/ martes 7 de julio de 2020

Todo lo que siempre quiso saber de Sergio Arau (y temía preguntarle)

Sencillo y afable como de costumbre, Arau contesta la llamada, contándonos que las primeras semanas de la cuarentena por Covid-19 no las aprovechó como quería


Son muchos los temas que están en la mesa para tocar con Sergio Arau, el músico, cineasta y artista plástico radicado en Los Ángeles, California. La política en Estados Unidos y México; el racismo que cada tanto vuelve a las agendas, y claro, los retos interminables de la comunidad latina, son sólo algunos de los tópicos que tocamos en una conversación maratónica aquí editada por supuesto, con “El Uyuyuy”, a propósito también de la secuela que está preparando de su película Un día sin mexicanos.

Sencillo y afable como de costumbre, Arau contesta la llamada, contándonos que las primeras semanas de la cuarentena por Covid-19 no las aprovechó como quería.

“Aquí en Los Ángeles, empezó el 16 de marzo. El primer mes, dije: ‘Me voy a concentrar, voy a hacer una exposición de pintura completa’ y la verdad nada más he estado moviendo muebles, limpiando libreros, escombrando discos... Fue como mes y medio en que nada más pasaba las cosas de un lado para otro… Tenía un chorro de proyectos que se quedaron a medias y que ahora sí, estoy terminando metódicamente, uno por uno… Estoy grabando música, pintando… Y ya estamos trabajando en el guión de la película Otro día sin mexicanos, que pensamos que estará lo antes posible, ya es un hecho”.

Foto: Pepe Castillo

Justo a mitad del confinamiento por el coronavirus, Arau pensó que sería bueno aprovechar ese momento para salir a la calle a grabar algunas escenas, pero se encontró con el mismo fenómeno que ha ocurrido en muchos países: la gente que vive al día –en este caso, precisamente los mexicanos– siguió saliendo a ganarse la vida, como de costumbre.

“Fue muy chistoso, porque salimos a grabar, y sopas mano, ¡puros mexicanos! Parecía ‘Un día sólo con mexicanos’. Es muy loco, porque secretamente, Estados Unidos dio 250 mil visas para que vinieran trabajadores al campo, porque las cosechas estaban a punto de perderse al no haber quien las pisque, y es que los mexicanos son esenciales en eso... La verdad es que los mexicanos son esenciales en todo. Somos el principal mercado, los principales consumidores y los que más hemos aportado a la historia de Estados Unidos en términos históricos, desde el día uno que se hizo este país”.

Es un tema que desde siempre le ha apasionado y preocupado a Sergio, cuya obra se ha basado casi siempre en destacar la cultura mexicana.

“Está medio canijo que no nos tomen en cuenta. Una cosa que descubrimos Yareli –su pareja y productora en el terreno cinematográfico– y yo, es que México no existe en los libros de historia gringos. Nada más está lo de la guerra México-Americana y lo del Álamo, pero fuera de eso, no está México… Nuestra aportación no se considera... Sí nos enoja mucho”.

Para las siguientes elecciones me voy a volver a lanzar… Voy a hacer un Partido Capitalista y mi lema va a ser: Si es bueno para mí, es bueno para mí

RACISTAS ANÓNIMOS

Cerca de cumplir tres décadas viviendo en Estados Unidos, o como él dice: yendo y viniendo entre Los Ángeles y la Ciudad de México, Arau también es un testigo fiel de cómo se vive el racismo en ambos países.

“La cuestión del racismo en México es bien gruesa, porque lo aprendes desde chiquito, aunque muchos digan que no somos racistas; te lo hacen sentir tus papás, tus amigos, en la escuela… Yo tuve la suerte de vivirlo al revés, porque mis papás vivían en el Pedregal de San Ángel, donde yo iba al jardín de niños, y de repente se divorcian y acabamos viviendo en Tacubaya, en una zona bastante pobre, aunque yo me la pasé maravilloso porque ahí descubrí la humanidad, y me sirvió muchísimo, pasar de un estatus aparentemente más alto a ese barrio, donde los de mi cuadra eran rudísimos; ahí te armas y aprendes desde jugar canicas o bailar el trompo, hasta los madrazos”.

