En el próximo 2024, nos encontraremos con el fenómeno del año bisiesto, marcando el regreso del 29 de febrero. Pero, ¿cuál es la razón detrás de este evento?
Estamos a punto de despedir el 2023 para dar la bienvenida al 2024, un año peculiar por ser bisiesto. ¿Qué significa esto? Sencillo, en lugar de 365 días, contaremos con 366, incorporando un día adicional en febrero. ¿Cuál es la historia detrás de esta tradición? Aquí te lo explicamos para que puedas sorprender en la cena de Navidad con tu conocimiento.
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¿De dónde surgió el año bisiesto?
Seguramente todos hemos oído hablar de los años bisiestos, aquellos en los que se añade el famoso 29 de febrero y que ocurren cada 4 años. Sin embargo, esta regla no siempre se cumple.
Para entenderlo mejor, te explicaremos un poco más. Un año en el calendario comúnmente tiene una duración de 365 días, aproximadamente el tiempo que la Tierra tarda en dar una vuelta completa alrededor del Sol.
No obstante, esta cifra es un redondeo. Nuestro planeta en realidad necesita 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos para completar un año sideral.
Si optamos por hacer desaparecer esas cinco horas y fracción adicionales en el tiempo para simplificar nuestros cálculos, las estaciones experimentarían cambios. Aunque quizás no lo percibamos en un lapso de 10 años, al analizar un periodo más extenso, como 700 años, podríamos ver que los veranos se desplazan hacia diciembre.
Para contrarrestar este desajuste, se propone agregar esas horas adicionales y sumar un día extra cada 4 años a nuestro calendario convencional, asegurando así una mejor alineación con el año sideral.
Según un artículo del Museo Nacional del Aire y el Espacio de Estados Unidos, la discrepancia entre los años calendario y el año sideral no es exactamente de 24 horas durante esos 4 años, sino de 23.262222 horas.
Así que, al añadir un día cada 4 años, en realidad estamos prolongando el calendario en más de 44 minutos. Con el transcurso del tiempo, estos 44 minutos adicionales podrían provocar cambios en la ubicación de las estaciones en el calendario.
Por esta razón, un año bisiesto no ocurre exactamente cada 4 años. La regla es la siguiente:
El número del año debe ser divisible por cuatro, con la excepción de los años de finales de siglo, que deben ser divisibles por 400. Esto implica que el año 2000 fue un año bisiesto, mientras que 1900 no lo fue.
Los años 2024, 2028, 2032 y 2036 son años bisiestos, lo que significa que disfrutaremos de un 29 de febrero en 2024.