Mazatlán, Sin. -El mencionar el apellido Zapari en Mazatlán es sinónimo de deporte, pero en uno en particular, el boxeo, en donde ha dejado un gran legado y una gran dinastía en la formación de nuevos talentos que han pasado por las manos e inteligencia de Héctor Zapari.
Héctor nació en una cuna de deportistas, su señor padre, muchos años dentro de la industria boxística, y su abuelo, del cual heredó su nombre, quien también estuvo ligado muchos años al beisbol.
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“Desde que tengo uso de razón estoy en este negocio, cuando yo nací mi padre ya era boxeador y entrenaba en el gimnasio Solórzano y desde siempre en la casa ha habido guantes, cuerdas y manoplas, que me han acompañado gran parte de mi vida”, recuerda el hoy entrenador.
A los seis años Héctor comenzó a intercalar dos pasiones que hay en su casa, el boxeo y beisbol, incluso pasando por la Liga Mazatlán, pero de voz propia aceptó que no destacó mucho al dar batazos, pero sí puñetazos, por lo que optó por elegir solo un camino que fue el boxeo.
“En el Club Muralla empezamos a entrenar, tuve algunos combates cuando decidí meterme de lleno, para después pasar al gimnasio Solórzano, donde estuve entrenando con Rubén Téllez, quien fue uno de mis formadores”, señala.
Logró destacar a nivel amateur
Zapari peleó en el peso pluma y peso gallo, destacando desde los 12 hasta los 15 años de edad, cuando por decisión propia y por malas amistades abandonó un deporte por el cual ha dado la vida.
“Estuve yendo a estatales y nacionales, logramos destacar un poco ahí, cuando tuve una oportunidad fuerte de irme a un nacional, por un pleito callejero me lastimé el nudillo y no fui, y eso hizo que me alejara del boxeo, tomando un mal camino, pero el mismo boxeo y mi papá me pidieron que regresara”, comenta.
“Cuando mi papá tuvo una operación, yo tuve que entrarle al quite, estuve ahí con Rubén Téllez en el gimnasio Solórzano, donde yo ya comencé a entrenar, primero como manoplero, agarrando a ‘Chimino’ Ontiveros, con el ‘Chilango’ Medina, y fue con esos peleadores que tenía mi papá con los que yo me enseñé”, explica.
Se enfocó más en el trabajo de entrenador
Al no poder debutar de manera profesional y estar ya entrenado con los boxeadores destacados de esa época, Héctor mejor optó por ya tomar las riendas de entrenador, aunque muy joven, fue tomando experiencia.
“Yo siempre quise debutar, pero mi papá era muy estricto conmigo, nunca tuve esa oportunidad y mejor me dediqué a entrenar, porque Rubén Téllez me enseñó mucho y le agarre una obsesión por ser entrenador, mi papá no quiso, él quería que hiciera una carrera, pero fue más el aferrarme a esa decisión”, asegura.
Héctor se fue a Los Mochis, para aprenderle a los Montiel, después a Guadalajara, con los Reinoso, con Rómulo Quirarte en Tijuana, para buscar ser de los mejores.
Se metió a los libros de historia junto con el “Zurdo” Ramírez
De todos los boxeadores que han pasado por sus manos, es el mazatleco Gilberto “Zurdo” Ramírez quien le dio una lección de vida al entrenarlo y lo llevó a la gloria, al ser el primer mexicano en ganar el título mundial en el peso supermediano.
“Por mis manos han pasado boxeadores como el ‘Torito’ Rodríguez, y el ‘Zurdo’ Ramírez, quien fue el que hasta ahora más ha destacado, porque mi carrera no ha terminado, con él logramos estar en lo más alto del boxeo y colocarnos en los libros de historia a nivel mundial, porque fue el primer mexicano en coronarse en peso supermediano y la familia Zapari está presente, además de que hicimos cinco defensas y tuvimos una carrera bonita con Top Rank, fueron muchos sacrificios y no me arrepiento”, afirma.
Hoy tiene una camada de boxeadores que ha visto crecer
Héctor tiene como “hijos” a tres boxeadores en particular, de los cuales han comenzado a hacer ruido, como lo son Jesús “Veneno” Aréchiga, Rubén “Bebé” Vega y José Ángel “Chinito” Amaro, peladores que desde muy niños llegaron al establo y los ha guiado por el buen camino.
“Hay quienes no se encariñan con las personas que entrenan, pero en este negocio es difícil no hacerlo, más cuando los has visto crecer desde niños, como lo son el ‘Veneno’, que llegó de 12 años, el ‘Bebe’ y el ‘Chino’, de cinco y seis años, son peleadores que no solo los ves crecer deportivamente, sino en todos los sentidos. Y afortunadamente llevamos por buen camino al ‘Veneno’, que en octubre pasado fue campeón norteamericano del Consejo Mundial de Boxeo y los otros dos vienen empujando fuerte, porque nuestro objetivo es tener más campeones en nuestro establo”, recalca.
Dato
El 9 de abril del 2016 Héctor Zapari estuvo en la esquina de Gilberto “Zurdo” Ramírez cuando se consagró campeón mundial supermediano, que tuvo como lugar el MGM de Las Vegas, en contra de Arthur Abraham.