-¿Ahí te hiciste “barrio”?

-A mí me sirvió mucho para entenderlo y no discriminar… Pero a pesar de eso, uno es racista. Yo creo que (en México) deberíamos tener algo así como 'Racistas Anónimos', algo así para llegar y decirnos: ‘Hola, soy Sergio y soy racista...’ Y los demás: ‘Hola Sergio’… ya sabes. Lo que pasa es que no te das cuenta, porque está muy arraigado. Siempre le echamos la culpa a los españoles, pero la verdad es que (el racismo) viene desde los aztecas.

¿Qué opinas de anuncios como el de la marca de hot cakes que cambiará su imagen para ya no mostrar a una mujer negra en el empaque? ¿No es llegar al extremo de lo políticamente correcto?

Foto: Pepe Castillo

-Es que estamos tan acostumbrados a que los negros son los de la cocina… A mí me parece que sí sirve para que mucha gente tenga consciencia, porque es un signo del sometimiento. Espero que la gente sea más consciente en México, y que acepten que sí somos muy racistas, clasistas y discriminadores. Hace poco veía a un cuate que empezó a contar chistes de minusválidos, y dije: ‘Oye, ya te burles de eso… Ya quisiera ver que alguien de tu familia tuviera alguna bronca de ese tipo’. A lo mejor ya soy muy sensible, pero la verdad sí me molestó… No se vale burlarte de alguien que tenga una limitación, porque eso no se elige”.

-En México el gobierno acaba de tener un desliz que involucra al Conapred. ¿Te arrepientes de haber apoyado a AMLO en la elección pasada?

-Bueno, yo sí sigo creyendo. No soy AMLOver, pero como digo en mi canción Viajo sin brújula: no sé qué quiero, pero sé bien lo que no… Y lo que no quiero es que regresen esas clases privilegiadas, ya sean del PAN, del PRD o de un nuevo partido, porque sólo ven por ellos. Admito que (este gobierno) dice muchas tonterías, ¿pero alguien se ha preocupado por saber cuánto le han metido a las escuelas rurales o qué tanto apoyan a los campesinos? Porque si quitas a López Obrador, ¿a quién vas a traer? ¿A otro Duarte, a otro Peña o a otro Calderón? Hay una película que recomiendo mucho, llamada The edge of democracy, porque lo que pasó en Brasil es muy peligroso, ya que acabaron metiendo a Lula en la cárcel, a pesar de todo lo que hizo y de que es un líder incorruptible. Yo no quiero que sean AMLOvers, ¿pero para dónde vamos si lo quitan? Para las siguientes elecciones yo me voy a volver a lanzar… Voy a hacer un partido con mi mujer, el Partido Capitalista y su lema va a ser: ‘Si es bueno para mí, es bueno para mí’. Otra campaña que quiero hacer es: ‘Tu casa es mi casa’. Honestidad, ante todo.

-Hablando de campañas y presidentes, allá tienen a Trump.

-La verdad, está de la chingada. Yo le iba mucho a Bernie. Pero hay que aclarar una cosa: aquí los dos partidos son igualitos, la diferencia es que unos tratan de quedar mejor con la gente, y a los otros les vale madres. Ahora, yo no creo que Biden tenga el carisma ni los huevos para ganarle a Trump, aunque Trump se está quedando solito después del Covid-19 y del Black Lives Matter; todo eso le está quitando muchísima popularidad y se está haciendo visible que el güey no entiende nada. Yo espero que pierda Trump, pero si pierde no va a ser porque Biden sea muy chingón, sino porque él solo está perdiendo votos todos los días.

Hubo una razón, que nunca había dicho abiertamente, para cantar en español: la verdad es que yo no hablaba una sola palabra en inglés

MEDIO SIGLO DE AVÁNDARO

No podemos pasar por alto que en 2021 se cumplen 50 años de Avándaro, el mítico festival en el que Arau tocó con su banda de aquel entonces, llamada La Ley de Herodes, pero lo más interesante es que tiene información para compartir.

