Mazatlán, Sin. - Desde hace 11 años, Bertha Alicia Valdez Pérez vende atole y gorditas por las mañanas y tardes, primero lo hizo por 4 años en la avenida Arnaldo Rigodanza, antes Circunvalación, de la colonia Lico Velarde, y actualmente pone su puesto en la esquina de la calle Sonora y avenida Juan Pablo II, de la colonia 20 de Noviembre.
Ella, como muchas otras amas de casa, se decidió a poner su “changarro” para sacar adelante a sus hijos, cuando su esposo perdió el trabajo y no pudo trabajar por mucho tiempo.
Bertha les dio estudio a sus 4 hijos; dos son mujeres, una es chef y la otra psicóloga, los dos hijos estudiaron hasta secundaria, ya no quisieron seguir y aprendieron el oficio de albañil, uno, y el otro de “fierrero” en trabajos de construcción.
“Con esto estudiaron mis hijos, los saqué adelante porque hubo un tiempo que mi esposo no tuvo trabajo, ahora, una es chef, la otra es sicóloga y los dos hijos llegaron a secundaria, ya no quisieron seguir estudiando, pero los dos trabajan, uno es albañil y el otro es fierrero”, expresó.
EMPLEO TEMPORAL
Con puntualidad, Bertha Alicia pone su puesto semifijo a las 6:00 de la mañana, entre la preparatoria federal por cooperación “José Vasconcelos” y la secundaria Federal No. 2, como todos los años desde el 15 de octubre hasta el mes de marzo, tiempo que dura la temporada de frío.
Señala que, aunque todavía no ha bajado la temperatura, ya empiezan a llegar los clientes, principalmente alumnos, maestros y padres de familia de estos dos planteles, también tiene demanda de automovilistas que pasan por la avenida Juan Pablo II, una de las vías más transitadas de la ciudad.
Por las mañanas, Bertha vende atole y gorditas desde las 6:00 hasta las 10:00 am, y por las tardes de las 18:00 a las 21:30 horas, en ese tiempo obtiene ingresos por el orden de los 300 y 350 pesos por turno.
Las gorditas las vende a 5 pesos y el atole lo da según el tamaño del vaso, 12 pesos el vaso número 10, a 14 pesos el vaso número 12, a 16 pesos el número 14 y el litro de atole lo deja en 32 pesos.
Comentó que este pequeño negocio le ha permitido sostener a su familia por 11 años, y darle estudio a sus hijos, por lo cual está muy agradecida.
Actualmente sólo quedan en casa ella y su esposo; sin embargo, sigue con esta labor, porque de algo tienen que mantenerse, y no falta que surjan necesidades en la familia.
Indicó que es un trabajo temporal de poco más de 5 meses, ya que el atole y las gorditas sólo se venden en tiempo de frío. Asegura que seguirá con esta actividad hasta que Dios le preste vida y salud.
CIFRAS
5 meses se mantiene la demanda de atole y gorditas, desde mediados de octubre a principios de marzo, periodo en que dura el frío.
Entre 300 y 350 pesos es el promedio de venta por turno.
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