Mazatlán, Sinaloa.- Melina nunca pensó que el lugar en el que se encontraba había miles de libros, siempre pasaba cerca de ahí y sólo alcanzaba a leer la frase “Biblioteca Municipal”.
Una tarea fue factor para que la alumna del Instituto Américas de Mazatlán, acudiera acompañada de su mamá a la consulta de los ejemplares que necesitaba para cumplir lo pedido por el profesor.
Nunca había estado en una biblioteca, era la primera vez para esta menor, que en cuestión de minutos logró ubicar el sitio donde se hallaban los tan anhelados libros que ocupaba.
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Me pidieron venir aquí, que aquí podía obtener información para mi tarea y que no hiciera uso de Internet, pues con lo único que hacemos es copiar y pegar, por lo que no aprendemos nada
CUATRO RECINTOS PARA LA LECTURA
En Mazatlán hay cuatro Bibliotecas Municipales, que llevan los nombres de “Margarita Ramírez”, en el Infonavit El Conchi; “Carlos Mc Gregor”, en la Casa Hogar; “Manuel Clouthier”, en la Francisco Villa; y, “Manuel Bonilla”, en el Centro.
Estos lugares, ubicados en puntos estratégicos, en su momento atraían un número considerable lectores, que viven en los entornos habitacionales que se hallan alrededor de cada uno.
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Entre semana, están abiertas al público de 9:00 a 17:00 horas, mientras que los sábados de 9:00 a 13:00 horas.
En esas bibliotecas, la gente puede encontrar un gran acervo cultural, como la “Ingeniero Manuel Bonilla”, que alberga más de 20 mil libros, que van desde consulta, hasta novelas sin dejar de lado temas de Geografía e Historia.
UNA BIBLIOTECA CON HISTORIA
Más conocida como “Biblioteca de los Leones” y menos como “Ingeniero Manuel Bonilla”, el recinto de lectura, que se ubica entre las calles Ángel Flores y Compañía, también alberga la biblioteca “Benjamín Franklin”.
En 1970 iniciaron los trabajos de construcción de este espacio, que se halla en medio de la Plazuela Miguel Hidalgo, cuyo predio concentró el primer mercado del puerto mazatleco.
Antes del inmueble de lectura, en1870, este lugar era uno de los tres espacios más importantes de convivencia que durante los fines de semana atraía a familias enteras.
Para que se convirtiera en lo que es hoy, este lugar vivió muchos cambios, pues anteriormente había una estatua del Padre de la Patria y un kiosco, que hoy sólo son historia.
VISITAS CONTADAS
La bibliotecaria Carlota Guadalupe López López señala que la afluencia de usuarios en las bibliotecas municipales ha disminuido de manera considerable, ya que de lunes a viernes asisten un promedio de 19 a 25 personas, mientras que los sábados registran entre ocho y 10.
Quienes acuden a esos sitios son adultos mayores que principalmente se presentan por la mañana, a leer el periódico o hacer uso del servicio de Internet que hay en las computadoras del lugar.
La verdad ha bajado mucho la gente que hace uso de las bibliotecas, pues con la Internet prefieren consultar alguna lectura en línea, que ir a buscar y encontrar el libro que necesitan.
La facilidad que brindan los buscadores de la red, dice, no es de mucha ayuda para el conocimiento de los jóvenes, que ahora no quieren batallar ni siquiera para leer.
ENTRAN AL QUITE
El fomento a la lectura es una de las prioridades de la Secretaría de Educación Pública y Cultura, que busca que los niños acudan las bibliotecas para hacer consultas y mejorar sus tareas.
La SEPyC, señala María Kenia Camarena Aguilar, jefa de Servicios Regionales de Educación, tiene un programa que se enfoca en el registro de libros que leen los alumnos en las aulas, para así formar bibliotecas en los planteles de educación básica.
Reconoce que los avances tecnológicos son buenos, pero también se debe inculcar a los alumnos que consulten ejemplares que hay en los recintos de lectura, tanto en las escuelas como en las Bibliotecas Municipales.
Precisamente, señaló, el profesorado se ha abocado a enviar a sus alumnos a realizar tareas en dichos inmuebles, en los que pueden encontrar diversos temas que mejoran su aprendizaje.
BIBLIOTECAS PRIVADAS
Joaquín López Hernández es un apasionado de la lectura, pues atesora en su hogar alrededor de cinco mil libros, la mayoría enfocados en temas de Historia, novela y poesía.
Es la tercera biblioteca particular que tiene en sus manos, ya que en las otras dos, dejó ir todos sus ejemplares que la componían, cerca de ocho mil libros, tras irse a vivir al extranjero.
El acervo cultural que hay en su hogar, como cualquier otra biblioteca privada, señaló, tiene intereses y se enfoca en el tipo de lecturas que adquiere para su conformación.
La organización de sus libros, menciona, es por secciones, en las que se hallan ejemplares que no pueden ser encontrados en cualquier parte debido a su antigüedad, pues cuenta con libros y revistas del siglo XIX.
TODO EMPIEZA EN CASA
El gusto por la lectura, el gusto por los libros, aseguró, empieza en casa y son los papás quienes deben poner el ejemplo a sus hijos, al leer libros, periódicos o revistas.
Esto de la lectura es un fenómeno reciente, pues México es un país de gente que sabe leer, pero que no lee y eso se refleja en el interés por la adquisición de libros o el uso que se le da a las bibliotecas.
Precisamente, asegura, si en un hogar nadie lee, pues nadie, ni siquiera los hijos tendrán interés en tomar un libro y saber qué es lo que hay en su interior, de qué trata su lectura.
Las bibliotecas en los hogares son una opción para crear un hábito de leer entre las personas que ahí viven y que no dudarán en acudir a los recintos de lectura que hoy en día han sido olvidados.