Mazatlán, Sin.- Con casi 50 años por cumplir y siempre con una sonrisa en su rostro, la entrenadora de deporte adaptado Daría Páez Guerrero se ha convertido en un pilar importante para los jóvenes y no tan jóvenes con “súper poderes”, al hacerlos incursionar al mundo de las competencias de una forma diferente.
La “Tía Mash”, como se le conoce en el Centro Deportivo Benito Juárez, lugar donde entrena la selección mazatleca de Deporte Adaptado, encontró una vocación perdida gracias al amor, paciencia y ganas de ver superarse a un sobrino de ella, que fue el motor que la guío al difícil, pero muy recompensando camino del deporte.
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“Tengo un sobrino con discapacidad intelectual y yo lo empecé a llevar a la equinoterapia, a la Universidad Politécnica de Sinaloa, con Jesús Patrón. Ahí, entre pláticas entre las mamás que tenían un problema similar, me comentaron de por qué no llevaba a Iván (su sobrino), con Juan Castellanos, para hacer deporte. Y no lo hice con otra finalidad más que mi sobrino hiciera deporte”, recuerda.
Juan Castellanos ha sido otra pieza importante en su carrera como entrenadora, pues a raíz de apoyar a su sobrino Iván comenzó a ver las necesidades que había en ese momento, una de ellas, la falta de material humano para trabajar con las personas con “súper poderes”, lo que hizo que en el 2016 se metiera como apoyo, sin pensar que eso le cambiaría su vida por completo.
“Cuando comencé a ver lo que se requería, no dudé en quedarme, ya estando con mi sobrino y ver las dificultades de algunos para lanzar una pelota o una barra, me fui involucrando, me gusta lo que hago, porque para mí no hay mayor recompensa que un abrazo o un simple gracias”.
Llegó para quedarse
A raíz del “súper poder” de su sobrino, quien fue el que originó el cariñoso apodo de la “Tía Mash”, al no poder decir su nombre, Daría, junto a otros padres de familia se quedaron para ver a ese grupo de jóvenes, niños y adultos sacar lo mejor de sí, pese a sus dificultades, Ellos le enseñaron a ver la vida de diferente manera, incluso a ser menos egoísta y más empática como persona y tener mucha paciencia, una virtud, que hoy en día pocos tienen.
“Trabajar con ellos es una lección de vida para mí, me ha dado paciencia, humildad, el ser más empática, ellos me han enseñado que una discapacidad no es un límite para hacer lo que te propones, además de que aquí no me conocen por Daría, ellos son mis sobrinos y para ellos soy la ‘Tía Mash’”.
Se profesionaliza como entrenadora
Trabajar con gente con “súper poderes” es muy complicado, pero no es imposible y Daría Páez Guerrero hace honor a su segundo apellido, al ser una guerrera incansable para ellos y la fiel escudera del profesor Juan Castellanos, que le ha abierto las puertas a muchos que hoy son grandes deportistas, futuros profesionistas, gente noble, con mucho talento por delante.
“Juan me ha enseñado cómo trabajar con los muchachos, técnicas, cómo agarrar el balón, la bala, no es lo mismo trabajar con un niño Down a hacerlo con uno con parálisis o con autismo, todos tienen diferente reacción y los mismos alcances, yo he evolucionado, antes solo le daba el material al niño en su manita, y el profe nos corregía, hasta la forma de tomar la jabalina y con dedicación ellos, crecieron conmigo”, comenta.
“También nunca tuve ese fin de que me nombraran entrenadora, ellos me contagiaron el hambre y las ganas de sobresalir en el deporte, si ellos quieren, yo los voy ayudar, no tenemos nada qué perder y mucho qué ganar”.
A Daría, como la tía que es, no le ha importado sacrificar muchas cosas de su vida personal, al estar entregada y encontrar una vocación en el deporte, junto al cariño de todos sus sobrinos campeones nacionales.
“Y si está en mis manos y del profe Juan, yo voy a seguir aquí, si Dios nos lo permite”.
La primera competencia
En sus inicios, Daría participó en un campeonato estatal en Culiacán, donde había más nervios como familiar que como entrenadora, por su sobrino que iba a participar en las competencias de bala, disco y jabalina. Y pese a no obtener medallas, el nerviosismo estuvo ahí.
“Fue una competencia en Culiacán, fue mi primera competencia como entrenadora y además iba apoyando a mi sobrino y eran muchos los nervios, que no ganó los primeros lugares, pero yo vi el esfuerzo que cada uno hace, que me hizo enamorarme de todo esto”, dice.
De ahí para adelante, Daría junto a todos los entrenadores, padres de familia y el apoyo del Instituto Municipal del Deporte, fue creciendo, capacitándose y llegando a obtener reconocimiento estatal y municipal por la dedicación y también las medallas y logros de la delegación mazatleca.
Ella espera seguir mucho tiempo en esto, ya que su única meta es ayudar a sus “sobrinos” a crecer y superarse.
“Aquí me ha tocado ver de todo, pero no hay mayor satisfacción que verlos superarse a sí mismos, porque esa es mi meta y que haya más deportistas adaptado”.
Reconocida
Daría se llevó a finales del 2022 el Premio Municipal del Deporte, como mejor entrenador adaptado, gracias a los resultados del Grand Prix y de los Paranacionales de ese año, donde Sinaloa ganó varias medallas.