“Yo fui como público. Pero de repente dijeron: ‘Si tienes una banda apúntate, y te echas un palomazo’. Creo que yo fui el primero que se anotó… Iba con mi hermano Fernando y “El Chícharo”, que era el baterista. Tocamos ahí el viernes a las 12 de la noche. Nunca grabamos un disco, pero sí tocábamos música original y en español. Nosotros tocábamos para 50 o 100 gentes cuando mucho, y de repente subirte a ese escenario y ver hasta donde da el horizonte, pues entras en shock.

-¿Cómo recuerdas esa tocada?

-No me acuerdo qué toqué y no me acuerdo cómo lo toqué… simplemente estaba impresionado y emocionadísimo. Fue muy interesante, porque 20 años después, me enteré por unos cuates que hicieron un documental sobre el festival, que fuimos el único grupo que cantó el 100 por ciento de su set en español. Y hay una razón, que nunca la había dicho abiertamente: la verdad es que yo prefería el español porque no hablaba una sola palabra en inglés, aparte de que me parecía absurdo cantar en inglés frente a un público que habla español. Pero fue muy interesante.

-¿Algún día volverá Botellita de Jerez con Sergio Arau?

-Lo veo difícil, porque para mí Botellita solamente éramos los tres (Armando Vega Gil, Francisco Barrios y Sergio Arau); y la otra Botellita nunca me ha gustado lo que hicieron. Veo difícil que solo fuéramos el Mastuerzo y yo. Lo quiero un chingo, pero nomás no lo aguanto, y supongo que es lo mismo de allá para acá. Vivimos tantas cosas… es como cuando tienes un hermano o un primo. Pero bueno, cuando me salí la primera vez de Botellita en el 88, jamás pensé que íbamos a regresar, y luego nos encontramos en un festival en Los Ángeles en el 97; me dio muchísimo gusto verlos, y me invitaron a las despedidas de lo que fue el último Guacarock. Cuando nos quedamos los tres juntos al final, fue tan brutal la energía y todo, que decidimos regresar. No sé… yo digo que no, pero de repente te ponen las condiciones en frente y va.

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Son muchos los temas que están en la mesa para tocar con Sergio Arau, el músico, cineasta y artista plástico radicado en Los Ángeles, California. La política en Estados Unidos y México; el racismo que cada tanto vuelve a las agendas, y claro, los retos interminables de la comunidad latina, son sólo algunos de los tópicos que tocamos en una conversación maratónica aquí editada por supuesto, con “El Uyuyuy”, a propósito también de la secuela que está preparando de su película Un día sin mexicanos.

Sencillo y afable como de costumbre, Arau contesta la llamada, contándonos que las primeras semanas de la cuarentena por Covid-19 no las aprovechó como quería.

“Aquí en Los Ángeles, empezó el 16 de marzo. El primer mes, dije: ‘Me voy a concentrar, voy a hacer una exposición de pintura completa’ y la verdad nada más he estado moviendo muebles, limpiando libreros, escombrando discos... Fue como mes y medio en que nada más pasaba las cosas de un lado para otro… Tenía un chorro de proyectos que se quedaron a medias y que ahora sí, estoy terminando metódicamente, uno por uno… Estoy grabando música, pintando… Y ya estamos trabajando en el guión de la película Otro día sin mexicanos, que pensamos que estará lo antes posible, ya es un hecho”.

Foto: Pepe Castillo

Justo a mitad del confinamiento por el coronavirus, Arau pensó que sería bueno aprovechar ese momento para salir a la calle a grabar algunas escenas, pero se encontró con el mismo fenómeno que ha ocurrido en muchos países: la gente que vive al día –en este caso, precisamente los mexicanos– siguió saliendo a ganarse la vida, como de costumbre.

