Mazatlán, Sinaloa.- En su primer año como asociación, la agrupación Tesoros Perdidos Hasta Encontrarlos, encontró 16 cuerpos de varones, en edades que van de 17 a 45 años; mientras que en este 2018 se encontraron 10 cadáveres más.
De esta cifra de hallazgos, son nueve los cuerpos que no han sido identificados por familiares, bajo la pretensión de que por algunos de ellos no se han interpuesto denuncias de desaparición o no se han acercado a cotejar ADN las familias.
Muchas mamás no han venido a poner una denuncia o no se han hecho el ADN, pero también a muchas las han amenazado, porque se les han acercado y dicen ellas que es por miedo, pero no buscamos problemas con los culpables.Irma Arellanes Hernández, presidenta de la Asociación.
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El grupo está conformado por más de 30 mujeres, todas madres de un hijo que desapareció sin razón aparente, y buscan cualquier indicio para dar con su paradero.
Con la secrecía que implica por seguridad, omiten los puntos en los que rastrean, pero en su mayoría se trata de predios alejados del casco urbano de la ciudad.
“Fuimos a varios lugares y descartamos algunos, por ejemplo, habíamos descartado un lugar y ahora que fuimos a echarnos un rondín, una vuelta, encontramos dos fosas abiertas y podemos regresar para encontrar más”, refirió.
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Juntas desde junio de 2017, a todas ellas y al resto de sus familiares la vida ha cambiado aunque entre ellas se motivan para superar el desánimo y el dolor.
Con proyectos a mediano plazo, buscan mejorar su financiamiento para ampliar áreas de búsqueda, y podrían incursionar en la operación de una cocina económica o bien con servicios de comida a domicilio para obtener recursos.
DIFICULTADES ECONÓMICAS
Atravesar por estos dos años, ha resultado difícil para todas las integrantes, quienes entre el desgaste psicológico, económico y moral, se ayudan mutuamente con lo que pueden.
“A veces no tenemos dinero, apoyo de gobierno no hay como se piensa, no nos dan nada. Somos muchas, tenemos que comprar suero, agua, y a veces dicen que cada quien compre lo suyo, pero hay quienes no tienen ni para el pasaje, entonces se les ayuda”, describe.
El escrutinio público, es uno de los factores que más las desgastan, pues son señaladas como si fuera una lección para sus hijos el hecho de haber sido desaparecidos.
“A nosotras nos dicen, que somos unas viejas que no tenemos nada que hacer, que nuestros hijos andaban mal. Independientemente, todos llegamos a ser padres, incluso los que critican, no podemos decir que esto no nos va a pasar a nosotros o de esta agua no he de beber”, lamentó.
Palas, picos, guantes, agua, ropa ligera, cachuchas, gasolina, incluso a veces cómo movilizarse, son los gastos que hacen en cada búsqueda, las cuales pueden efectuar hasta dos veces cada tres semanas, de acuerdo al presupuesto.
CAPACITACIÓN
Actualmente, recolectan recursos para viajar a la Cuarta Brigada Nacional de Búsqueda que se celebra a nivel nacional en el Estado de Guerrero.
“Es una nueva experiencia que vamos a tener, somos cuaro las que vamos a Guerrero, necesitamos dinero para inscribirnos porque salimos sorteadas, pero sólo son las del Renavi las que tienen el pase pagado. Nosotras necesitamos juntar dinero para poder ir”, dijo.
Será del 19 de enero al 1 de Febrero cuando se realizará el encuentro al que pretenden acudir para mejorar sus técnicas de rastreo.
En tanto, tienen en puerta el desayuno a celebrar en el restaurante El Atrancón, con precio por boleto de 200 pesos por persona, este fin de semana.
“Nos anotamos para aprender a rastrear las fosas clandestinas, que es lo que hacemos aquí. Somos mamás, no estamos preparadas, somos madres y amas de casa que queremos recuperar a nuestros hijos”, finalizó.