Mazatlán, Sin.-La historia del Tenis en Mazatlán, está trazada por una mujer que ha dado todo en cancha y su entrega se le puede ver en cada raquetazo. De nombre Olga y Apellido Arévalo, ella ha marcado un camino que pocas han podido logar en el deporte blanco.
Desde muy niña anduvo deambulando por los pasillos del desaparecido Club Reforma, lugar donde ahora se encuentra un Colegio Particular y frente a su cancha favorita, fue llevado a cabo está entrevista.
Personas del Tenis como Gustavo Domínguez serán parte de esta historia, ya que el sería el culpable de incursionarla en este deporte que le ha dado todo y desde los 11 años estuvo a cargo de una inquieta, pero entregada atleta.
“Olga salió de un grupo de jugadoras juveniles del entonces Club Reforma hoy Montfort, donde destacó siempre en su categoría, siendo la mejor jugadora tanto estatal, regional, seccional y a nivel nacional estuvo colocada entre las mejores 10 del país”, dijo Domínguez.
La vida de Olga, como ella lo relata estuvo siempre en el club y sería por decisión misma el ingresar al Tenis”, cuando tenía 10-11 años decidí meterme a practicarlo, pero cuando quise ingresar, no había cupo, tuve que esperarme, ya que en ese tiempo las clases duraban dos meses y cuando me tocó rápidamente me detectaron que tenía ese talento para el Tenis”, recuerda Arévalo.
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Al principio no la habían visto jugar, hasta que Gustavo Domínguez la ve y con apenas meses compitió en su primer regional, que fue en Navojoa, y ella resultó ganadora de dicho torneo, “me pasó algo muy curioso en esa final, pues uno como niño se va a los juegitos y no se me olvida, que me fui a jugar al pasamano y me la lastimé, pero con un curita, saque esa final”.
El apoyo que tenían los miembros del Club era muy grande, ya que nunca faltó la porra y en lo económico, siempre fue apoyada, por lo que siempre estará muy agradecida, por todo lo que le dieron en los eventos, nacionales, estatales y regionales.
En el Club Reforma era pasar todo el día, llegar de la escuela, hacer la tarea y venir, era un vicio que teníamos con mis hermanos, el pasar aquí siempre.
Arévalo
Olga es la menor de dos hermanos, Juan Manuel Arévalo y Arturo Arévalo, quien también es tenista y profesor y con el que comparte un vínculo, además del amor que le imprimen al deporte blanco.
Olga siempre ha sido una rival muy dura de vencer, pero en su juventud, siempre le llenó de orgullo ser la local que destacaba en cada uno de los torneos, “yo creo que lo mío con el Tenis fue natural, se me dio desde el momento que tomé una raqueta”.
Uno de sus logros más importantes, fue cuando ganó su único nacional, de dobles con Lourdes Rosas, destacando su participación en la Ciudad de Culiacán.
GUSTAVO DOMÍNGUEZ EL HOMBRE QUE LE MARCÓ EN EL TENIS
Para los que conocen a Olga, no es un secreto que Gustavo Domínguez, es una persona especial para ella, no solo porque la ayudó a crecer en el deporte, sino porque fue ese apoyo para salir adelante.
“Gustavo ha sido una parte muy importante, no solo en mi carrera, a pesar de que tenía el apoyo de mi mamá, él siempre me ha apoyado y él siempre me brindó mucha confianza, tanta, que él a los 16 años me llevó a darle clases a los niños, me pegaban como 10 o 20 peses no recuerdo y de ahí agarró la formación de entrenadora”, relata.
Ella ayudaba a Domínguez y también fue llamada por Pablo Sergio Franco a la casa club del CID, donde comenzó a formar muchos talentos, unos siguieron y otros no, pero de lo que es seguro, es que se llevan un recuerdo de Olga.
“Siempre he aprovechado las oportunidades de trabajo y fue tanta, que del 95 al 2000 fui coordinadora de campamentos de verano del CID y como se me dio la vocación y se me ocurre formar el Mini Camp de 3 a 6 años y nos va muy bien, porque nadie se atrevía a hacerlo y es la satisfacción que me deja”.
Hoy por hoy, Olga está muy agradecida, con Gustavo por todo el apoyo y que nunca la ha soltado, así como su hermano Arturo y Pablo Franco, que a pesar de que ya no esté presente, ella siempre estará agradecida.
“Pablo Franco, siempre me ponía en las columnas del periódico ‘Súper Olga’ en mis tiempos mozos y siempre me hice famosa y la prensa siempre me puso en el periódico, porque después jugué futbol y softbol, donde también jugué un Panamericano y son experiencia que jamás ha vuelto a vivir”.
Por su parte Gustavo Domínguez destacó el trabajo que ha hecho Olga, ya que sigue activa, como profesora formadora y jugadora.
“Fue de mis mejores alumnas disciplinadas y enfocada a siempre mejorar y de lo cual estoy orgulloso porque logró su meta y actualmente una de las mejores entrenadoras formadoras que hay en Sinaloa y Mazatlán”, destacó su formado Gustavo Domínguez.
AGRADECE A LAS PERSONAS DEL TENIS
Arévalo, tomó el especio brindado para agradecer a las personas que las ha ayudado, “les doy el agradecimiento a todos ellos que me han apoyado, cuando compito, el apoyo económico y a todos los tenistas le doy las gracias, en especial a mi mamá, a Lolita León, Cecy Lizárraga, junto con Alma Herrera y todas mis amigas y toda la porra”, dijo orgullosa.
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