Mazatlán, Sin.- El futbol tiene un sabor muy especial en la gente de Culiacán, quien lo vive con otra pasión hasta adaptarlo a su vida propia, tal como la arropó Roberto Meraz, un mediocampista que creció acompañado de un balón y unos guantes de portero, guiado por su padre, que le enseñó ese amor por el balompié.
Salido de la colonia Felipe Ángeles de la capital del estado, Roberto soñó con ser arquero y a los 7 años comenzó a entrenar ya en un equipo de futbol establecido, bajo las órdenes de Alfonso Muñoz, que fue el que lo invitaría a jugar.
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“Fue desde muy chico, eso ya lo traía en la sangre, mi papá fue portero en muchos equipos amateurs ahí en Culiacán y siempre intente seguir sus pasos, de hecho mis primeras apariciones con un equipo formado fue como arquero, pero me aburría y ya después intenté jugar en campo. Pero siempre fue intentar el tener un balón en mis manos, mis regalos de Navidad siempre eran unos guantes y un balón”, recuerda el futbolista.
Su señor padre lo instruía para que pudiera aumentar sus reflejos y volar de buena manera bajo los tres postes, pero la posición lo aburrió, teniendo que emigrar al medio campo rápidamente.
“No como tal me llevó a un equipo, pero él jugaba conmigo, y me daba consejos de como porterear y lo de entrar a un equipo ya estructurado se dio solo, entré un poco grande, a los siete, cuando los otros niños ya tenían formados desde los cuatro o cinco años y fue gracias a Alfonso Muñoz que me invitó”, recuerda.
En el equipo que él estaba en ese entonces era muy superior a los demás, por lo que le llegaban muy poco.
“Por ahí se ocupaba a alguien con mayor control de balón y me sacaban de la portería por necesidad del equipo o simplemente me aburría y ahí me fui haciendo en la contención, porque me gustaba repartir el balón en el mediocampo y es la posición que más tocas el esférico”, compartió.
Morelia puso los ojos en el sinaloense
Al ya ser un referente en la cancha, Meraz participaba constantemente con equipos de la capital del estado, hasta que Paco Salas lo invitó a una Copa Monarcas, cuyo objetivo era agarrar talento de todo el país, para formarlos.
“Yo estaba en la Selección de Culiacán y fue Paco Salas el que me invita a una Copa Monarcas a Morelia, pero íbamos con una categoría menor, pero al siguiente año, él me invita a participar con la escuelita de la Lázaro Cárdenas en Culiacán y Alfonso Muñoz fue conmigo, pero me quedé en visorias, nada más fui yo el seleccionado”, expresó.
El torneo que hizo Meraz en ese momento fue muy bueno, pero no sabía lo que era estar en un proceso así, pero las ganas de ser futbolista profesional fueron muchas más, así que aceptó quedarse en Morelia, cuando tenía 11 años de edad.
“Mis papás y yo no sabíamos qué era ese proceso, yo creía que era estar en la tele y ya, pero no sabía que era un proceso tan largo y quedarme a vivir ahí, al principio fue un golpe muy fuerte, porque soy muy cercano a mi familia. Pero esa vez mi mamá me acompañó y literal nos fuimos de Culiacán a Morelia, me dejó en casa club y tengo unos tíos que son traileros y se tuvo que regresar a Guadalajara, para salir con mi tío para regresarse a Culiacán”, relata.
Vivir en Morelia le cambió totalmente la vida
Aunque es sinaloense de nacimiento, Roberto encontró mucha madurez a muy temprana edad, compartiendo buenos momentos en la casa club del equipo y cambiando drásticamente su vida con el balón.
“La casa club es algo hermoso, te da mucha madurez porque estás solo, hay tutores y un guardia, pero te dan una madurez a muy temprana edad, y ahora que estoy en Mazatlán, Daniel Gutiérrez me acompaña desde que estábamos en básicas de Morelia”, destaca.
En Morelia, conoció a su pareja y tuvo a sus hijos, además de tener recuerdos muy lindos, en Copa MX y debutar en Primera División.
“En Morelia tengo cosas muy bonitas, de ahí son mis hijas, la que va ser mi esposa y en lo futbolístico, me dio la oportunidad de ir a un Mundial con la selección, debutar a los 16 en copa y debutar en primera”, señala.
Uno de los momentos que más recuerda defendiendo los colores amarillos y rojos, fue cuando el equipo casi se va a Liga de Expansión, en un partido ante Monterrey que fue vital, que les dio la salvación y la posibilidad de seguir jugando futbol.
“Yo entrenaba con el primer equipo en esa situación, me tocó estar con la Sub-20 y cuando veníamos de regreso, pensábamos que nos habíamos ido, pero no, fueron momentos muy tensos con el primer equipo, porque sabías que te podías quedar sin chamba y uno como jugador de básicas sabías que tal vez tu carrera se te cortaba”, afirma.
El primer sinaloense en vestirse de morado
Como todo, la mudanza de Monarcas a Mazatlán le dolió al futbolista de Culiacán, pero poco a poco ha ido ganándose el cariño de la afición, jugando para un equipo de la tierra que lo vio nacer.
“Llegar a Mazatlán fue difícil, es algo que la gente todavía no entiende, uno como jugador no puede decir, no, no me voy, es como una empresa si te tienes que ir te vas, es un sueño que tienes que seguir y seguir jugando, fue también un sentimiento encontrado, porque tenía ya una vida hecha allá, pero acá también estaba otra parte de mi familia”, expresó.
En su primer partido ante Puebla y al estar en el vestidor, Roberto tuvo una sensación extraña al no ver los colores que defendió en su infancia y adolescencia, pero hoy el morado forma parte de su vida, además de tener mucha mayor oportunidad de jugar en la Liga MX.
“También fue complicado en la parte de los colores y también que no había gente por el tema de pandemia y nos toca enfrentarnos a Puebla en el primer juego, que no fue un resultado favorable, pero también me sentí orgulloso al haber escuchado mi nombre y ser el primer sinaloense en el equipo y ser parte de la historia”, expresa.
Mazatlán ha sido todo un reto
Si bien el equipo no ha sido uno de los mejores en la Liga MX, a Roberto y compañía le han tocado pasar momentos amargos, como lo que se vivió la temporada pasada al sólo sumar siete puntos, pero también han estado en la antesala de hacer historia, por lo que le da mucho valor al jugar con los Cañoneros.
“Me ha tocado muchos momentos malos, pero todo es un aprendizaje, también nos ha tocado buenos, hemos jugado el repechaje, si no nos quedamos a un gol, nos quedamos a un punto, siempre hemos tenido la idea de pelear, si bien el torneo anterior no fue el mejor para nosotros, por eso tenemos que hacer las cosas bien”, puntualiza.
Actualmente el jugador está lesionado, pero espera llegar fuerte y volverse a ganar un lugar en el equipo, del cual le sigue abriendo las puertas para desarrollar su futbol.
“Ya me pasó lo de la lesión en la misma rodilla, me pasó cuando estaba en Morelia en el Mundial Sub-20 en Polonia, y siendo la segunda vez, al saber el tipo de lesión estoy más tranquilo, con tema mentales, extra cancha y vamos bien”, destaca.
Datos
- 24 años tiene el jugador
- 22 de julio del 2018 fue su debut en Liga MX ante Toluca