Mazatlán, Sin.- Hablar de Jorge Soto en el arbitraje es hablar de un hombre con clase dentro y fuera de la cancha, ya que el nacido en Los Mochis es toda una institución en el futbol, donde le ha dado la oportunidad a los jóvenes de ejercer el difícil oficio de ser colegiado.
Dentro del deporte del balompié lleva cerca de 40 años ejerciendo la profesión que tanto le apasiona y que comenzó en el lugar en el que nació, a pesar de que ya ahora es 100 por ciento “patasalada”.
“Mí gusto por el arbitraje nació viendo los juegos de futbol por la televisión y checando los movimientos de los árbitros, no me llamaba la atención el juego de futbol, sino los movimientos de los árbitros”, dice.
“La persona que me llevó al arbitraje fue Fernando ‘El Padre’ Figueroa (QPD) allá en mi tierra, Los Mochis, Sinaloa, estaba pitando un juego de las famosas cáscaras que se jugaban los martes y jueves y ahí estaba él.
Gracias al “Padre” fue creciendo como nazareno, hasta que lo invitó a formar parte del colegio donde él dirigía.
Soto tuvo la fortuna de ser instruido por un árbitro que dejó huella en el futbol mexicano, Arturo Yamasaki, en un curso que tomó en la ciudad de Hermosillo, en Sonora, con el fin de pitar en la Tercera División de México.
“Ya en Tercera División que había en ese entonces como árbitro profesional llegué a participar en partidos aquí en Mazatlán, ya como profesional cuando era Lobos de Mazatlán, Rojos del Muralla, ahí Jugaba Said Godínez, el Profe ‘Choix’ Reyes”.
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Su pasión por futbol fue tanta que para el inició de la década de los 90 decidió crear su propio colegio aquí en el puerto.
“Llegué a Mazatlán en 1990, presentándome con el profe Francisco Ramírez, del Colegio de Mazatlán, e ingresé al colegio, después me fui al Club Muralla, donde formé el Colegio de Árbitros Jorge Soto, empezando con 6 árbitros y el cual hasta ahorita estamos 28 activos”, menciona.
Soto se describe a sí mismo con un silbante compresivo y paciente, además de ser muy comunicativo, valores que les ha inculcado a sus alumnos dentro de estos 31 años que tiene al frente de su colegio.
Las satisfacciones que ha tenido a lo largo del tiempo son muchas, pero Jorge siempre se queda con la oportunidad que le ha dado a los jóvenes y sobre todo el apoyar mucho a las mujeres en que se involucren más en este honroso trabajo.
“Dentro del colegio es darles la oportunidad a jóvenes talentos, abrirles las puertas y prepararlos con la experiencia mía y de todos. También contamos con árbitros femeniles, quienes son cuatro actualmente en el colegio. Lo más complicado para mí ha sido que los agremiados sigan su carrera como silbantes, inculcarles que le guste de corazón esta bonita carrera que es el arbitraje”.
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