El plazo llegó y a partir de ayer Mazatlán es gobernado por la primera mujer en su historia.
El escenario que se vive a nivel nacional con la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo como jefa del Poder Ejecutivo permeó a Mazatlán, claro, guardando las proporciones.
Estrella Palacios Domínguez llega arropada por todos los sectores del puerto en un escenario donde la violencia provocada desde el centro de estado siempre termina por dar coletazos en el puerto.
Las problemáticas en el puerto son muchas, entre ellas la inseguridad, pero al terreno de la vida cotidiana los servicios públicos y el tráfico es lo que más pega al ciudadano que va a chambear a la zona turística, a las escuelas, a cualquier punto de la ciudad.
Hasta el momento no queda claro si entre su plan de trabajo viene incluida una política pública que mejore el tránsito en la ciudad.
Mazatlán, que cada vez aumenta en población, ya está rebasado por el flujo vial.
Curiosamente, dos obras son las que mantienen en vilo a dos vialidades esenciales para Mazatlán: el libramiento Colosio a la altura del panteón Renacimiento, donde se construye un paso superior, y la avenida Mazatlán, en el Fovissste Playa Azul, que es utilizada como salida hacia el centro, las playas y la zona norte del puerto.
El caos vial que se genera en estas vialidades en “horas pico” es desquiciante, y los más afectados, en el caso del Fovissste, son sus habitantes al querer salir o entrar a sus calles.
Este tipo de afectaciones molestan tanto que a la larga se traducen en un hartazgo que pueden cambiar la intención de voto.
Este gobierno apenas comienza, pero si en los próximos tres años sigue con este esquema de obras, le pueden pasar factura.
Es cierto que ambas obras son gestionadas por el Gobierno del Estado, pero el Municipio tiene la obligación de solucionar, con vialidades alternas, todo el atasque que se genera.
La avenida Internacional o carretera Internacional hacia el norte, que desde la libre y la autopista lleva hasta el centro del puerto, está convertida en un chiste, sobre saturada, y por si fuera poco, es el centro de operaciones de todas las centrales camioneras que hay en la ciudad.