Mazatlán, Sinaloa.- En esta Sesenta y Tres Legislatura se han presentado tres iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, dos presentadas a inicios de la legislatura y la otra ratificada también en la actual, pero a ninguna se le ha dado primera lectura, por lo tanto no han sido turnadas a sus respectivas comisiones.
Algunos legisladores advierten que sin duda saldrá en este periodo ordinario que inicia el primero de abril, y se contempla que habrá jaloneos, por lo que una diputada, en broma, dijo que necesitará un guardia de seguridad, porque “se van a pisar muchos callos”, al ir por una verdadera reforma a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Aseguran que Morena está muy interesada por acabar de una vez por todas con “el botín político” en el que se ha convertido la UAS, de ahí que los movimientos para este fin iniciaron el 16 de noviembre del 2018, cuando Guillermo Ibarra Escobar, ratificó la iniciativa de Reforma a la Ley Orgánica de la UAS, presentada en diciembre del 2016, donde se pretende reformar 25 de 85 artículos.
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Por la evidente crisis histórica de su modelo institucional y académico, ya que ha perdido pertinencia en las últimas dos décadas, por orientarse más a intentar cumplir con el imperativo de equidad, incursionando en una masificación desordenada de la oferta de estudios superiores, el demérito de la calidad académica, aunado a la crisis administrativa y de gobierno de las instituciones.
Guillermo Ibarra Escobar
PROPUESTAS
La iniciativa de Ibarra Escobar presenta cuatro principales objetivos: contemporizar el marco jurídico, actualizar su régimen autónomo, profundizar la pluralidad de la vida interna de la universidad y fortalecer el liderazgo universitario.
En el rubro de la contemporización del marco jurídico de la institución, hace énfasis en nuevos preceptos de derechos humanos, participación ciudadana, rendición de cuentas y transparencia.
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Para el caso del Consejo Universitario, se recomienda suprimir la palabra “suprema”, porque en la práctica provoca que los acuerdos del Consejo terminen siendo irrevocables, actuando en los hechos como supremo poder, además aparecer como un organismo público descentralizado que no está obligado a rendir cuentas ante ninguna otra autoridad en cuestiones de gobierno, aunque en la práctica sí lo tiene que hacer en lo laboral, fiscal y otras.
En el tema de la actualización de su régimen de autonomía, se recomienda reforzar los mecanismos que permitan corregir internamente los problemas de interpretación de legalidad a actos de autoridad, y ofrecer mecanismos de arbitraje de controversias que rebasen el ámbito de la institución, como ya ocurre con los asuntos laborales.
“La existencia de un partido político estatal cuya estructura y militancia se confunde con la estructura de gobierno de la UAS, y con el marco jurídico que actualmente tiene, derivado de una Ley Orgánica defectuosa, que ha venido afectando la discusión interna de las ideas y los proyectos, frenando el florecimiento de la diversidad intelectual, el compromiso con los grandes problemas sociales de nuestro tiempo, deteriorando la calidad académica”, se señala.
En lo que se refiere a la profundización de la pluralidad de la vida interna de la universidad, se busca favorecer los mecanismos de participación de la comunidad universitaria, que eviten la prevalencia de alguna idiosincrasia filosófica o política, como superior por sobre la diversidad.
“Para restituirle a la UAS su real autonomía y dar plena garantía de que ninguna corriente de pensamiento quede excluida del desarrollo académico, deben erradicarse las condiciones para que los académicos, estudiantes y trabajadores tengan que sujetarse a directrices de grupo, para el cumplimiento de sus funciones de actores de una institución de enseñanza de educación superior”.
Se busca crear un reglamento interno para el Consejo Universitario, para que las controversias sobre su funcionamiento no se remitan a un reglamento de autoridades colegiadas, donde están ausentes disposiciones básicas acerca del trabajo de comisiones, discusión en pleno, como ocurre en todo organismo representativo.
Además se inquiere reformar al Tribunal Universitario y asignarle la competencia, para revisar la legalidad del mecanismo de nombramiento de rector.
