/ lunes 22 de julio de 2024

Turismo Vs. caos en las calles

El dinamismo turístico de Mazatlán lleva al menos 15 años, y en ese tiempo no se ha podido desde ningún flanco, un ordenamiento efectivo del transporte en todas sus modalidades.

Sin embargo, el transporte que más desquicia las vialidades, sobre todo en temporadas vacacionales, son los llamados “charteros” que vienen de otros estados en mayor medida los fines de semana a Mazatlán, circulando por el malecón, la Zona Dorada, el Centro Histórico. Con altibajos y una “paz artificial”, la falta de aplicación del reglamento vial en el puerto desata todos los fantasmas sociales.

Las inconformidades de los mazatlecos contra el caos vial a casi todas horas es el reflejo de una autoridad que se ve rebasada por las asociaciones transportistas y los camiones foráneos, que sin ningún control pasean turismo en esos puntos donde no deben.

No son taxis, aurigas ni pulmonías, dicen los transportistas locales, afectados también por esta forma de operar de los camiones charteros.

Sí, reuniones van y vienen entre autoridades y transportistas pero nunca se llega a nada, pues pasa un tiempo y vuelven a desatarse y trabajan como creen que es su derecho. Insistimos, todo esto gracias a la ausencia de las autoridades.

Estudiantes en el fuego cruzado

La falta de certificación de títulos por parte del Gobierno del Estado, tal y como lo establece el Reglamento de Profesiones de Sinaloa, evidencia una arista diferente dentro del conflicto que mantienen las autoridades estatales con las de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Y es que se podría decir que Gobierno tiene la razón jurídica, al negarse a legalizar los documentos oficiales de la UAS, toda vez que la Ley Orgánica de la Universidad no contempla que una persona puede fungir de manera indefinida como encargado del despacho de rectoría, en este caso, para los más de 300 días que han transcurrido desde la separación de Jesús Madueña, ya el Consejo Universitario tendría que haber nombrado a un nuevo rector.

Pero la élite que gobierna la UAS, desde luego, no quiere, porque tiene meses esperando amparos que permitan a Madueña volver a ocupar su despacho del Campus Buelna, sin embargo, la Fiscalía y los jueces ya preparan más vinculaciones con la consabida medida cautelar de mantener la separación. Total que es cosa de nunca acabar.

El problema aquí es puntual. No se trata ya de quién tenga la razón, sino de quiénes son los afectados por este asunto. Los egresados que buscan ya tener sus documentos en regla son quienes están en este fuego cruzado entre ambas partes.

Si bien se dijo que en la reunión de Gobernación el martes 16 pasado, se llegó al acuerdo de dar trámite por parte de gobierno a los títulos, lo cierto es que, conforme pasan los días, más se polariza el conflicto: ahí está la protesta en Radio UAS del viernes 19 de julio, gestionada por la oposición uaseña al cacicazgo de Cuén, que acusa a los micrófonos de la radiodifusora de denostar y atacar a este grupo.

Pero la polarización está en todos lados, todos se llaman rateros, y el conflicto ahí sigue a flor de piel. Veremos si en las próximas semanas se desatoran los trámites o, si por el contrario, todo sigue igual o peor. Los estudiantes nunca deberían pagar las consecuencias de este problema.


El dinamismo turístico de Mazatlán lleva al menos 15 años, y en ese tiempo no se ha podido desde ningún flanco, un ordenamiento efectivo del transporte en todas sus modalidades.

Sin embargo, el transporte que más desquicia las vialidades, sobre todo en temporadas vacacionales, son los llamados “charteros” que vienen de otros estados en mayor medida los fines de semana a Mazatlán, circulando por el malecón, la Zona Dorada, el Centro Histórico. Con altibajos y una “paz artificial”, la falta de aplicación del reglamento vial en el puerto desata todos los fantasmas sociales.

Las inconformidades de los mazatlecos contra el caos vial a casi todas horas es el reflejo de una autoridad que se ve rebasada por las asociaciones transportistas y los camiones foráneos, que sin ningún control pasean turismo en esos puntos donde no deben.

No son taxis, aurigas ni pulmonías, dicen los transportistas locales, afectados también por esta forma de operar de los camiones charteros.

Sí, reuniones van y vienen entre autoridades y transportistas pero nunca se llega a nada, pues pasa un tiempo y vuelven a desatarse y trabajan como creen que es su derecho. Insistimos, todo esto gracias a la ausencia de las autoridades.

Estudiantes en el fuego cruzado

La falta de certificación de títulos por parte del Gobierno del Estado, tal y como lo establece el Reglamento de Profesiones de Sinaloa, evidencia una arista diferente dentro del conflicto que mantienen las autoridades estatales con las de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Y es que se podría decir que Gobierno tiene la razón jurídica, al negarse a legalizar los documentos oficiales de la UAS, toda vez que la Ley Orgánica de la Universidad no contempla que una persona puede fungir de manera indefinida como encargado del despacho de rectoría, en este caso, para los más de 300 días que han transcurrido desde la separación de Jesús Madueña, ya el Consejo Universitario tendría que haber nombrado a un nuevo rector.

Pero la élite que gobierna la UAS, desde luego, no quiere, porque tiene meses esperando amparos que permitan a Madueña volver a ocupar su despacho del Campus Buelna, sin embargo, la Fiscalía y los jueces ya preparan más vinculaciones con la consabida medida cautelar de mantener la separación. Total que es cosa de nunca acabar.

El problema aquí es puntual. No se trata ya de quién tenga la razón, sino de quiénes son los afectados por este asunto. Los egresados que buscan ya tener sus documentos en regla son quienes están en este fuego cruzado entre ambas partes.

Si bien se dijo que en la reunión de Gobernación el martes 16 pasado, se llegó al acuerdo de dar trámite por parte de gobierno a los títulos, lo cierto es que, conforme pasan los días, más se polariza el conflicto: ahí está la protesta en Radio UAS del viernes 19 de julio, gestionada por la oposición uaseña al cacicazgo de Cuén, que acusa a los micrófonos de la radiodifusora de denostar y atacar a este grupo.

Pero la polarización está en todos lados, todos se llaman rateros, y el conflicto ahí sigue a flor de piel. Veremos si en las próximas semanas se desatoran los trámites o, si por el contrario, todo sigue igual o peor. Los estudiantes nunca deberían pagar las consecuencias de este problema.