En los últimos años, el cambio climático se ha convertido en uno de los temas más urgentes y debatidos a nivel mundial. Sus impactos en el medio ambiente, la salud humana y la economía son ampliamente discutidos, pero ¿podría afectar también nuestro cerebro? Un nuevo estudio sugiere que sí, y en esta ocasión nos adentraremos en esta interrogante para descubrir por qué.
Recientemente, el científico del Museo de Historia Natural de California en Estados Unidos, Jeff Morgan Stibel, publicó un trabajo en una popular revista científica; donde explora la posible relación que existe entre una disminución del cerebro humano y los procesos de cambio climático ocurridos a lo largo de la historia.
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Si bien es cierto que aún se necesita más investigación para comprender completamente esta relación, los primeros hallazgos son sorprendentes.
La investigación
La evidencia recabada por el investigador sugiere que la reducción puede ocurrir como una respuesta de adaptación al estrés ambiental, pues nuestro cerebro disminuyó un 5 por ciento de su tamaño en los últimos 50 mil años.
Stibel analizó el cambio en el cerebro de 298 especímenes de Homo en los últimos 50 mil años, en relación con registros naturales de precipitaciones globales, temperatura y humedad. Su conclusión indica que cuando el clima se volvió más cálido, el tamaño del cerebro se hizo más pequeño en comparación al ambiente más frío.
Habilidades cognitivas
Uno de los aspectos más preocupantes es el impacto del aumento de temperaturas en el rendimiento cognitivo. Otro estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard encontró que, durante las olas de calor, las personas tienden a presentar un deterioro en sus habilidades cognitivas, como la memoria de trabajo y la capacidad de atención. Estos efectos pueden ser especialmente pronunciados en grupos vulnerables, como los niños y los ancianos.
Además, el cambio climático puede tener un impacto significativo en nuestra salud mental. Los desastres naturales relacionados con el clima, como huracanes, inundaciones y sequías, pueden provocar un aumento en los trastornos de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad.
Enfermedades a largo plazo
En cuanto a los efectos a largo plazo, algunos estudios sugieren que el cambio climático podría aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. La contaminación del aire, un problema agravado por el cambio climático, se ha relacionado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades cerebrales.
Es importante destacar que el cambio climático no solo tiene efectos negativos en nuestro cerebro, sino también en nuestra capacidad para tomar decisiones informadas sobre el medio ambiente.
Algunos estudios sugieren que las altas temperaturas pueden afectar nuestro juicio y nuestra capacidad para evaluar adecuadamente los riesgos asociados con el cambio climático. Esto plantea interrogantes sobre cómo abordar eficazmente el problema y tomar decisiones políticas basadas en la evidencia científica.