Escuinapa, Sin.- Jesús Salvador Iturralde Betancourt, es el nombre de "Chava" o "Chavita" un músico quien toca el teclado con el corazón.
"Chavita" quien es un personaje reconocido en su tierra, Escuinapa, además de ser un apasionado por la música, trabajo que desempeña por gusto, también es un profesional de la educación, dedicado a impartir clases.
Fue desde muy chico de edad, cuando Salvador Iturralde inició su andar en la música, exactamente cuando iniciaba sus estudios de primaria, en donde fungió como su maestro, Eduardo Echeagaray.
"En la primaria inició mi gusto y pasión por la música, ahí fue cuando inicié a conocer esto que hasta ahorita sigue siendo mi pasión, tendría alrededor de siete años, en ese entonces mi maestro fue el profesor Eduardo Echeagaray, a quien considero una pieza fundamental en mi vida tanto personal como músico".
Dice creer que el gusto de la música viene de familia, ya que es descendiente del maestro Severiano M. Moreno, quien fuera un reconocido músico en la época de la revolución mexicana.
Comenta que la discapacidad visual que tiene, nunca ha sido un obstáculo para poder tocar su instrumento, recalcando que el desarrollo que tiene de otros sentidos como el oído, le ha permitido desempeñar su trabajo de una mejor manera.
"La música viene del alma, eso sale del corazón, eso es lo único que se necesita para poder hacer música, afortunadamente tengo bien desarrollado el sentido del oído, con ello ha sido suficiente para poder tocar el piano y la gente dice que no lo hago mal".
En su andar por la música, "Chavita" ha formado parte del coro de la iglesia en Escuinapa y en Rosario, en donde dice haber tenido la dicha ya hace algunos años de acompañar a María Elena Leal ( hija de Lola Beltrán) al entonar las mañanitas en los festejos de Nuestra Señora del Rosario.
Además de que ha formado parte de grandes agrupaciones de talla internacional, como lo es la Orquesta de Nacho Millán y sus vagos, así como recientemente Musical del Río.
Al concluir, expresó que en sus ya más de 30 años de edad, lo único que hace es seguir dando gracias a Dios por la oportunidad de haber conocido la música y mientras su público siga aplaudiendo, él va seguir llevándoles la música.
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