/ jueves 26 de noviembre de 2020

Berenice dejó su trabajo en CDMX por acoso laboral

La licenciada tenía una jefatura en los altos mandos de una institución en la que era la única mujer

Culiacán, Sin.- La violencia laboral es una de las distintas modalidades de violencia de género, que consiste en el abuso de poder dentro del vínculo laboral, docente o análogo, que afecta la autoestima, salud, integridad, libertad, seguridad y desarrollo de una persona. Esta es la definición que tiene de este delito, el gobierno de México.

Berenice de 44 años de edad, más allá del concepto, lo vivió en carne propia, dentro de su área laboral en 2018. Sin embargo, no denunció por miedo.

Foto: Archivo │ OEM


“Yo estudié ya grande administración de empresas, ya trabajando en la administración escolar de mi institución. Ahí estuve un año después de haberme graduado y luego de un tiempo, me ofrecieron una jefatura de mi área, pero en Ciudad de México. La paga era buena, al grado de que, si yo quería podía estar visitando a mi familia todos los fines de semana”, relata Berenice.

Durante un año, Berenice estuvo viviendo en Ciudad de México (CDMX), con un sueldo bueno y una oportunidad única que no tenía prevista tan pronto en la institución para la que trabaja.

“En Culiacán somos varias mujeres, pero allá en la CDMX, había pocas, de hecho, yo era la única mujer en mi área. Yo era jefa y mi equipo eran hombres de mi edad e incluso más grandes y cuando me vieron llegar, en seguida me hicieron mala cara. Yo no hice caso, me habían contado que los chilangos son más ‘sangrones’ pero al paso de las semanas empecé a notar conductas que no eran ni cómodas ni amigables”, recuerda Berenice.

Foto: Archivo │ OEM

Cuando la licenciada se reunía con su equipo de trabaja y delegaba acciones para el instituto, sus propuestas no eran acatadas o incluso se burlaban de ella. Pero estas situaciones se fueron agravando al paso del tiempo. Luego de las burlas y miradas despectivas de sus subordinados, el acoso sexual empezó a darse en su propia oficina.

“Pasaron meses y yo me aguanté y aguantaba por el dinero, por mi familia y porque sabía que una oportunidad así no iba a darse nuevamente. Pero a los tres meses de estar ahí, uno de los compañeros más antiguos y grande de edad, se acercaba a cuestionarme sobre mis decisiones al final de las jornadas laborales. Yo pensaba que era para tratar de decirme que él era mejor que yo, pero un día paso su mano por debajo de mi falda”, platica.

Aunque ella, siendo la jefa, podía poner una sanción o correrlo de su puesto, el sindicato defendió al hombre por su antigüedad y “honorabilidad” en su cargo. Una decisión que fue respaldada por hombres.

Foto: Archivo │ OEM

“Sentía que era yo contra el mundo. Me sentía desprotegida y luego supe que este señor que, sigue trabajando y ahora en mi puesto, tenía coraje conmigo porque me habían dado una jefatura siendo más joven que él y con menos trayectoria. ‘Si le dices a alguien nadie te va a creer’, me decía este señor y llegó a amenazarme de decirlea mi marido que yo me metía con él, Ahí ya pude yo un hasta aquí”, señala Berenice.

Los acosos por parte de este señor que menciona, continuaron. Entonces al ver que no podían correr al acosador, pidió cambio de oficina, lo cual se le negó. Los días de trabajo se comenzaron a volver un infierno para Berenice. Ella explica que ya no se sentía como la jefa del lugar, y el quedarse a trabajar horas tarde en su oficina, era volverla vulnerable al acoso.

Puedes leer: Feministas conmemoran el 25 N con acto simbólico afuera del Ayuntamiento

Foto: Archivo │ OEM

“Cuando cumplí el año, con mucha tristeza y rabia, renuncié al puesto y me devolví a Culiacán. Y ese señor, el que me hostigaba, se quedó en mi lugar. No denuncié porque creí que me iba a quedar sin empleo también acá en Culiacán y porque, además, no confío en que puedan hacer algo por mí”, expuso.

Aunque no se crea por muchos ciudadanos, el acoso, hostigamiento y la violencia verbal y psicológica, es la ante sala del feminicidio; así lo han señalado las activistas feministas de Culiacán.

