Mazatlán, Sin.- Con más se seis meses de preparación y mucho esfuerzo y coraje, el equipo de rugby Tritones, saltaron al agua, para hacer una hazaña que pocos se atreven hacer, la cual es cruzar a la Isla de los Venados a mar abierto, desde Playa Norte.
El equipo que fue comandado por Jaime Washington y Gerardo Ríos, entrenadores de alto rendimiento, lideraron el pequeño contingente, que saltó desde la orilla de playa norte, hasta nadar los cinco kilómetros a mar abierto, a la isla de los Venados, el cual fue complementado por Brian Washington y Matías Lisandro.
“Salimos a las seis de la mañana, pero jamás pensamos que el viento y el oleaje cambiaria de manera repentina y nos paramos a las hasta las 11, se puso bien difícil, pero estábamos muy bien preparados a pesar de la circunstancia”, dijo Jaime Washington al salir del agua.
Este reto fue particular, ya que desde el mes de agosto estuvieron preparándose para el gran día, el cual fue el sábado 27 de marzo, además de que para Brian, Gerardo y Matías fue algo muy significativo, ya que era la primera vez que nadaban una travesía así.
EL ENTRENAMIENTO
Jaime relata, que la preparación fue muy dura y a pesar de todos los objetivos, obstáculos pudieron salir adelante con todo y todo
“Todo este proceso comenzó un 2 de agosto, en mi cumpleaños y ese día con el equipo de rugby pactamos que íbamos a nadar de Playa Norte, a la Isla y comenzamos a entrenar, con puro trote de 2.5 Km y nadando en una alberca de 12 metros, donde Brian y Gerardo no sabían nadar y ahí comenzó la aventura”.
“Durante un mes duramos con ese entrenamiento, el siguiente mes intensificamos el entrenamiento, ya que subíamos el faro, cerros colinas y corríamos 5K y nadábamos, hasta que cambiamos el entrenamiento, por la playa, corriendo 100 metros sobre la área y nadar a mar abierto”, destacó el entrenador Jaime, que se siente orgulloso por sus muchachos.
Luego de ese arduo proceso, tanto Brian y Gerardo le perdieron el miedo a nadar, hasta lograr ese objetivo, que fue trazado seis meses antes.
“Fue una experiencia muy padre desde el principio y creo que si lo volvería hacer, el proceso que vivieron conmigo me ayudó mucho, no tuve lesiones, ni calambres fuertes, ni lesiones en la rodilla y fue una experiencia única, desde el nadar, hasta entrenar”, declaró Brian.
El ULTIMÓ ESTIRÓN ANTES DE LA PRUEBA
Antes de saltar al agua y hacer la prueba final de 5K, el equipo fue ayudado por el profesor Rafael Arías, al nadar desde el monumento al Valentinos, hasta playa norte, para tener una experiencia de fondo.
“Ya al final de todo esto, la computadora nos dijo una cosa y la realidad fue otra, entraron los vientos antes, la marea cambio a las 9 de la mañana, pero pudimos concluir la prueba”.
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