Mazatlán, Sin.- "Querer es poder" es una frase motivacional que se emplea muy a menudo para expresar que la voluntad es un motor fundamental para alcanzar un objetivo.
Luego de haber pasado unos años "perdido" en el mundo de las drogas, Alfonso Magaña Gravilla, mejor conocido como "la Alfonsina", decidió ponerle fin a este sombrío capítulo en su vida. Se convirtió en un personaje enigmático del puerto, muy conocido por locales y turistas; se le veía deambulando por la ciudad semidesnudo, con un trapo amarrado a la cintura como taparrabo, descalzo; despreocupado y sin pena, eso era lo que lo caracterizaba.
En ese tiempo me alejé de mi familia, de mis amigos, de todo. Teniendo mi casa, dormía, comía y andaba en la calleMagaña Gravilla
Es 100% mazatleco, vivió una temporada en Tijuana, Baja California y fue la muerte de su padre lo que lo llevó a adentrarse en las drogas.
"Qué vergüenza, ahorita yo me animaría a andar así. Aún me acuerdo cuando andaba en la calle y lo que le decía a la gente, hacía mí despapaye", recordó.
El 26 de junio del 2019, por iniciativa de sus hermanas, ingresó al centro de rehabilitación Una Luz en el Camino, donde estuvo en tratamiento por un año.
Confiesa que al principio él no estaba de acuerdo en ser internado, lo más difícil fue estar "encerrado" con personas desconocidas, pero ahora reconoce que todo eso le sirvió, pues es una persona totalmente renovada y con otras ideas.
"Me pusieron un 'stop', me sirvió mucho, ahora soy una persona nueva, renovada, con otras ideas. Sí me acuerdo de mis tiempos de antes, eso no se puede olvidar, pero ya quedó atrás, en el pasado", reconoció.
Las personas lo ven en la calle y lo reconocen y aunque ahora muchos le llaman por su nombre, a él particularmente no le molesta si le dicen “Alfonsina”.
Hoy es otro, tiene un empleo; es un vivo ejemplo de que las persona puede llegar hacer cualquier cosa, incluso superas las adicciones.
Me siento feliz de una nueva vida, de estar alejado de las drogas, me siento mejor.Magaña Gravilla
Su reinserción social no ha sido fácil, cuenta que en varias ocasiones le negaron un empleo porque pensaban que todavía andaba en los mismos pasos. Trabajó unos meses en una taquería, pero al tiempo quedó desempleado nuevamente.
"Duré seis meses desempleado, es bien duro, se desespera uno mucho, pero después viene la respuesta, tiene que tener paciencia", señaló.
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Protección Civil municipal buscó a Alfonso para invitarlo a unirse a su cuerpo de trabajo. Recibió una previa capacitación y actualmente labora en el Ayuntamiento, donde toma la temperatura corporal a los ciudadanos que van a ingresar o les aplica gel antibacterial.
Alfonso declaró sentirse a gusto en su nuevo trabajo, ya que el ambiente laboral es agradable y sus compañeros lo han respetado.
Me he sentido a gusto, más que nada apapachado por la gente, aceptado y agradecido por el placer de estar trabajando y de ser una persona útil
Magaña Gravilla
A todas aquellas personas que aún se encuentran en lucha contra las adicciones, las animó a seguir adelante y no mirar hacia atrás.
"Que le echen ganas, más que nada que nunca miran para atrás, nada más para adelante; hay que creérsela uno mismo, eso te da confianza, porque no es fácil", dijo.
A trabajar y lo que venga, son los planes del mazatleco. El compromiso es permanecer en la corporación hasta el último día de la actual administración.
PARA SABER
Los Centros de Integración Juvenil en Sinaloa atienden cada año en México en promedio a 120 mil pacientes; de estos, 60 mil son usuarios dependientes de alguna droga, otros 50 mil son familiares de pacientes y el resto corresponden a alguna atención de salud mental.
En Sinaloa, el 79% de los pacientes que se atienden al año, que son poco más de cinco mil, se inician en las drogas siendo menores de edad.
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