Culiacán, Sin.- Abran las puertas señores, el Internacional está de regreso, el dogout ha cobrado vida, las formalidades se han olvidado, pues ya llegó el personaje que hace cambiar la tristeza por la alegría y que los sinsabores que deja una mala noche o un marcador negativo, rápidamente se pueden disipar porque él tiene la varita mágica que conlleva a que la mentalidad de un giro total de 360 grados.
Así de 'grande' es...su manera del cómo tener a la mano las palabras de aliento a los jugadores que terminaron decaídos por una derrota, aún y cuando su función específica son las labores de bat boy.
Sí, él es parte del cuerpo técnico, pero no es el psicólogo, ni coach, ni masajista y mucho menos el manager, pero sí es una figura que refleja el lado positivo y tiene siempre las palabras adecuadas, espontáneas, para revertir la mentalidad negativa por las buenas vibras.
Así de importante resulta al interior del dogout un personaje de la talla de José Valentín Burgos Carvajal, quien, desde Culiacán, su tierra natal, regresa a la Liga Mexicana del Pacífico con el equipo de sus amores, Caballeros Águilas de Mexicali.
El internacionalmente conocido "Chevale" Burgos como que hacía falta en el Club Águilas de Mexicali, lugar que no ocupó la temporada anterior al simplemente no llegar a un acuerdo benéfico (para ambas partes), pero que ahora es toda una realidad vigente.
Sin lugar a dudas regresa en un momento importante considerando que esta etapa de pandemia del Covid-19 que se vive a nivel Mundial y de la cual el beisbol profesional no está exento, le pega a cualquiera en lo emocional, pero en él habrán de apoyarse muchos para saber sobrellevarla.
El carismático personaje tan pronto llegó al equipo y lo empezó a revolucionar, los jugadores saben cómo interactuar con él sin herir susceptibilidades, respetando en todo momento a la persona, pero rescatando de él lo que posee en su personalidad para llevar a cabo acciones extra deportivas que permiten una mejor armonía en el ánimo de traducirlas en triunfos para el equipo y regocijo de los aficionados.
Para José Valentín, esta será la octava temporada con Mexicali (su segunda casa al decidir casarse con la Cachanilla Norma Cárdenas) y obvio que gracias a ello está plenamente identificado con toda la fanaticada, de quien siempre ha recibido admiración y respeto.
Sus inicios en la LMP fueron con Cañeros de Los Mochis donde militó los primeros siete años.
Mientras que en la Liga Mexicana de Beisbol se abrió camino con los Tigres del México, luego se enfundó la casaca de los Diablos Rojos del México y actualmente pertenece a los Toros de Tijuana donde también es muy querido por todos quienes rodean dicha organización fronteriza.
"La verdad, nunca me imaginé en ser un bat boy tan famoso (ríe) y tan querido por la afición, jugadores, cuerpo técnico y directivos".
Y luego añadió que es una gran satisfacción el estar enrolado con un equipo como Mexicali y representarlo con dignidad, "razón por la que estoy muy contento y tuve un gran recibimiento como siempre".
José Valentín asentó que cuando llegó al beisbol profesional sí presentó algunos síntomas de miedo, pero que conforme se fueron desarrollando las cosas se fue adaptando al grado que hoy se siente orgulloso de haber llegado hasta donde está.
"Yo siempre he venido a entregarme a mis funciones, para lo que fui requerido, pero si mis compañeros jugadores me invitan a que realicemos alguna actividad extra que divierta a todos los que les gusta seguirnos, pues bienvenido, siempre y cuando no rebase los límites de nuestro deporte", expresó el bat boy surgido del softbol de Culiacán.
Resaltó que siempre, ellos como bat boy, son los primeros en llegar y los últimos en irse, "desde que llegamos debemos tener listo desde zapatos hasta utilería de cascos, arreos, pelotas y bats, pero si me piden que hagamos show para romper el hielo, le entramos y así pienso que la armonía al interior hasta se fortalece".
Y en ese sentido, el jugador veracruzano Héctor Hernández sostiene que, para él, el tener en el vestidor –como bat boy-- al Internacional, representa mucho porque se trata de un muchacho trabajador y responsable que tiene todo acomodado, listo, sin necesidad de pedirle nada de lo que necesitamos como jugadores para estar cómodos.
“Es un muchacho que te contagia con su alegría, su buena vibra y eso es bueno, llegar al trabajo y encontrarte este tipo de gentes. Como yo lo he dicho, esa gente vale, es de calidad y contar con la presencia del Internacional en el club house es el algo que suma mucho al equipo y es de buen provecho. Creo que el Chevale le inyecta mucha vibra, mucha energía al equipo y no nada más Héctor Hernández anda con la alegría que al Chevale lo caracteriza, sino a todos”.
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Otro de los jugadores clave dentro del equipo Cachanilla, José Manuel Orozco, citó que “el Chevale representa mucho en el equipo y es una pieza importante, no tanto como bat boy, sino anímicamente y motivador en el aspecto del juego, inclusive en el club house. Creo que se ha ganado el cariño de los jugadores y la afición. Hay Chevale para rato”.
Kevin Zamudio, resaltó que tener en el equipo al "Chevale" es algo muy bonito "porque él le da felicidad y armonía. Cuando uno tiene un pésimo día, él llega a alegrarnos".
Otro de los jugadores, Víctor Ruiz, opinó sobre el famoso bat boy que es una persona que expresa confianza "y hace sentirte muy bien, te ayuda a incluirte más fácil al equipo, sobre todo si eres nuevo, novato o extranjero".
Y enseguida asienta: "Es muy divertido, ayuda mucho a romper el hielo, a unir a los jugadores y eso es muy importante en un equipo de beisbol porque no se siente tenso el ambiente y personalmente me ha ayudado".
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