El secretario de Agricultura de EU, Sonny Perdue, afirmó hoy que está trabajando con el Gobierno y el Congreso para un plan de contingencia que proteja a los ganaderos y agricultores en caso de que su país se retire del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), actualmente en renegociación.
"Estamos hablando con el Gobierno y el Congreso sobre algunos esfuerzos de mitigación si eso ocurriese (la salida de EU del acuerdo comercial)", dijo Perdue en declaraciones a los periodistas recogidas por el diario especializado político, en un evento en el Departamento de Agricultura.
Perdue subrayó que estos planes se centran en "cómo podríamos proteger a los productores con una red de seguridad basada en precios que podrían responder de manera negativa a cualquier tipo de retirada del TLCAN", ya que esto podría tener "algunas trágicas consecuencias" para los productores estadounidenses.
Los agricultores y ganaderos de EU han expresado su preocupación por la pérdida de mercados y la caída en las exportaciones en el caso de que el presidente estadounidense, Donald Trump, saque al país del pacto, algo con lo que ha amenazado en numerosas ocasiones.
Aunque reconoció que "habrá sacudidas nerviosas" en el proceso, Perdue insistió en que confía en que la renegociación actualmente en marcha del pacto en vigor desde 1994 con México y Canadá sea culminada con éxito.
Las palabras del titular de Agricultura se producen apenas una semana antes de que comience la quinta ronda de conversaciones del TLCAN en México, que tendrán lugar del 17 al 21 de noviembre.
En la última cita, en octubre en Washington, el jefe negociador de EU, Robert Lighthizer, señaló que se habían realizado apenas progresos y criticó la "intransigencia" por parte de Canadá y México para renunciar a "ventajas injustas".
Entre las exigencias de Washington, sobresale la de aumentar la cuota de productos fabricados en EU, especialmente en el sector del automóvil y una de las piezas claves del pacto comercial; y la cláusula "sunset", que obligaría a revisar el tratado cada cinco años y haría que quedara suspendido si alguno de sus tres miembros no estuviera de acuerdo en extenderlo.
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