Mazatlán, Sin. - “¿Qué soy?, soy mamá, soy abuela, soy una enamorada de la poesía. La poesía ha formado parte de mi vida desde siempre, desde mi niñez. Creo mucho en la posibilidad resiliente de la literatura, específicamente en mi caso de la poesía. Creo que todos debemos tener un acercamiento a la lectura, por el gozo, por el disfrute, por el saber que hay otras historias que quizá se asemejan a la nuestra o que quizá sean tan distintas que nos dejan una enseñanza en ambos casos.
Creo que los niños valen toda la pena del mundo. No hay nada más importante que ellos, entendido el cariño para los niños como una guía, como un mostrarles el mundo. Y creo también que se puede hacer mucho; hay una frase que retomó con frecuencia, de Gianni Rodari: “Acercarnos todos al arte, no para que todos seamos artistas sino para que nadie sea esclavo”.
María Muñiz nació en Mazatlán, Sinaloa, México, en la Colonia Klein, que era entonces una colonia de ferrocarrileros únicamente. Su padre era ferrocarrilero.
Estudió en la Federal 1, lo cual comparte que fue una parte muy importante de su historia.
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“Maestros con los que tuve la posibilidad de recibir su enseñanza como el profesor Ángel Hernández, maestro de geografía, cuyo aprendizaje iba más allá de la mera clase. Recuerdo que en los recesos yo le preguntaba en relación a las cosas que me inquietaban; qué es el pragmatismo, qué era el idealismo, por qué se construía la idea de que había pobres y ricos. Eran maestros muy atentos a los alumnos; el profesor Arturo Cundapí Ramos; el profesor Primitivo, estaban tantos, tan atentos, fui de las primeras generaciones de la Federal 1.
Luego me fui a estudiar Enfermería a Monterrey y me fui a trabajar un poco a la Sierra y regresé y aquí estamos”.
“Cuando estaban construyendo el Seguro Social nuevo, yo fui de las postulantes con el hueso sindical que entró ahí. Pero era aterrador ver niños enfermos. Te juro. Era doloroso. Y supe yo, que no. Que es mejor atenderlos cuando están sanos. Que es mejor leerles, platicar.
Bueno, es necesario que alguien haga el papel de las enfermeras, de los médicos por supuesto, pero mi temple no era para tanto”.
Barrio Corazón es un proyecto, un colectivo ciudadano. Por ahí, alguien dijo en Facebook, qué tal si hacemos una Feria del Libro modesta, con autores y libros usados. Y como yo tengo un punto de lectura en la Colonia Francisco Villa, donde trabajo con niños del barrio, les hago eventos, con templete; damos talleres, entonces dije, es fácil hacerlo y más si nos juntamos muchos.
Aquí estamos Luis Antonio Martínez Peña, Arturo Lizárraga, que fue quien lanzó el reto al aire, a ver quién lo cachaba; sin saber a bien cómo se hacía, pero como nosotros llevamos toda la vida haciendo esto, hemos trabajado en la dirección de Difusión Cultural, que después paso a ser el Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.
Después trabajando en el Museo de Arte, que es donde laboro desde hace 24 años como maestra de creación literaria y dando un taller, a quien quiera aprender a escribir, y sobre todo a tomar la literatura como una cosa sería.
Creo que la literatura es un ejercicio serio, no es figurar por figurar, y de que tengo el devaneo de estar en los libros y el escribir me va a dar un estatus social, que no me he ganado de alguna otra manera. Creo que el paso del tiempo aclara quién sí y quién no, ya ves cuantos escritores han existido y cuantos ha logrado pasar el arribo del tiempo”.
SU CREACIÓN
En su camino de vida, María Muñiz ha escrito algunos poemas. “Tengo muchos poemas escritos, de hecho, Julieta Montero y tu servidora, alguna vez fuimos a leer nuestra poesía a Bellas Artes”.
¿A qué le escribe? “Cambia, cambia, dependiendo. El ser humano está construido por vivencias, cada vivencia te va determinando la etapa de tu existencia. Entonces si estás joven, recuerdo que escribía románticos y ardientes poemas.
Una vez, en un evento que se llamó “Siete musas y el pecador”, que el pecador era Neri Córdoba, y las siete musas éramos Silvia Michel, Guillermina Vázquez Dueñas, Julieta Montero, Marcela González de Rico, se me escapan nombres.
Después de este evento se pidió hacer una antología de poesía erótica, entonces, es cierto que el ser humano es un actor del erotismo, pero el punto es que de pronto, a ti, mujer, te digan: escribe sobre poesía erótica y vamos a publicar un libro… Dije yo, no. Soy algo más que una generadora de erotismo, soy una generadora de ideas, de proyectos, enseñanza, tengo una Licenciatura en Educación Media y trabajé muchos años en el Colegio Liceo Mazatlán, hasta que se cerró, mis materias eran lógica, ética, introducción a la Filosofía y Literatura, y entonces de pronto que te encasillen, me parece una forma de discriminar. Las mujeres no somos sólo eso, entonces no estuve en ese libro, pero lo hice con absoluta y total conciencia
María Muñiz
FAMILIA
María Muñiz tiene cinco hijos; un hombre maravilloso de pareja, el profesor Carlos Maldonado. Seis nietos, una de veintitantos, y uno de una semana de nacido. Todos en su momento se han inclinado a la Literatura.
Sus descendientes saben de Literatura, de Música. “Afortunadamente, uno no es uno solo. Me vez con Veneranda, me ves con Chimaldi, con Luis Ornelas, con María de Vaqui, porque uno no es uno solo sino quienes te acompañan en el camino, y he tenido la fortuna de tener estos excelentes amigos, compañeros de vida, la Perla Osuna, Mario Rojas, compañeros de aventura, apasionados por hacer arte. Entonces a mis hijos tu les dices, Mario Rojas, y contestan: “Ah, sí el Mario; ah, si el Aarón Figueroa, son muy cercanos de toda la vida. Y esto permea en la formación porque se aprende con el ejemplo, finalizó Muñiz.
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