Mazatlán, Sin.- Bajo una postal poética de textos entrañables, se realizó en Mazatlán el recital "Rastreadoras", organizado por el escritor Samuel Parra, donde se contó con la participación de artistas locales.
Con la premisa de Jorge Luis Borges "Pienso que hay eternidad en la belleza", las rastreadoras salen a buscar en los desérticos y peligrosos parajes del norte de Sinaloa, pistas de sus familiares. La esperanza de encontrarlos vivos es mínima, pero queda la necesidad de saber dónde están, de enterrarlos, de no llorarle más a la duda y a la ausencia.
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Este evento formó parte de un programa de "Movilización Social", del cual forma parte Parra a través de la UNESCO.
El poeta Margarito Cuellar, ganador del Premio de Poesía Clemencia Isaura 2022, apadrinó este evento que se realizó en el Café Bar Canaco, ubicado en la Cámara de Comercio de Mazatlán.
"Hoy la poesía hace causa común con quienes más allá de las lágrimas, la desesperación, la impotencia, la búsqueda de responsables y de tocar puertas en vano tras una verdad que se oculta, se niega o simplemente se ignora, han decidido rastrear por sí mismas las huellas de sus seres queridos", comentó.
Guillermo Osuna Hi tomó el micrófono donde recitó un poema titulado "Desenterrar la verdad", de autor desconocido y publicado en el Centro de los Derechos Humanos de las Montañas.
Este texto preguntaba por la presencia de unos pasos ausentes.
La escritora Melly Peraza reconoció haber sentido mucho dolor cuando redactó su texto donde cabía una angustia colectiva.
El poeta Pedro Rodríguez leyó "Sin nombre", que versó sobre los hallazgos oficiales y el dolor que no puede medirse, pero sí sumarse a otros.
La figura no presente
Con un latigazo al alma tomó el micrófono la poeta María Guadalupe Rojas Garay, ella escribió "Oscuro cielo", donde habló de desgajar la ausencia aferrada al sueño.
Haciendo uso de la metáfora, la escritora Karina Castillo recitó sobre una muerte lenta en el cielo, donde ese último instante es la sombra del astro inexistente.
Por su parte, la escritora Flor Estrada empleó la figura retórica del erotismo, como un deseo que se extinguió con la ausencia de la pareja a quien se le privó de su libertad.
Finalmente, la poeta Julieta Montero cautivó a los presentes con su participación, donde evocó a través de un verso epistolar un reclamo a la figura no presente y lágrimas a quienes nadie las podrá secar.
En este evento también participaron la mediadora de Lectura, María Félix Raygoza, Abbie Presscot, José Luis Velarde Lucas, Antonio Vázquez y Gloria Manyuga.