Mazatlán, Sin.- El principal riesgo de contagio de Covid-19 durante esta tercera ola de la pandemia es la simulación del autocuidado por tener la vacuna y las medidas sanitarias ineficaces como el exigir el certificado de vacunación a unos sí y a otros no, de ahí que mucha gente use incorrectamente el cubrebocas y ya no se guarde la sana distancia, señaló la psicóloga Betty Hernández Lizárraga, Premio Mexicano de Psicología 2021.
La terapeuta voluntaria de la Línea Covid-19 Sinaloa y de la Red de Servicios de Salud Mental, Región Noroeste, comentó que la exigencia del certificado de vacunación para entrar a centros comerciales y negocios se ha convertido en una medida polémica, ya que no todo el mundo tiene acceso a la vacuna y se trata de una decisión que no toma en cuenta las bases sociales y culturales de la población, pues mucha gente todavía no cree en el virus y en la eficacia de las vacunas.
“Hay mucha gente que anda en la calle y trae el cubrebocas, pero lo trae debajo de la nariz o en la papada, esa es una simulación de autocuidado y de cuidado a los demás, y también existe la soberbia, pensar que uno es todopoderoso que no me pasa nada o por la falsa sensación de que ya me vacuné y ya no tengo que cuidarme ni a los demás”, expresó.
Dijo que el exigir el certificado a la población local y exentar a los turistas que llegan en autobuses charteros o por carretera, genera una falsa protección.
“El hecho de que a los turistas no se les exija el certificado de vacunación, el efecto que se buscaba como medida de control para disminuir riesgos pierde efectividad porque finalmente recibimos autobuses charteros, turistas carreteros y se incrementa la población flotante que tiene Mazatlán en temporadas tan altas como vacaciones de verano”, apuntó.
Señaló que esta medida sanitaria es buena para la economía, pero no para la población local que se ve afectada en su movilidad, en tiempos en que el duelo del Covid-19 es colectivo y el impacto emocional todavía no acaba.
Refirió que no hay persona que no haya perdido en los últimos 18 meses a un familiar, amigo, vecino, conocido o compañero de trabajo, como consecuencia de la pandemia del coronavirus.
“De por sí el impacto emocional va a llevar un tiempo más complicado para elaborar todo este duelo colectivo, y si a mí me restringen mi movilidad, la posibilidad de ir a un templo, a una iglesia a rezar, o de ir al panteón o tener la posibilidad de que ese duelo sea acompañado, con la presencia de quien me dé su apoyo y la protección emocional que necesito, pues obviamente sí impacta este tipo de medidas”, indicó.
Aclaró que la simulación del autocuidado se observa en la gente que usa mal el cubrebocas o que porta el certificado de vacunación, pero no guarda la sana distancia, algunos por egoísmo porque no le importa lo que le pase al otro, hay quienes por falta de empatía o ignorancia, quienes no creen en el virus ni en la eficacia de las vacunas
“El que no usa cubrebocas es porque no cree, yo no puedo usar cubrebocas por egoísmo, que no me importa lo que le pase al otro, también puede ser por falta de empatía o por ignorancia, también existe la soberbia o la falsa sensación de que ya me vacuné y soy inmune, pueden ser muchos factores que ponen en riesgo a los demás”, concluyó.
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