Mazatlán, Sin. - Hace siete años inició a conformarse en Mazatlán una colección de piedras que tienen que ver con los orígenes del planeta en el que vive el hombre, y que hoy en día muchas de esas piezas están en peligro de extinción.
Sergio Valle Espinoza, responsable del Centro Educativo Ecológico de Mazatlán AC y de la colección, comenta que muchas veces la enseñanza que hay en la escuela es dirigida a los reinos vegetal y animal, más no al mineral.
“Resulta que nosotros vivimos en una roca que se llama Tierra, donde no sólo hay problemas con el reino vegetal en cuanto a la desaparición de especies, sino también en cuanto a la explotación irracional, salvaje total para depredar a la naturaleza y obtener los minerales”.
Reconoció que la extracción constante de material rocoso ha hecho que muchas piedras preciosas estén por desaparecer o se encuentren totalmente en vías de extinción.
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Precisamente, el riesgo de desaparecer ha hecho que el Cemaz se preocupe por mantener una colección de piedras, que han obtenido en diferentes puntos del país.
De 90 piezas que conforman la colección, aseveró que el 80% han sido conseguidas en Sinaloa, que es reconocido por el vasto material mineral que hay, principalmente en su zona serrana.
En todo el estado, aseguró, sólo hay una compilación de rocas, aunque hay otras en el noroeste del país que están más completas y que se encuentran en los estados de Durango y Sonora.
La exposición del material rocoso, precisó, se realiza en plazuelas, donde la gente puede admirar hasta enormes lingotes de oro, que son constantemente vigilados por la autoridad.
Todo tipo de piedras
Las 90 piezas de la colección del Cemaz ofrece variedad de especies, desde materiales ferrosos, fósiles, cristales e inclusive hasta rocas que provienen fuera de nuestro mundo.
“Aquí podemos encontrar silicatos, óxidos, carbonatos, fósiles, metales de hierro, metales ferrosos, metales no ferrosos, metales preciosos y diversos cristales preciosos”.
Ópalos, topacios, jade, diamantes, indicó, son parte de las piedras preciosas, que llaman poderosamente la atención de las personas, sobre todo por sus texturas y brillantes colores.
El oro y la plata no pueden faltar en este conjunto de rocas, los cuales se encuentran en pequeños recipientes, que es como lo adquieren quienes se dedican a la elaboración de joyas.
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Vino del cielo
Una de las piedras más extrañas que tiene la colección del Cemaz, aseveró, es una pequeña roca que pesa más de lo que aparenta su tamaño, alrededor de 5 kilos.
“Lo más raro que tenemos aquí es un meteorito, probablemente venido del planeta Marte, es una chergotita, pues algunos se clasifican como tectitas cuando son de hierro y níquel”.
El ejemplar, señaló, fue encontrado en el estado de Puebla, el cual se trata de un posible resto o un meteorito en sí, que al llegar a la tierra quedó reducido a un tamaño pequeño.
La piedra, aseguró, es la que más buscan las personas al momento que admiran todo el compendio, y más al darse cuenta de que se trata de algo que vino del espacio.
Un pedacito de historia
Entre las rocas, mencionó, también destacan otras que son difíciles de encontrar, pues forman parte de la evolución de los seres vivos, los cuales quedaron petrificados para que las personas se den cuenta de los primeros organismos que hubo en el mundo.
Trilobites, amonitas y gasterópodos, señaló, son algunos fósiles de pequeños animalitos que vivieron entre 200 y 60 millones de años en nuestro planeta, y que ahora forman parte de la colección.
A estos seres que en su momento habitaron la Tierra, precisó, se une un pedazo de madera, que con el paso del tiempo quedó petrificado y hoy de igual manera es un fósil que la gente puede admirar.
Se trata de un corte de “palo de Brasil”, que a simple vista parece una roca más, pero al ser revisada se puede constatar que fue un tronco, que tiempo atrás tuvo vida.
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Enseñanza pura
El conocer los diferentes tipos de piedras que hay en el mundo, aseguró, resulta beneficioso para la población, sobre todo para los jóvenes, quienes buscan saber más lo que hay en el lugar que habitan.
“Hay cosas que tenemos que explorar cada día y cada día conocer más y más, yo me voy a morir conociendo, aprendiendo y ellos van a crecer aprendiendo al darse cuenta que hay muchos recursos en la naturaleza”.
Con este tipo de enseñanzas, indicó, la juventud se da cuenta que se tiene que conservar y proteger lo que hay a su alrededor, tanto para ellos como para las nuevas generaciones.
Por lo anterior, precisó, es necesario que las autoridades de ecología volteen hacia el mundo mineral, para que se den cuenta que, así como la fauna y la flora, se le debe de proteger.
Itinerante
Valle Espinosa señaló que la colección de piedras con la que cuenta el Cemaz no tiene un lugar fijo, por lo que es necesario que se busque un inmueble para que se le pueda preservar.
Actualmente, reconoció, el compendio de rocas es itinerante, ya que puede ser expuesta tanto en las instalaciones de la Universidad Politécnica de Sinaloa o la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Por su traslado y exposición, no descartó que pudiera ser considerado como de riesgo, ya que en una ocasión fue objeto de la desaparición de 2 piezas en un plantel educativo de la localidad.
Tras no recuperar ambas rocas, señaló, se dio a la tarea de sustituirlas a través de contactos como la Universidad Nacional Autónoma de México, que los ha apoyado con la aportación de piezas para ampliar dicha colección, que hoy en día se ha convertido en parte del acervo cultural del municipio.
DATO
90 piedras conforman el compendio, que no cuenta con un lugar para ser exhibidas.
EXPO
El compendio de rocas es itinerante, ya que puede ser expuesta tanto en las instalaciones de la Universidad Politécnica de Sinaloa o la Universidad Autónoma de Sinaloa.
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