La mayor contribución de las exportaciones y de las inversiones a la economía mexicana permitirán a este país mantener cifras de crecimiento superiores al 2 % en los próximos años, según la OCDE, que revisó al alza sus perspectivas para México.
En su informe semestral de Perspectivas publicado hoy, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) fijó la previsión de crecimiento para este año en el 2,4 %, cinco décimas porcentuales más de lo que anticipó en junio, mientras que para el año que viene será del 2,2 % (dos décimas más).
De cara a 2019, el organismo pronostica un crecimiento estable situado en el 2,3 %.
Sobre la economía mexicana seguirá pesando el alto nivel de la inflación, como consecuencia de la depreciación del peso y de la liberalización de los precios de la energía, lo que repercute seriamente sobre el poder adquisitivo de los hogares.
El consumo interno también está amenazado por las restricciones crediticias derivadas de una política monetaria que pretende controlar la escalada de precios.
Pese a ello, las recientes reformas estructurales y las "exitosas licitaciones en el sector energético", apunta la OCDE, deberían contribuir a elevar los niveles de inversión privada.
El llamado "club de los países desarrollados" alerta sobre el estancamiento de la pobreza y la persistencia de "grandes desigualdades", incluidas las de género, y, aunque reconoce los logros de la consolidación fiscal, advierte al mismo tiempo de que la política monetaria y fiscal "no está apoyando el crecimiento".
La actividad en la construcción retomará a partir de su nivel actual históricamente bajo debido a los efectos del devastador terremoto del pasado septiembre, que "no ha afectado la capacidad productiva y por lo tanto no tendrá un impacto sobre la producción o los precios", a juicio de este organismo.
La OCDE recuerda la fuerte exposición de México a "'shocks' externos", fundamentalmente vinculados con el comercio con Estados Unidos, que pretende renegociar al tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN), lo que aumenta la incertidumbre en el vecino del sur.
Sin embargo, el informe recalca que se han establecido "amortiguadores adecuados" que hacen a la economía mexicana más resistente.
Además, insiste en que el éxito en las negociaciones de libre comercio y un compromiso reforzado con la integración económica elevarían la confianza, con sus efectos consiguientes sobre la inversión y la productividad.
La OCDE también hace hincapié en la importancia de desarrollar las capacidades de la entidades subnacionales y de dotar de más recursos a la justicia para luchar contra la corrupción en el país.
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