Padre e hijo luchadores: La dinastía Relámpago continúa en Mazatlán

Con 25 años dentro de la lucha libre, Relámpago deja su legado en las manos de su hijo, quien hereda su nombre y la máscara

Isac Chávez/El Sol de Mazatlán

  · sábado 24 de agosto de 2019

Fotos: Jesús Guzmán

Mazatlán, Sin.- Hace 25 años comenzó la historia de Relámpago, un luchador espectacular, una leyenda en la lucha libre mazatleca, alguien que se ha hecho de un nombre a base de su esfuerzo, y que ahora deja un legado en las manos de su hijo, quien hereda su nombre y la máscara.

Su amor por este deporte no tiene límites, pero antes de ser un luchador profesional practicó basquetbol, futbol, karate. Fue un gran alumno de la escuela Zápari Boxing, pero nada le apasionaba tanto como el arte del pancracio. El llaveo y los vuelos fueron lo que le llamaron la atención.

Un día vi en el periódico un anuncio de lucha libre y decidí ir a ver la función, un domingo lo recuerdo bien, en esa función estaba El Rayo de Jalisco Jr. y Tiger Boy, contra El Mazatleco, y otro luchador que no recuerdo el nombre, yo quedé fascinado, al día siguiente fui a la Cancha Germán Evers a pedir informes sobre lucha libre, entonces me recibe Antonio Acuña, “El Ángel’ y me dijo que ahí me esperaba al día siguiente.

Luchador

Con grandes ilusiones, comenzó a entrenar por el frio mes de enero de 1993, semanas y semanas de preparación le sirvieron para debutar profesionalmente, pero no lo haría bajo el nombre de relámpago, sino con otro personaje.

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Yo empecé como los Caballeros del Zodiaco, éramos tres chavos de aquí de Mazatlán que hacíamos ese personaje, entonces Antonio Acuña formó el trío y yo era Andrómeda, pero duramos un poco con esas máscaras, hasta que cambiamos los personajes. Al terminar esa etapa, era hora de hacer historia propia.

Relámpago

Fue entonces cuando empezó a idear su propia identidad, en 1996, de su cabeza surgió el personaje, al enterarse de eso Acuña le da el nombre y fue uno de sus maestros e impulsor de la su carrera.

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El Ángel me ayudó mucho en mi carrera, me empezó a traer luchadores de la Arena México con la promotora Mazatlán, una de las primeras parejas que me trajo recuerdo, fue Latin Lover, y hacia pareja con él, una vez nos enfrentamos al Monje Maldito y a Cibernético, cuando estaba enmascarado, y de ahí surgieron grandes promotores que me llevaron a diferentes arenas en el país”.

Luchador Relámpago

Pero no solo el Ángel quien le ayudaría a crecer, su maestro luchístico fue Ave de Fuego, quien, en una lucha, por falta de equipo de Relámpago, tuvo que debutar como Ave de Fuego Jr.

“Ellos descubrieron en mí un estilo de lucha aérea, hábil, inteligente y por eso es que nace el nombre de Relámpago”, comenta.

Gracias a sus maestros luchísticos y el apoyo de la afición, rápidamente se fue a probar suerte a la Cuidad de México, luchando en la Arena Naucalpan, donde hizo temporada y tenía como pareja a Volador Jr., quien también iba iniciando.

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“Yo ya estaba casado, tenía familia, era muy difícil ir a picar piedra, el Rayo de Jalisco Jr. y el Gran Apache me invitaron muchas veces, me decían: vente, pero jamás me decían: llega conmigo, no me fui por miedo”.

Relámpago ha hecho carrera dentro y fuera del puerto, con grandes rivalidades; le quitó la cabellera a Máscara Mágica, y una pelea que sí lo marcó fue cuando perdió su incógnita ante Cachuy Rubio.

“Después de ganar máscaras y cabelleras, yo salí muy confiado, pero no me esperaba que Cachuy sacará una botella y me noqueara, desgraciadamente perdí, pero ahora tengo un legado que puede llevar el nombre a lo más alto, él es Relámpago Jr.”.

El legado está más fuerte que nunca, el pasado mes de enero, bajo la promotora Mr. Fuego, hizo el debut soñado Relámpago Jr., en el coliseo de la lucha libre, la cancha Germán Evers.

Relámpago comenta que él no quería que su hijo fuera luchador, pero la tradición de subirlo al ring y formar parte de una dinastía, así como el destino, marcaron la vida del júnior.

“Yo no quería que mi hijo practicará este deporte, el platicó conmigo y me dijo que quería hacerse luchador, yo como padre qué hago, pues no me quedó de otra más que apoyarlo, guiarlo, darle consejos, porque este mundo es muy difícil y muy duro”.

Su hijo ya entrenaba con él desde niño, a los 13 años de edad comenzó a practicar la lucha libre de manera profesional.

“Desde chiquito me gustaba la lucha, ver a mi padre en el ring siempre me causó gran admiración, es mi ídolo y lo sigue siendo”, comenta.

Actualmente, padre e hijo son los únicos luchadores mazatlecos que hacen esa mancuerna, el Junior tiene la gran responsabilidad de cargar con el nombre de Relámpago, y hacerse un lugar dentro de la lucha libre, tanto a nivel local como nacional.





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Rubén “Bebé” Vega, y el Lagunero Gonzalo “Pelos” . Foto: Jesús Guzmán