Culiacán, Sin.- Una de las tradiciones deportivas más antiguas que han existido es el ulama, un juego de pelota que se ha pasado de generación en generación en algunas comunidades México, así como de Sinaloa; siendo Navolato uno de los municipios que busca preservar este legado de sus ancestros.
A pesar de que el ulama se practica en diversas localidades sinaloenses, como Mazatlán, Angostura, Salvador Alvarado y Guasave, donde desarrollan la modalidad cadera y brazos; Navolato se distingue como el único municipio que se enfoca en el uso del antebrazo.
También puedes leer: El Beso del Búho: microcine independiente de Sinaloa
La familia navolatense integrada por Alegna, Adolfo e Ivonne Verástica busca preservar el patrimonio cultural de su hogar, en la comunidad El Castillo; lugar con un profundo valor cultural y simbólico, que conecta a la comunidad con sus orígenes.
Este deporte ancestral también fomenta el orgullo por la identidad local, valores como el trabajo en equipo y el respeto por la tradición; creando un espacio de unión intergeneracional y un sentido de amor por el legado de antepasados de la región.
“Por iniciativa propia… buscamos transmitir la historia y valores culturales que tiene, y que la tradición no solo se mantenga viva, sino que evolucione e incluya una perspectiva más equitativa”, comentó la joven Alegna Verástica.
Alegna es la entrenadora del equipo de mujeres y niños; su abuelo, Adolfo, se encarga de la división de adultos mayores y hombres; mientras que su mamá, Ivonne, coordina rituales y danzas prehispánicas.
Las ceremonias y bailes son parte del contexto sagrado del ulama, por lo que antes de cada juego, se realizan rituales que reflejan el respeto por las tradiciones y la conexión con la tierra, resaltando la importancia de la espiritualidad en el deporte.
La innovación de las tradiciones
El ulama tiene una historia aproximada de 3 mil 500 años formando una parte integral en comunidades del continente Americano; desafortunadamente, hoy en día solo un porcentaje mínimo de los sinaloenses siguen practicando este deporte ancestral.
A diferencia de muchos, Alegna es una mujer en sus veintes que tiene contacto con esta disciplina durante toda su vida, por ende, deseaba practicarlo desde que era una niña; sin embargo, en El Castillo no había una modalidad en la que pudiera participar.
Al no tener un equipo que integrar, la pequeña Alegna no pudo jugar en torneos ni campeonatos; hasta que creció y pensó en añadir una categoría para mujeres y niños que ella misma coordina.
“Que padre que en ese tiempo hubiera habido más niñas que jugarán conmigo”, manifestó la joven maestra.
Pese a que el ulama de antebrazo de El Castillo admite a más personas que en otros tiempos, la familia Verástica sigue enfrentando su principal desavío: darse a conocer y ser del interés de la nuevas generaciones.
“El deporte dejó de practicarse durante un tiempo considerable; sin embargo, con el apoyo de los ulameros veteranos y las familias que aún recuerdan su historia, hemos logrado reconstruir las reglas y la tradición”, explicó.
Otro obstáculo en la preservación de este legado ha sido la financiación para la compra de equipamiento, vestuario y la organización de los eventos; pues solo para practicar el deporte es necesario contar con protectores de antebrazo de cuero y manta; además de una placa de metal o material PVC para evitar lesiones en niños.
“El ulama tradicional se juega con una pelota pesada de caucho macizo, lo que requiere que los jugadores estén bien protegidos. También estamos adaptando el equipo para las categorías de niños, mujeres y adultos mayores, asegurando que sea seguro para todos”, puntualizó.
Una mano de ayuda durante años, los Verástica se han encargado de organizar y subsidiar todos los pagos necesarios a fin de tener equipamiento y vestimenta adecuado; así, estar calificados para campeonatos regionales.
Por primera vez serán auxiliados económicamente por ajenos a la familia, pues su proyecto "Deporte ancestral. Sembrando identidad, tradición y preservación del Ulama antebrazo en Navolato” forma parte del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias 2024.
Este recurso se destinará al financiamiento de torneos, talleres, y las exhibiciones que realizan en escuelas; también lo utilizarán para realizar folletos, lonas; comprar tanto uniformes, como vestuarios adecuados para los rituales y las danzas.
“Será esencial para dar inicio, y garantizar una continuidad del respaldo a largo plazo, de aquí septiembre a marzo… ya con ese apoyo se solventa lo que hacía falta”, explicó Alegna Verástica.
Con el apoyo financiarán un torneo en puerta, que se llevará a cabo en noviembre de 2024 en el Taste Ulama El Castillo, en el contarán con la participación de invitados de distintos municipios invitados.
“Planeamos entregar reconocimientos y medallas tanto a los ganadores como a todos los participantes… Los premios también serán monetarios, se darán trofeos hechos a mano y certificados de participación”.
Preservación cultural
Como meta a largo plazo, Alegna, Adolfo e Ivonne esperan convertir el ulama en un símbolo de identidad regional que trascienda generaciones, que la comunidad se apropie de este deporte y lo vea como un legado que fortalezca la cohesión social.
“Al preservarlo, no solo protegemos un deporte, sino que reforzamos nuestra identidad colectiva, recordando a las generaciones actuales y futuras de dónde venimos y lo que nos hace únicos como comunidad”, comentó la maestra de Ulama a El Sol de Sinaloa.
