Mazatlán, Sin. -Siempre con una sonrisa en su rostro, Itzchelt Citlally Rodríguez Mendivil encontró en el deporte una salvación y una sanación hacia ella misma, al superar barreras que creía imposibles de vencer y que la llevaron a ser Campeona Panamericana en Natación.
Aunque al principio estuvo un poco renuente a la práctica deportiva, intentando con atletismo, senderismo y el gimnasio, la joven de 33 años de edad se perfiló hacia la natación, un deporte en el que se trabajan todas las partes del cuerpo, lo que te hace ser más resistente en todos los sentidos.
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“Todo mundo lo sabe, no era nada deportista, me decían: ‘vamos a correr’ y me dolía la rodilla, ‘vamos a caminar’ y me cansaba. Subía El Faro porque me gusta mucho la vagancia, pero no hacía nada de deporte. Hasta que un día fuimos a un centro acuático aquí en Mazatlán, con el que era mi novio, hoy es mi esposo (Miguel Izquierdo), y vio que le tenía mucho miedo al agua, y como él siempre ha sido deportista, se frustraba, hasta que me trajo a la natación”, relata la joven.
La también comunicadora emprendió un reto importante, que era vencer ese trauma que tiene desde pequeña, cuando casi se ahoga, para transformarlo en algo positivo y poder descubrir más cosas en el deporte.
Tomó una decisión importante con la natación
En 2019, Itzchelt tomó una decisión importante, la cual fue entrarle de lleno a la práctica de la natación comenzando desde cero.
“La natación se convirtió en un reto, porque primero fui por brazadas pequeñas, de tocar el piso, flotar sola, hasta nadar. Pero me ayudó no solo la natación y me hizo enfrentar cosas de mi vida que tal vez yo no podía hacer, además de ir dejando el miedo, desde que tomé mi primera clase, que una noche antes no podía dormir, del nervio y el estrés para meterme a la alberca”.
La profesora Jazmín, de la Alberca Olímpica de Mazatlán, fue la que la instruyó a ir por el camino de la natación, aunque Itzchelt no quería soltarse de la pared, por ese miedo que le provocaba el hecho de tener unos segundos la cara debajo del agua, algo que superó en casi dos meses de clase.
Al ir avanzando, la pandemia llegó y con ella un estrés por sufrir problemas de circulación, que solo la natación la hacían aliviar, además de que la mantenían fuerte físicamente. Pero ese proceso duró muy poco para emprender otro camino de incluirse al equipo Máster de natación.
Sale adelante
Itzchetl tomó la iniciativa de volver a nadar tras la reapertura de la Alberca Olímpica, por lo que el profesor Adrián María abrió un equipo Máster de competidores de 30 años en adelante. Pese a sus dudas, su esposo la motivó para seguir firme y enfrentarse a una competencia internacional.
“La maestra Jazmín dijo que el profesor Adrián iba a abrir el equipo a mi esposo, porque él tenía más técnica, así que le dije: ‘va, tú has prueba para el equipo y yo me quedó con la maestra Jazmín’, pero ella me mandó del kínder a la universidad, para hacer la prueba y ya la hicimos, pasó una semana y quedamos y aceptamos el reto, porque era una constante de ir superando retos”, señala.
“Ellos nadando, con un montón de experiencia, me sentía la más lenta del equipo, pero mi esposo me motivaba para seguir, y yo misma veía que mi cuerpo iba avanzando y me hacía sentir muy bien y feliz, aunque me dolía el cuerpo y por eso no lo dejé, además de que los compañeros no te dejan”, relata la nadadora.
Su primera competencia fue en crol de 50 metros, justo a los dos meses de entrenar con el equipo Máster, que fue algo para ella muy cardiaco, ya que le ganaron los nervios, pero luego, a través de un video, vio que no tenía tan mal nivel.
Su primera competencia internacional
Con algunas competencias locales se animó a participar en el Campeonato Panamericano Máster de Natación, que se realizó en Colombia en 2022, sorprendiéndose consigo misma del nivel que traía, ya que ganó cuatro medallas y fue una de las destacadas del equipo porteño.
“Había tenido una competencia en Culiacán antes, pero ir a Colombia fue otro reto, aunque yo me sentía chiquita, porque eran nadadores de años, con la experiencia del mundo y aun así me traje cuatro medallas, al colocarme en el Top 10”, señala.
Itzchelt se aventuró en la prueba de 200 metros, pero fue la más difícil para ella.
“Esa prueba fue la más difícil para mí, porque no me gustaba, pero decidí hacerla porque yo había bajado mis tiempos y realmente iba por una experiencia, pero al final me dice el profe que había ganado medalla y casi lloro”, comparte.
Después de eso, más motivada ganó en pecho, 50 y 200 metros libres, además de salir triunfadora en 50 metros en dorso.
“Ese viaje fue increíble para mí, porque una de las cosas que más me gusta es viajar, y mis compañeros de trabajo, como Gení y Emmanuel, lo saben, pero viajar y hacer lo que te gusta y al lado de tu pareja es lo máximo”, destaca.
Planes a futuro
Iztchelt, quien es parte del departamento de Comunicación del Instituto Municipal del Deporte de Mazatlán, ya realizó una travesía a la Isla de Venados, pero aún quiere conseguir hacer una competencia puntuable, para vencer el reto de superar el mar.