Mazatlán, Sin.- En la colonia Juárez, la venta de mariscos enfrenta una crisis que ha reducido a la mitad sus ganancias en la última década.
Los puestos que alguna vez prosperaron ahora luchan por sobrevivir, y algunas vendedoras han sido forzadas a buscar empleos adicionales para cubrir sus gastos.
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Aseguran que desde hace 10 años han registrado pérdidas económicas que rondan el millón de pesos.
“Fácil el millón o más, porque lo vendemos más barato cuando se va a echar a perder”, explica una de las vendedoras.
Una caída prolongada
Elena Pimentel, vendedora de tercera generación, relata que antes de la temporada 2014-2015 había alrededor de 10 puestos en el mercado.
Hoy en día solo quedan 6 por la disminución en las ventas y al cierre de varios negocios.
"Antes de esos años, teníamos más compañeros, eran más o menos unos 10 vendedores, ahora nomás somos unos 5 ó 6, más o menos los que ponemos a vender diario, muchos fallecieron y vinieron sus hijos a vender, pero vinieron y vieron que no era negocio y mejor se fueron, y hasta el permiso perdieron, mejor se fueron", dijo Pimentel, vendedora de tercera generación.
Esta caída ha afectado gravemente la estabilidad económica de las changueras, quienes antes generaban ganancias netas de entre 5 y 7 mil pesos diarios.
"Venía con mi tío y mi papá a vender de joven, y sé que sí se sacaba más dinero, unos 5 ó 7 mil pesos libres de manera diaria, así hicimos la casa y tuvimos escuela, gracias a Dios, ahorita ya no, ahorita no se puede sostener una familia así", añadie.
Desafíos económicos
La situación económica ha empeorado. Actualmente las vendedoras apenas logran recuperar su inversión diaria.
"Ahorita bien nos va si podemos sacar lo que invertimos, a veces son más pérdidas que ganancias", menciona la vendedora.
El deterioro del producto y la necesidad de pedir crédito a pescadores o proveedores para financiar operaciones diarias son problemas comunes.
Algunas changueras, además, se han visto obligadas a buscar un empleo adicional para cubrir sus gastos y mantener sus hogares.
"Para estar al pendiente de mis hijos y no desperdiciar el producto, pues en mi casa vendo ‘tostilocos’, duros con ceviche, litros y cosas así, pero hay otras que hacen aseos o trabajan de meseras o taquerías".
Pérdida de liderazgo
El fallecimiento de los líderes históricos del mercado ha dejado un vacío en la gestión y defensa de los intereses de las vendedoras.
La pérdida de su sindicato y otros beneficios ha agravado la crisis, ya que no hubo una transición adecuada para continuar con la administración y apoyo a las changueras.
"Desde que fallecieron los de la vieja guardia o no quisieron seguir por la edad, nos vinimos abajo", expresa.
Temporadas de esperanza
A pesar de la crisis, algunas épocas del año ofrecen un respiro. Las ventas suelen mejorar durante la temporada de los pajaritos y las fechas decembrinas, lo que proporciona un alivio temporal.
"Cuando hay pajaritos sabemos que tenemos que aprovechar, porque es buena temporada, dejan buenos números para nosotros. También la temporada de Navidad, que es cuando la gente viene a comprar cosas para sus botanas y sus cenas, nos va bien", destaca.
Sin embargo, durante el resto del año las vendedoras deben lidiar con las dificultades económicas, mientras intentan mantener sus negocios abiertos.
"En esa época nos va bien, pero no podemos vivir solo de esa época, eso no nos da de comer todo el año".