Asústame: Los “aparecidos” del Panteón número 3

Conozca la historia de las almas que deambulan en busca del descanso eterno

Carla González │ El Sol de Mazatlán

  · domingo 18 de octubre de 2020

Foto: Carla González│ El Sol de Mazatlán

Mazatlán, Sin.- Hay almas que después de morir vagan sin descanso, sin encontrar el camino al más allá y continúan deambulando en el mundo de los vivos, dando un susto a más de uno.

El panteón municipal número 3, ubicado sobre la calle Principal en la colonia Benito Juárez, es uno de los más viejos del puerto, con más de 110 años de historia, fundado en 1909, tiene en su interior más de 15 mil tumbas.

Los cementerios son el recinto del descanso eterno para las almas que dejan el plano terrenal y emprenden un nuevo camino a la otra vida, pero también están llenos de historias y experiencias paranormales.

Cuando alguien muere, afirman, debe cruzar la luz para descansar en paz, pero cuando aquellas personas que después de morir vagan sin descanso, sin encontrar el camino al más allá, su alma continúa deambulando en el mundo de los vivos, dando un susto a más de uno.

Don Juan dice haber transcurrido toda su vida en el panteón, pues su casa se encuentra a escasos pasos del camposanto y desde hace varios años se desempeña como sepulturero.

Relata que andando de noche le han pasado cosas extrañas y difíciles de explicar, como escuchar pasos caminando entre la breña, pero no ver a nadie o también cuando exhumó el cuerpo del dueño del hotel Freeman y su sorpresa fue cuando abrió la caja y vio el cadáver intacto aún después de 26 años de estar enterrado.

Foto: Carla González│ El Sol de Mazatlán

La experiencia que más tiene presente es la ocasión en que vio caminando a un hombre entre las tumbas y al llegar a lo que anteriormente era el descanso y hoy una capilla, este desapareció.

"Ya estaba oscuro, yo miré a un señor bien vestido que venía de aquel lado (señalando a la parte trasera del panteón) yo estaba como 30 metros de distancia y cuando llegó ahí por dónde está el descanso ahí desapareció, era una persona, yo la estaba viendo", dijo.

Manuel, uno de los encargados de la limpieza, también ha sido testigo de acontecimientos indescriptibles.

Foto: Carla González│ El Sol de Mazatlán

Recuerda que un día estaba entre las tumbas cuando de repente un muchacho se acercó a él y le ofreció un pequeño trabajo, si podía pintarle las letras a una lápida, a lo que Manuel dijo que sí.

A los días una señora llegó al mismo lugar y extrañada al ver las letras le preguntó a Manuel si sabía algo, él le contestó que un joven le había pedido el favor y al describirlo físicamente la mujer lo reconoció, se trataba de su hijo que había fallecido hace seis meses atrás y se encontraba sepultado en esa tumba.

Mencionan que ellos nunca lo han visto, pero los que tenían más antigüedad trabajando en el panteón les contaron que atrás del descanso salen dos “plebitas” jugando a la rueda de San Miguel.

Foto: Carla González│ El Sol de Mazatlán

Ambos, además de compartir el mismo lugar de trabajo, tienen en común la fortuna o el infortunio de presenciar fenómenos paranormales, sin embargo, dicen hacer caso omiso y dejarlo pasar, pues entre más le prestan atención y más le temen, más lo atraen.

Muchos dicen que hasta no ver no creer, pero lo que sí es una realidad es que los fenómenos paranormales son de los debates más viejos en el mundo, dividiendo a la sociedad en creyentes y no creyentes, no hay lugar para la indiferencia.



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