Asimismo se propone eliminar la posibilidad de reelección, para procurar que la dirección universitaria pueda presentar una permanente pluralidad en sus órganos de gobierno.
Finalmente, fortalecer el liderazgo universitario para que los universitarios que accedan a los órganos de gobierno en cargos colectivos y personales, sean a cabalidad los idóneos y que su nombramiento se lleve a cabo por verdaderos mecanismos competitivos, y con amplia participación social, de tal suerte que los líderes universitarios tengan arraigo y símbolo de pertenencia en los puestos que ocupen.
Iniciativa de la Red Universitaria por la Transformación Académica ruta 2021
El 23 de noviembre del 2018, fue presentada ante la Oficialía de partes del Congreso del Estado por la Red Universitaria por la Transformación académica ruta 2021, otra iniciativa, y quien la encabeza es el diputado del PRD Edgar Augusto González Zataráin, aunque no firma.
Esta iniciativa, que todavía no ha recibido la primera lectura, busca acabar con la reelección de las autoridades y darles mayor participación a los estudiantes.
En la exposición de motivos para reformar la Ley Orgánica de la UAS, se advierte que las funciones sustantivas de la Universidad: investigación, docencia y extensión de la cultura, han sido utilizados para beneficiar a quienes se han erigido como “sus administradores”, sin la participación de la comunidad, al controlar los órganos de elección de sus autoridades a través de una comisión permanente de postulación y el control del Consejo Universitario, con una representación disminuida de los estudiantes y maestros, con periodos que van más allá del ciclo escolar, y el peligro también de la reelección de este órgano de gobierno.
Establece que la reelección en la UAS, así como la presencia de direcciones encargadas, lastima la representación en la universidad y limita el libre ejercicio de su democracia, un aspecto que nulifica su autonomía, de ahí que la desaparición de este mecanismo de control, es fundamental, al ser contrario al espíritu universitario.
Advierte que se ha dejado de lado al negar la participación de los estudiantes organizados en los órganos de cogobierno de la universidad, de ahí, dice, que la presencia de las organizaciones estudiantiles se debe recuperar, a través de la federación de estudiantes.
Iniciativa presentada por cerca de 40 ciudadanos, la mayoría universitarios
El 22 de enero del 2019 cerca de 40 ciudadanos, encabezados por Marco Antonio Medrano Palazuelos, presentaron otra iniciativa para reformar varios artículos de la Ley Orgánica de la UAS.
Se pretende reformar el contenido y la vigencia efectiva del espíritu democrático de la universidad, asentado en el artículo tercero de la Ley Orgánica vigente. Se modifica el artículo 20 referente a la constitución del Consejo Universitario. La propuesta es recuperar la paridad de la conformación del consejo.
Asimismo se modifica el artículo 30 que refiere el nombramiento del rector a partir de la terna presentada por la Comisión Permanente de Postulación. Derogar el artículo 32 que se refiere a la reelección del rector, y modificar los requisitos para ser rector, expuestos en el artículo 33.
Modificar el artículo 36 donde se establece la votación secreta por cédula del Consejo Universitario para el nombramiento del rector, estableciendo que el nombramiento del rector y directores de escuelas y facultades se realizará democráticamente, con la participación de los estudiantes y trabajadores.
Igualmente pretenden modificar el artículo 38 para que desaparezca la Comisión Permanente de Postulación, crear el colegio electoral universitario y que su trabajo sea honorífico, se constituirá en cada unidad regional y estará integrado por once miembros ratificados por el Consejo Universitario.
También se busca reformar el artículo 70, para que se reconozca al personal jubilado como parte de la comunidad universitaria.
Las tres iniciativas insisten en “restaurar los valores académicos y democráticos de la universidad”, a través del saneamiento político y moral de la UAS, para el desarrollo cultural de Sinaloa y la mayor profesionalización del magisterio, para que los estudiantes de la Casa Rosalina egresen con la mejor formación posible.