De acuerdo con el Colectivo de Mujeres Activas Sinaloenses (CMAS), en el estado se han denunciado 145 casos de acoso sexual, hasta el 30 de septiembre en la Fiscalía General del Estado. 153 denuncias por violación y nueve por amenazas a mujeres.




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Culiacán, Sin.- La violencia laboral es una de las distintas modalidades de violencia de género, que consiste en el abuso de poder dentro del vínculo laboral, docente o análogo, que afecta la autoestima, salud, integridad, libertad, seguridad y desarrollo de una persona. Esta es la definición que tiene de este delito, el gobierno de México.

Berenice de 44 años de edad, más allá del concepto, lo vivió en carne propia, dentro de su área laboral en 2018. Sin embargo, no denunció por miedo.

Foto: Archivo │ OEM


“Yo estudié ya grande administración de empresas, ya trabajando en la administración escolar de mi institución. Ahí estuve un año después de haberme graduado y luego de un tiempo, me ofrecieron una jefatura de mi área, pero en Ciudad de México. La paga era buena, al grado de que, si yo quería podía estar visitando a mi familia todos los fines de semana”, relata Berenice.

Durante un año, Berenice estuvo viviendo en Ciudad de México (CDMX), con un sueldo bueno y una oportunidad única que no tenía prevista tan pronto en la institución para la que trabaja.

“En Culiacán somos varias mujeres, pero allá en la CDMX, había pocas, de hecho, yo era la única mujer en mi área. Yo era jefa y mi equipo eran hombres de mi edad e incluso más grandes y cuando me vieron llegar, en seguida me hicieron mala cara. Yo no hice caso, me habían contado que los chilangos son más ‘sangrones’ pero al paso de las semanas empecé a notar conductas que no eran ni cómodas ni amigables”, recuerda Berenice.

Foto: Archivo │ OEM

Cuando la licenciada se reunía con su equipo de trabaja y delegaba acciones para el instituto, sus propuestas no eran acatadas o incluso se burlaban de ella. Pero estas situaciones se fueron agravando al paso del tiempo. Luego de las burlas y miradas despectivas de sus subordinados, el acoso sexual empezó a darse en su propia oficina.

“Pasaron meses y yo me aguanté y aguantaba por el dinero, por mi familia y porque sabía que una oportunidad así no iba a darse nuevamente. Pero a los tres meses de estar ahí, uno de los compañeros más antiguos y grande de edad, se acercaba a cuestionarme sobre mis decisiones al final de las jornadas laborales. Yo pensaba que era para tratar de decirme que él era mejor que yo, pero un día paso su mano por debajo de mi falda”, platica.

Aunque ella, siendo la jefa, podía poner una sanción o correrlo de su puesto, el sindicato defendió al hombre por su antigüedad y “honorabilidad” en su cargo. Una decisión que fue respaldada por hombres.

Foto: Archivo │ OEM

“Sentía que era yo contra el mundo. Me sentía desprotegida y luego supe que este señor que, sigue trabajando y ahora en mi puesto, tenía coraje conmigo porque me habían dado una jefatura siendo más joven que él y con menos trayectoria. ‘Si le dices a alguien nadie te va a creer’, me decía este señor y llegó a amenazarme de decirlea mi marido que yo me metía con él, Ahí ya pude yo un hasta aquí”, señala Berenice.

Los acosos por parte de este señor que menciona, continuaron. Entonces al ver que no podían correr al acosador, pidió cambio de oficina, lo cual se le negó. Los días de trabajo se comenzaron a volver un infierno para Berenice. Ella explica que ya no se sentía como la jefa del lugar, y el quedarse a trabajar horas tarde en su oficina, era volverla vulnerable al acoso.

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Foto: Archivo │ OEM

“Cuando cumplí el año, con mucha tristeza y rabia, renuncié al puesto y me devolví a Culiacán. Y ese señor, el que me hostigaba, se quedó en mi lugar. No denuncié porque creí que me iba a quedar sin empleo también acá en Culiacán y porque, además, no confío en que puedan hacer algo por mí”, expuso.

Aunque no se crea por muchos ciudadanos, el acoso, hostigamiento y la violencia verbal y psicológica, es la ante sala del feminicidio; así lo han señalado las activistas feministas de Culiacán.

De acuerdo con el Colectivo de Mujeres Activas Sinaloenses (CMAS), en el estado se han denunciado 145 casos de acoso sexual, hasta el 30 de septiembre en la Fiscalía General del Estado. 153 denuncias por violación y nueve por amenazas a mujeres.




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