“Fue muy chistoso, porque salimos a grabar, y sopas mano, ¡puros mexicanos! Parecía ‘Un día sólo con mexicanos’. Es muy loco, porque secretamente, Estados Unidos dio 250 mil visas para que vinieran trabajadores al campo, porque las cosechas estaban a punto de perderse al no haber quien las pisque, y es que los mexicanos son esenciales en eso... La verdad es que los mexicanos son esenciales en todo. Somos el principal mercado, los principales consumidores y los que más hemos aportado a la historia de Estados Unidos en términos históricos, desde el día uno que se hizo este país”.

Es un tema que desde siempre le ha apasionado y preocupado a Sergio, cuya obra se ha basado casi siempre en destacar la cultura mexicana.

“Está medio canijo que no nos tomen en cuenta. Una cosa que descubrimos Yareli –su pareja y productora en el terreno cinematográfico– y yo, es que México no existe en los libros de historia gringos. Nada más está lo de la guerra México-Americana y lo del Álamo, pero fuera de eso, no está México… Nuestra aportación no se considera... Sí nos enoja mucho”.

Para las siguientes elecciones me voy a volver a lanzar… Voy a hacer un Partido Capitalista y mi lema va a ser: Si es bueno para mí, es bueno para mí

RACISTAS ANÓNIMOS

Cerca de cumplir tres décadas viviendo en Estados Unidos, o como él dice: yendo y viniendo entre Los Ángeles y la Ciudad de México, Arau también es un testigo fiel de cómo se vive el racismo en ambos países.

“La cuestión del racismo en México es bien gruesa, porque lo aprendes desde chiquito, aunque muchos digan que no somos racistas; te lo hacen sentir tus papás, tus amigos, en la escuela… Yo tuve la suerte de vivirlo al revés, porque mis papás vivían en el Pedregal de San Ángel, donde yo iba al jardín de niños, y de repente se divorcian y acabamos viviendo en Tacubaya, en una zona bastante pobre, aunque yo me la pasé maravilloso porque ahí descubrí la humanidad, y me sirvió muchísimo, pasar de un estatus aparentemente más alto a ese barrio, donde los de mi cuadra eran rudísimos; ahí te armas y aprendes desde jugar canicas o bailar el trompo, hasta los madrazos”.

-¿Ahí te hiciste “barrio”?

-A mí me sirvió mucho para entenderlo y no discriminar… Pero a pesar de eso, uno es racista. Yo creo que (en México) deberíamos tener algo así como 'Racistas Anónimos', algo así para llegar y decirnos: ‘Hola, soy Sergio y soy racista...’ Y los demás: ‘Hola Sergio’… ya sabes. Lo que pasa es que no te das cuenta, porque está muy arraigado. Siempre le echamos la culpa a los españoles, pero la verdad es que (el racismo) viene desde los aztecas.

¿Qué opinas de anuncios como el de la marca de hot cakes que cambiará su imagen para ya no mostrar a una mujer negra en el empaque? ¿No es llegar al extremo de lo políticamente correcto?

Foto: Pepe Castillo

-Es que estamos tan acostumbrados a que los negros son los de la cocina… A mí me parece que sí sirve para que mucha gente tenga consciencia, porque es un signo del sometimiento. Espero que la gente sea más consciente en México, y que acepten que sí somos muy racistas, clasistas y discriminadores. Hace poco veía a un cuate que empezó a contar chistes de minusválidos, y dije: ‘Oye, ya te burles de eso… Ya quisiera ver que alguien de tu familia tuviera alguna bronca de ese tipo’. A lo mejor ya soy muy sensible, pero la verdad sí me molestó… No se vale burlarte de alguien que tenga una limitación, porque eso no se elige”.

-En México el gobierno acaba de tener un desliz que involucra al Conapred. ¿Te arrepientes de haber apoyado a AMLO en la elección pasada?

