A golpes, José Luis “Chapito” Velarde se ganó el respeto de los conocedores de boxeo

No obtuvo campeonato alguno en el terreno profesional, pero derrochó intensidad y bravura en sus combates

David Velázquez Robles / El Sol de Sinaloa

  · sábado 28 de septiembre de 2019

EL “Chapito” tuvo una carrera interesante dentro del pugilismo.

Culiacán, Sin.- Para ganarse el respeto y la admiración de la sociedad en general, pero sobre todo la deportiva, no precisamente el atleta tiene que estar precedido de éxitos resonantes, sino más bien de una trayectoria recta, limpia y donde se demuestre que siempre que se emprendió un objetivo, fue poniendo el corazón por delante en aras de dejar constancia que la lucha para ser un mejor ser humano es el arma que uno siempre debe tener presente a cada momento.

Tamara Cruz va camino hacia Tokio 2020, con el apoyo de su familia, entrenadores y autoridades. Foto Jesús Verdugo

José Luis "Chapito" Velarde Cruz fue un boxeador profesional de Elite, que en los 415 rounds que disputó arriba de un ring en su carrera de 13 años, derrochó intensidad, bravura, energía, entrega, calidad, nunca bajó la guardia ante cualquier adversidad que se le presentó, pues muchos de sus combates fueron ante enemigos de mayor peso, dado que su categoría de 'Paja' no era tan usual en el boxeo a nivel Internacional, pero como todo sinaloense -- adoptado— (nació en el Barrio de Tepito) nunca bajó la guardia ni mucho menos dio un paso atrás.

Aunque hubo de medirse con lo más granado en su 'peso', nunca tuvo la dicha u oportunidad de pelear por un título Mundial, pero a cambio de ello, gracias a su estilo de boxeo --un fajador natural, pero sin renunciar a una buena defensa-- se echó al público a la bolsa al ofrecer férreas peleas que producto de ello, como reconocimiento a esa entrega que le caracterizaba, hasta monedas le lanzaban al cuadrilátero y en su año de debut fue considerado la revelación del año.

Eso, sin duda, al final del camino, es lo que más valora el "Chapito" Velarde, pues con ello se estaba ganando el respeto en una profesión tan difícil y que siempre tiene al pugilista exponiendo su vida.

Desde aquel 1984, cuando llegó el momento de su debut en el amateurismo, ya se vislumbraba que en camino estaba surgiendo una estrella y el "Chapito" Velarde con sus apenas 20 kilos de peso (14 años) ya estaba arriba del ring repartiendo golpes a diestra y siniestra.

Tal y como él lo apuntara, "no había mucho exponente", y los logros llegaron a granel: campeón municipal y estatal al grado de inmediato ser considerado para representar a Sinaloa en un nacional en Tijuana, pero por motivos de fuerza mayor no acudió.

Pero él estaba destinado para grandes empresas y ello quedó constatado en su debut profesional en 1988 (a los 18 años de edad) midiendo a Roberto Chávez en peso mini mosca.

A pesar que la función era encabezada por Julio César Chávez como Campeón Mundial enfrentando al "Bazzoka" Limón en su calidad de ex campeón, fue su combate el que se llevó los aplausos y las vivas que culminaron en el lanzamiento de monedas al ring.

Así es como iniciaba la era de un ídolo, de un peleador que en casa siempre fue un atractivo natural, pero que fuera de la misma también corrió con esa misma suerte de ser un pugilista taquillero.

Y que ciertamente sobresalir en su peso, en sus tiempos, no resultaba nada fácil, pues en el planeta existían verdaderos monstruos de la talla de Ricardo López, “Chiquita” González, Alex Montiel, “Candelita” Vargas, por citar algunos. Por esa razón es mucho más su grandeza.

Más allá de su récord de 26-41 y que haya iniciado con una seguidilla de 15-0 (entre esos triunfos contra la “Pringuita” Hernández), que en 1992 perdiera ante Michael Carbajal y que se encontrara en el ring ante campeones –sin exponer los títulos-- de la talla de Paul Weir y Alex “Nene” Sánchez, le dieron al “Chapito” la sabiduría suficiente para que cuando se concretara su retiro pudiera emprender una carrera como entrenador que le redituara éxitos, pero sobre todo que enseñara a sus pupilos que hay que luchar siempre sin bajar la guardia y dejar arriba del ring toda la energía y todo el interés de aportar algo a la disciplina por la cual se haya inclinado.

Su última pelea sucedió el 10 de mayo de 2001 frente a Evaristo Primero y curiosamente en juego estaba otro título (Continental de Las Américas) y una vez más la suerte no le sonrió.

Ya 18 largos años derrochando enseñanza a jóvenes promesas en su gimnasio ubicado en La Costerita, sin lugar a dudas que su triunfo más grande (a decir de él) fue que su hijo Carlos Iván se inclinara por esta disciplina y a los 17 años debutó en el terreno profesional.

A los 26 el joven decidió retirarse, pero durante ese tiempo tuvo la fortuna de disputar en dos ocasiones títulos Mundiales (en Japón y Filipinas), obtuvo un título nacional Paja, un Continental CMB y un Internacional.


Ese fue uno de mis más grandes anhelos, pero día a día lucho por rescatar jóvenes, que hagan un deporte y qué mejor el boxeo porque te hace más fuerte como persona y sirves mucho a la sociedad José Luis "Chapito" Velarde Cruz


Velarde Cruz manifestó que otra de las satisfacciones fue haber representado con dignidad a su municipio y al estado, haber conocido y el mundo, además de haber peleado con lo mejor de sus tiempos dejando todo arriba del ring.

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“Tuve la fortuna de haber participado en las grandes arenas del mundo, que nunca decliné y que gracias a Dios desde que era amateur y luego de debutar en el profesionalismo siempre fui un peleador aguerrido con mucha disciplina, era cartel y por los espectacular que era, la función giraba en torno a mí”, culminó.


FRASE


Día a día lucho por rescatar jóvenes, que hagan un deporte y qué mejor el boxeo porque te hace más fuerte y sirves mucho a la sociedad José Luis "Chapito" Velarde Cruz


EL DATO

EN 1992 viajó por primera vez a la USA para pelear con el invicto Campeón Mundial Mini Mosca, Michael Carvajal. Continuó su trayectoria por los Estados Unidos, Europa, Asia, Oriente, Puerto Rico y Sudamérica enfrentándose con lo mejor del boxeo de aquellos años.


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Jorge Luis Salazar Pineda durante el entrenamiento. Foto Jesús Verdugo