que se podría perfectamente implementar el sistema de clases a distancia por un tiempo, porque las familias atemorizadas no están llevando a sus hijos y estos se quedan sin ejercer su derecho a la educación, por preservar su derecho a la vida.
¡¡¡No es justo!!!
¿Qué les ofrece a ellos y ellas, Secretaria Esparza Navarrete?
Porque llevan semanas sin recibir la instrucción a la que tienen derecho.
Tengo un caso muy cercano que le manda preguntar lo anterior y espera su respuesta.
En el caso de algunas empresas, han decidido mantener el trabajo remoto como medida preventiva ante los hechos violentos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en su portal define el derecho a la vida como: “Toda persona tiene derecho a que su vida sea respetada. Este derecho debe conceptualizarse en: a) obligación para el Estado de respetar la vida dentro del ejercicio de sus funciones; b) como una limitación al actuar de los particulares, para que ninguna persona prive de la vida a otra".
Los puntos resolutivos de este análisis son:
- El principal derecho que tenemos como población, sin duda ES LA VIDA.
- El peor error, ES NORMALIZAR Y AFERRARSE a hacer algo que nos ponga en riesgo.
- Espero sus respuestas para transmitirlas a mis lectores, Secretaria Catalina Esparza Navarrete.