-Bueno, yo sí sigo creyendo. No soy AMLOver, pero como digo en mi canción Viajo sin brújula: no sé qué quiero, pero sé bien lo que no… Y lo que no quiero es que regresen esas clases privilegiadas, ya sean del PAN, del PRD o de un nuevo partido, porque sólo ven por ellos. Admito que (este gobierno) dice muchas tonterías, ¿pero alguien se ha preocupado por saber cuánto le han metido a las escuelas rurales o qué tanto apoyan a los campesinos? Porque si quitas a López Obrador, ¿a quién vas a traer? ¿A otro Duarte, a otro Peña o a otro Calderón? Hay una película que recomiendo mucho, llamada The edge of democracy, porque lo que pasó en Brasil es muy peligroso, ya que acabaron metiendo a Lula en la cárcel, a pesar de todo lo que hizo y de que es un líder incorruptible. Yo no quiero que sean AMLOvers, ¿pero para dónde vamos si lo quitan? Para las siguientes elecciones yo me voy a volver a lanzar… Voy a hacer un partido con mi mujer, el Partido Capitalista y su lema va a ser: ‘Si es bueno para mí, es bueno para mí’. Otra campaña que quiero hacer es: ‘Tu casa es mi casa’. Honestidad, ante todo.

-Hablando de campañas y presidentes, allá tienen a Trump.

-La verdad, está de la chingada. Yo le iba mucho a Bernie. Pero hay que aclarar una cosa: aquí los dos partidos son igualitos, la diferencia es que unos tratan de quedar mejor con la gente, y a los otros les vale madres. Ahora, yo no creo que Biden tenga el carisma ni los huevos para ganarle a Trump, aunque Trump se está quedando solito después del Covid-19 y del Black Lives Matter; todo eso le está quitando muchísima popularidad y se está haciendo visible que el güey no entiende nada. Yo espero que pierda Trump, pero si pierde no va a ser porque Biden sea muy chingón, sino porque él solo está perdiendo votos todos los días.

Hubo una razón, que nunca había dicho abiertamente, para cantar en español: la verdad es que yo no hablaba una sola palabra en inglés

MEDIO SIGLO DE AVÁNDARO

No podemos pasar por alto que en 2021 se cumplen 50 años de Avándaro, el mítico festival en el que Arau tocó con su banda de aquel entonces, llamada La Ley de Herodes, pero lo más interesante es que tiene información para compartir.

“Yo fui como público. Pero de repente dijeron: ‘Si tienes una banda apúntate, y te echas un palomazo’. Creo que yo fui el primero que se anotó… Iba con mi hermano Fernando y “El Chícharo”, que era el baterista. Tocamos ahí el viernes a las 12 de la noche. Nunca grabamos un disco, pero sí tocábamos música original y en español. Nosotros tocábamos para 50 o 100 gentes cuando mucho, y de repente subirte a ese escenario y ver hasta donde da el horizonte, pues entras en shock.

-¿Cómo recuerdas esa tocada?

-No me acuerdo qué toqué y no me acuerdo cómo lo toqué… simplemente estaba impresionado y emocionadísimo. Fue muy interesante, porque 20 años después, me enteré por unos cuates que hicieron un documental sobre el festival, que fuimos el único grupo que cantó el 100 por ciento de su set en español. Y hay una razón, que nunca la había dicho abiertamente: la verdad es que yo prefería el español porque no hablaba una sola palabra en inglés, aparte de que me parecía absurdo cantar en inglés frente a un público que habla español. Pero fue muy interesante.

-¿Algún día volverá Botellita de Jerez con Sergio Arau?

-Lo veo difícil, porque para mí Botellita solamente éramos los tres (Armando Vega Gil, Francisco Barrios y Sergio Arau); y la otra Botellita nunca me ha gustado lo que hicieron. Veo difícil que solo fuéramos el Mastuerzo y yo. Lo quiero un chingo, pero nomás no lo aguanto, y supongo que es lo mismo de allá para acá. Vivimos tantas cosas… es como cuando tienes un hermano o un primo. Pero bueno, cuando me salí la primera vez de Botellita en el 88, jamás pensé que íbamos a regresar, y luego nos encontramos en un festival en Los Ángeles en el 97; me dio muchísimo gusto verlos, y me invitaron a las despedidas de lo que fue el último Guacarock. Cuando nos quedamos los tres juntos al final, fue tan brutal la energía y todo, que decidimos regresar. No sé… yo digo que no, pero de repente te ponen las condiciones en frente y va.

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