Mazatlán, Sin.- En Mazatlán el Día del Bombero se celebra con más que sirenas y mangueras desplegadas.
Es un recordatorio de la dedicación silenciosa de hombres y mujeres que, a pesar de la falta de reconocimiento económico, se esfuerzan a diario por proteger a la comunidad.
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Saúl Robles Chávez, comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios del puerto, refleja este compromiso en cada palabra.
Durante los últimos años el Cuerpo de Bomberos ha trabajado arduamente para ser visto como una entidad profesional.
“Hemos estado trabajando mucho en eso, en que la imagen del bombero sea una imagen profesional para la gente, que nos vean como profesionales, es lo que somos, hemos trabajado mucho en eso”, comenta Robles.
No es solo un deseo, es una realidad construida con esfuerzo y dedicación.
La percepción ha mejorado.
La colaboración con empresarios y la participación activa en la comunidad han fortalecido la relación entre los bomberos y los ciudadanos.
“Bueno, bien valorado, si le ponemos un valor económico, yo creo que no, pero yo creo que la gente sí reconoce y sí valora el trabajo que los bomberos hacen, como todo. Hay gente que no tiene ni idea de lo que es el departamento y cree que pues nosotros no estamos aquí en la ciudad, y no apagamos incendios cuando atendemos hasta 250 emergencias al mes”, añadió.
El número de emergencias atendidas por el cuerpo es impresionante: unas 250 al mes, alcanzando alrededor de 2 mil 400 el año pasado. Este año ya llevan cerca de mil 900 y aún faltan 4 meses más para que termine el año.
Cada llamada atendida es una muestra del compromiso incansable de estos voluntarios que, afortunadamente, no han sufrido bajas ni heridos graves en lo que va del año.
"Afortunadamente hasta ahorita no, todo va bien, todos los muchachos están salvo regresando a casa", asegura Robles.
Robles subraya la importancia de seguir los protocolos de seguridad.
“Lo recomendable es que los elementos sigan los protocolos, los protocolos de seguridad tanto para ellos como para el control de la emergencia es lo primordial, ellos siguiendo el protocolo lo que están haciendo es cuidar su seguridad”.
Pero ser bombero no es solo apagar incendios, es un reto constante que requiere estudio, entrenamiento y la capacidad de soportar una carga de trabajo que no se encuentra en cualquier otro empleo.
“Lo más difícil de ser bombero es estudiar y entrenar, es lo más difícil que hay en el departamento y sobrellevar la carga del trabajo, porque pues es un trabajo que no es común, entonces lidiamos con muchos problemas en la ciudad, lidiamos con la problemática propia de los bomberos y eso hace que tengamos una carga extra de cualquier otro trabajo”, concluye.