Mazatlán, Sin.- Últimamente en el mundo del deporte se le ha dado mucha importancia a los trainers, o preparadores físicos para los equipos, sean profesionales, semiprofesionales o amateurs. En muchos de ellos recae la responsabilidad de mantener a los jugadores en buena forma y justamente es lo que hace Orlando Benítez.
El joven de 26 años toda su vida ha practicado el deporte; fue jugador de beisbol desde la niñez hasta su juventud en la Liga Muralla, donde fue formado y tuvo posibilidades de jugar varios estatales.
“Desde los tres años estuve jugando ahí en el Muralla, hice una pausa con el beisbol, para ir a jugar basquetbol, el cual es otro de mis deportes favoritos y al cual le dediqué una gran parte de mi juventud”.
En su momento Orlando tuvo muy buena aceptación en el basquet, al jugar varios torneos, pero un entrenador de su secundaria lo dejó fuera de una Olimpiada Regional, lo cual le causó gran frustración y abandonó el baloncesto.
“Yo tenía que haber estado en el Regional, pero que me haya dejado fuera el entrenador fue un duro golpe para mí y decidí volver a beisbol de nueva cuenta, e iba con otra mentalidad de hacerme ya profesional”, recuerda.
Justamente su vida iba a cambiar en una nacional en Tijuana, cuando Leo Figueroa recluta a Orlando a las filas de Sultanes de Monterrey, ya que él siempre fue lanzador, pero no se fue solo, ya que también el ahora Grandes Ligas, José Urquidy, se fue con él.
También puedes leer: Delfines de Mazatlán quieren empezar fuerte en el CIBAPAC
“Llegue a la organización de Sultanes junto con Urquidy, estuvimos en la academia, estuve dos años, haciendo pretemporada y nada, después me fui a Veracruz, luego Diablos y no se me dio debutar”.
A pesar de no poder debutar como profesional, Benítez no quitó el dedo del renglón y siguió luchando por ese sueño, haciendo pretemporadas incluso con los Venados de Mazatlán, pero no tuvo mucha oportunidad.
ENTRENÓ CON LOS MEJORES
Orlando, a pesar de que empezó con Urquidy en la organización de los Sultanes de Monterrey, jugó con los máximos exponentes mexicanos que hay en la actualidad, como, Julio Urías.
“En esa transición del beisbol me tocó jugar y enfrentar a casi muchos de los que están en Grandes Ligas, en la academia me tocó jugar con Julio Urías, Roberto Osuna, porque son de mi edad, con ellos me tocó jugar y convivir mucho. Otro jugador también fue Héctor Velázquez, con el que tuve algunas platicas”, enfatizó.
Después de dejar las academias de tres equipos de Liga Mexicana, Orlando buscó otras posibilidades de jugar en ligas de primera fuerza, pero de nueva cuenta volvió a truncar su sueño de jugar beisbol.
DE LLENO EN LA FISIOTERAPIA
Ya con un sueño truncado y luego de vivir un año en los Estados Unidos, Orlando decidió estudiar algo relacionado con el deporte y comenzó en la Universidad Autónoma de Durango en la carrera de Fisioterapia, para después cursarla en la Universidad Politécnica de Sinaloa.
“Yo ya tenía 19 años y en el beis, dije: me aplico o me voy a estudiar y mejor me puse a estudiar, creo que fue una gran opción, ya que he tenido muchas oportunidades como trainer”, enfatizó.
Su primera oportunidad en un equipo profesional la tuvo con los Generales de Durango, donde estuvo trabajando un tiempo, esto gracias a Miguel Ojeda, que lo puso en el equipo gracias a su talento.
“Después tuve chanza con los Diablos de México, estuve trabajando con ligas de desarrollo, pero cuando llegó la pandemia del Covid esa oportunidad se esfumó y decidí volver a Mazatlán, pero no cierro la posibilidad de regresar”.
Ahora Benítez está conforme y contento de trabajar con los Delfines de Mazatlán, equipo en el que se desempeña como su preparador físico y está a semanas de debutar en la Liga de Circuito de Baloncesto del Pacífico.
“Con Delfines me siento muy cómodo, fue Sergio Hernández Jr, el que me invitó y ahora tenemos la temporada casi enfrente y hemos trabajado muy bien con los muchachos, a pesar de que es poco el tiempo en el que tengo aquí y esperamos tener una temporada sin lesiones, que es lo importante”.
Lee más aquí: