Dos pintores sinaloenses destacaron este 2024 en la Bienal Antonio López Sáenz, que se realiza como parte de los festejos del Carnaval de Mazatlán, donde dejaron huella con un estilo que los define y los convierte en la mirada joven de la plástica sinaloense.
Se trata del mochiteco Tonatiuh Salcedo y el mazatleco Mateo Gutiérrez. El primero obtuvo el primer lugar con su obra “Acotar para estratificar la territorialidad”, mientras que Gutiérrez quedó en tercer sitio gracias a su obra “Pareidolia”.
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En su segunda participación en este certamen, Salcedo señala que al tomar la decisión de participar su esperanza no era ganar, solo que su pieza fuera exhibida, por lo que el resultado superó cualquier expectativa, ya que en su carrera aún no tenía un resultado de esta magnitud.
“Me sorprende, antes que nada, no esperaba ser ganador de algún premio, la esperanza era quedar en la bienal y me tomó por sorpresa. Es muy emocionante recibir el primer premio y también muy importante”, destaca.
Considera que esta obra tiene un valor especial debido a que en ella retrata desde su óptica algo importante de la región.
“Es un apartado visual que estamos viendo, es una pequeña instalación que, elaborada con grafito, carbón y acrílico, está basada en el paisaje digamos de la construcción de un símbolo, un hito en el paisaje sinaloense y eso al final de cuentas termina siendo la identidad de nuestro estado o región”, explica.
Fue aproximadamente una semana el tiempo que tardó en construir esta pieza, la cual desde el punto de vista del jurado constituye una obra tridimensional con una abstracción geométrica, dotada de un gran manejo de la composición y uso de la luz y la profundidad.
Con el premio obtenido de 70 mil pesos, el artista tiene el compromiso moral de hacer esta obra más grande, la cual la podrá realizar gracias al monto económico que recibió y espera que sea exhibida en un sitio importante del estado.
Una obra auténtica
El mazatleco Mateo Gutiérrez fue el ganador del tercer lugar con su obra “Pareidolia” (fenómeno psicológico que le permite a los humanos ver rostros, caras o figuras humanas en cualquier superficie o área).
La obra está pintada con una infusión de colillas de cigarro y hollín (subproducto de la combustión incompleta de materiales orgánicos, carbono) de transporte público sobre telas de cortinero.
“MAT”, como se le conoce, explicó que su obra es una denuncia sobre los grandes padecimientos de nuestra época, ansiedad, depresión, soledad, aislamiento.
“En este caso un par de cortinas viejas me sirvieron de lienzo para hacer un autorretrato donde utilizo un trazo que se resiste a la línea a propósito, para que los elementos dentro de la pintura se vayan fundiendo en una atmósfera densa y pesada para provocar la sensación de manera lenta y tediosa para hacerse parte de ella”, comenta.
La pieza utiliza cortinas de lienzo, las cuales, son buen elemento porque son objetos con mucha carga simbólica de un hogar de un yo interior a fin de cuentas, estos elementos acumulan aromas, polvo y recuerdos, y la esencia de la persona que habita dentro de este hogar y las cortinas están invertidas.
“Esto habla de que estamos viendo un interior desde un exterior, ahí se involucran al menos dos individuos, la persona que habita el lugar detrás de las cortinas y la persona que está observando desde fuera donde cree reconocer una imagen similar entre todas estas manchas precarias y densas como de suciedad y se reconoce en esto. Yo estoy padeciendo lo mismo que tú en este elemento con tanta carga de hogar y de tu subconsciente, pretende ser una denuncia al capitalismo porque utilicé colillas de cigarro y hollín de transporte público”, enfatiza.
El artista visual pensó en Caravaggio, en Dalí y en Edward Hopper y también se utilizó a él mismo como modelo, pues no tenía para pagar una y se expone en su pieza en un momento precario de su vida.
Considera que la pintura es parte esencial en la vida del ser humano y que las nuevas tecnologías la enriquecen; desde su perspectiva dice que todo artista busca ser inédito y novedoso, pero que la novedad termina en moda y la moda es una forma muy precaria de expresión artística, para él tiene más valor ser auténtico que inédito.
Las menciones
Los jurados del concurso fueron la pintora Liliana Bandín Gaxiola, el maestro Alejandro Mojica Díaz y el arquitecto Victor Manuel López de la Paz, quienes decidieron otorgar también dos menciones honoríficas, una a la obra “Especie”, de Carlos Flores Zazueta, originario de Mazatlán y otra a “Templo del espacio vacío”, de Eduardo Sánchez Encinas, de Los Mochis.
A la vista
La exposición de las obras ganadoras y seleccionadas de la Bienal del Premio Antonio López Sáenz permanecerá a la vista del público hasta el viernes 8 de marzo en la Casa Haas. El acceso es gratuito en horarios de lunes a sábado de 09:00 a 15:00 y de 17:00 a 19:00 horas.
