/ viernes 6 de septiembre de 2024

Trópicos Subterráneos | Cuando el turismo se convierte

“Cuando el turismo se convierte en un medio cuyo fin exclusivo o fundamental es económico, deja de ser un factor estimulante para convertirse en una verdadera lacra.

Hablar de turismo cultural, así, no puede convertirse una trampa para ocultar la realidad, una trampa mortal cuando se tiende al monocultivo turístico. Da lo mismo que sea cultural o no, es igual de destructivo. Los economistas del patrimonio cultural y sociólogos y geógrafos urbanos han puesto de manifiesto las consecuencias de esta visión exclusiva: la gentrificación, ciudades cuyas infraestructuras y planificación están pensadas para el turismo antes que para el habitante o residente. Éste, desplazado a la periferia, es forzado a convertirse en turista de su propia ciudad histórica”. “El patrimonio histórico artístico ante el turismo cultural”, de Francisco J. Falero Folgoso.

Desde Mazatlán está de moda a la joya de la corona, de Life en Español, es una telaraña estroboscópica con luces de neón en la nostalgia de las Olas Altas, esperando afuera para estar adentro y en lo alto del Sky Room, aterrizando en el Bocaccio y después pasar las noches narcas en el Frankie Oh.

Lo de Faleru Folguso no es nada una cita textual cuando es una advertencia, la cual no toman ni tomarán en cuenta más que en el turismo cultural de tomar el sol en las playas

y en los tragos con cervezas bien frías como las nalgas de un muerto ejecutado en una silla portátil y plegablemente fúnebre y funeral en el puerto y en la ciudad de las sombras espectrales, teñidos de colores patrios con la llegada de septiembre con las luminarias, las basuras y las aguas negras en la rentabilidad del turismo cultural es porque lo sostenible-sustentable es el negocio de la simulación y el simulacro con un paisaje ambientalmente acartonado y encajonado presto para las tormentas de mierda, de lodo y de sangre sobre el turismo de masas: la mass media publipropagandística con la mass mediática y la mass fáctica como lacras del realismo sucio en el capitalismo-consumismo de lujo y funeral.

La economía del turismo cultural en el escaso patrimonio histórico marismeño-mazatleco es la fetichización a través del guía turístico cultural, más en el ocio de una información fragmentada, oral y visual, que nada más proyecta la representación más no la significación socioestética cultural de lo “enseñado” al turista cultural, puesto que viene con el destino inevitable del sol, la playa y la diversión de la masificación a la cosificación y la gentrificación en la urbanización del habitante-flotante bajo las luminarias, entre las basuras y sobre las aguas negras marismeñas-mazatlecas.

“Cuando el turismo se convierte en un medio cuyo fin exclusivo o fundamental es económico, deja de ser un factor estimulante para convertirse en una verdadera lacra.

Hablar de turismo cultural, así, no puede convertirse una trampa para ocultar la realidad, una trampa mortal cuando se tiende al monocultivo turístico. Da lo mismo que sea cultural o no, es igual de destructivo. Los economistas del patrimonio cultural y sociólogos y geógrafos urbanos han puesto de manifiesto las consecuencias de esta visión exclusiva: la gentrificación, ciudades cuyas infraestructuras y planificación están pensadas para el turismo antes que para el habitante o residente. Éste, desplazado a la periferia, es forzado a convertirse en turista de su propia ciudad histórica”. “El patrimonio histórico artístico ante el turismo cultural”, de Francisco J. Falero Folgoso.

Desde Mazatlán está de moda a la joya de la corona, de Life en Español, es una telaraña estroboscópica con luces de neón en la nostalgia de las Olas Altas, esperando afuera para estar adentro y en lo alto del Sky Room, aterrizando en el Bocaccio y después pasar las noches narcas en el Frankie Oh.

Lo de Faleru Folguso no es nada una cita textual cuando es una advertencia, la cual no toman ni tomarán en cuenta más que en el turismo cultural de tomar el sol en las playas

y en los tragos con cervezas bien frías como las nalgas de un muerto ejecutado en una silla portátil y plegablemente fúnebre y funeral en el puerto y en la ciudad de las sombras espectrales, teñidos de colores patrios con la llegada de septiembre con las luminarias, las basuras y las aguas negras en la rentabilidad del turismo cultural es porque lo sostenible-sustentable es el negocio de la simulación y el simulacro con un paisaje ambientalmente acartonado y encajonado presto para las tormentas de mierda, de lodo y de sangre sobre el turismo de masas: la mass media publipropagandística con la mass mediática y la mass fáctica como lacras del realismo sucio en el capitalismo-consumismo de lujo y funeral.

La economía del turismo cultural en el escaso patrimonio histórico marismeño-mazatleco es la fetichización a través del guía turístico cultural, más en el ocio de una información fragmentada, oral y visual, que nada más proyecta la representación más no la significación socioestética cultural de lo “enseñado” al turista cultural, puesto que viene con el destino inevitable del sol, la playa y la diversión de la masificación a la cosificación y la gentrificación en la urbanización del habitante-flotante bajo las luminarias, entre las basuras y sobre las aguas negras marismeñas-mazatlecas.

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