Mazatlán, Sin.- Mazatlán ha crecido turística, económica y poblacionalmente en los últimos años, sin embargo, no cuenta con un buen sistema de recolección de basura, mucho menos con un adecuado manejo, tratamiento y disposición final de la misma.
De acuerdo a la Ley General de Tratamiento Integral de Residuos (2003), se dispone que los municipios tienen que implementar un programa de gestión integral de residuos, y de acuerdo a Norma Oficial Mexicana, la NOM- 083, vigente desde 1999 y a la Ley de Protección al Medio Ambiente, el puerto de Mazatlán, con su tiradero a cielo abierto, está en un desfase de incumplimiento de la normatividad de más de 20 años.
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El puerto, señala el consultor especializado en temas de medio ambiente y desarrollo, Ángel García Contreras, tiene un problema que no solo es ecológico, sino también de salud pública, incluso económico y turístico.
“Ecológico, porque no solo se contaminan los mantos freáticos, sino que hay evidencia científica de la presencia de lixiviados en las aguas del Estero de Urías y por las emisiones de gases a la atmósfera, por si fuera poco, la mancha urbana se ha extendido ya hasta los alrededores del basurón, convirtiéndose todo esto en un problema de salud pública, y turístico porque empaña la imagen del destino”.
Aseguró que en Mazatlán se tiene que realizar un diagnóstico interdisciplinario donde se revisen todas las fases que establece la gestión integral de residuos: barrido, recolección, manejo, tratamiento y disposición final.
“Y en Mazatlán solamente se cumplen con las fases de barrido, parcialmente, y de recolección”.
CLASIFICACIÓN Y SEPARACIÓN
Una de las grandes fallas en el sistema de recolección, manejo y tratamiento es que no hay estrategia para clasificar y separar los tres grandes tipos de basura que se producen en la ciudad: residuos sólidos urbanos, que se generan en casa habitación y algunos negocios; los residuos de manejo especial, generados por los giros mercantiles y por la industria de la construcción; y los residuos peligrosos, provenientes de las clínicas, hospitales y giros afines.
El alcalde, Luis Guillermo Benítez Torres, en declaraciones a finales del año pasado, aseguró que este 2022, "truene, llueva o relampaguee", Mazatlán tendría su relleno sanitario de primer mundo.
Incluso reconoció que el Ayuntamiento está sancionado por el basurón, debido a que incumple con las normas ambientales; una de las sanciones data del 2018 y otra del 2019.
No obstante, García Contreras menciona que de nada servirá un relleno sanitario si no se implementan las políticas públicas para llevar a cabo procesos de clasificación primaria y separación, para que así al relleno sanitario solo lleguen los residuos que no tengan un valor económico y calórico.
"Mientras no se realice la separación primaria, que se tenga cuantificado e identificado a los generadores de cada tipo de residuos, y que haya un proceso de separación, a un relleno sanitario no pueden llegar residuos peligrosos, tiene que separarse, clasificarse, solo deben de llegar los residuos sólidos urbanos que no tengan valor económico y calórico, porque finalmente de eso se trata en términos ecológicos", mencionó.
La posibilidad de reciclaje y reutilización en Mazatlán es mínima, pues todos los residuos se mezclan y se contaminan; implementar estrategias de clasificación y separación reactivaría la economía del reciclado, que más allá del valor económico, permitiría ahorrar recursos naturales.
“Con un programa de reciclaje se podrían aprovechar plásticos, cartón, papel, aluminio y hasta la basura orgánica, que por su capacidad energética y calórica, puede ser procesada de diferentes formas, como composta o biocombustible”.
Agregó que para ello, primeramente se tiene que romper con la concepción paternalista que existe sobre el manejo de los residuos, implementando un manejo responsable socialmente, es decir, la sociedad debe sacar sus residuos separados y clasificados y mandatar, por ley, a los que generan residuos de manejo especial y peligrosos.
También hacer nuevos reglamentos y buscar una maniobra de remediación y clausura del actual basurón.
RESIDUOS PÉTREOS
Otro de los más grandes retos, que pareciera un problema aislado, pero no lo es, es la generación, manejo y disposición final de los residuos pétreos desechados por la industria de la construcción.
“Ante el boom inmobiliario que se vive en el puerto se ha generado otro grave problema, ya que al no contar con sitios específicos para verter este tipo de residuos, terminan, principalmente, como relleno en los humedales, ecosistemas y en las áreas verdes, así como en el basurón.
Debido a esto, el consultor enfatizó que hay que considerar dentro del plan de gestión integral de residuos sólidos a este tipo de desechos.
POR COLAPSAR
El basurón municipal de Mazatlán está a un 98% de su capacidad y se estima que en cualquier momento no habrá espacio donde depositar los residuos sólidos urbanos.
CIFRAS
25 años lleva operando el basurón municipal al sur de Mazatlán.
604 toneladas de basura en promedio diario genera la ciudad de Mazatlán.
300 pepenadores operan en el basurón municipal del puerto.