Mazatlán, Sin.- Vecinos del asentamiento Ampliación Bugambilias, La Esperanza se deslindaron de la nueva invasión que precaristas realizaron sobre un colector de agua potable a un costado del arroyo Jabalines, a la altura de la avenida Manuel J. Clouthier, donde se construyen casas y locales para negocios.
Eduardo Abad “N”, líder y gestor social, dijo que esta nueva invasión pone en riesgo no solo a quienes viven en ese asentamiento irregular, sino también a los de la Ampliación Bugambilias y a quienes residen en el fraccionamiento La Esperanza, ya que se llevan a cabo rellenos de calles y en los márgenes del arroyo Jabalines para lotificarlos, además de robarse la luz de medidores colectivos y cableados subterráneos, dejando por fuera, sobre las calles y las bardas las líneas con energía eléctrica.
A esto se añade el problema de la basura que se acumula en las esquinas y calles, entre una invasión y otra, además de la contaminación del arroyo con residuos sólidos.
Él y vecinos del asentamiento acusaron a Aída Reyes Rodríguez de ser la persona que dirige estas nuevas invasiones, quien cobra de 5 mil a 40 mil pesos los lotes, sobre los rellenos del arroyo, canales y calles.
Comentaron que en el caso de quienes viven en la Ampliación Bugambilias La Esperanza, están sobre un terreno propiedad del Banco Banorte, con quienes ya se negocia la compra-venta de los lotes.
“Nosotros tenemos 10 años en la invasión, hemos luchado para lograr un pedazo de tierra donde vivir dignamente, aquí lo que hay es que los terrenos son pertenecientes a Banco Banorte, nosotros desde hace 2 o 3 años que el banco ya accedió a vender, estamos en negociaciones de la compra-venta, nada más que prácticamente tenemos que limitar las zonas de riesgo y algunos trámites que se tienen que realizar, es un proceso que se avanza poco a poco, pero no se hace de la noche a la mañana”, refirió Eduardo.
Aclaró que la fundadora de este asentamiento fue Yolanda Ríos Sánchez y que Aída sólo estaba a cargo de tres cuadras de la invasión, pero por algunas irregularidades en cobros, quedó fuera del comité y ahora lidera la invasión de Los Tamarindos, que surgió de la invasión de terrenos ganados al arroyo, en la zona contigua del Jabalines, de ambos lados, así como de calles y canales.
Los vecinos de la Ampliación Bugambilias La Esperanza negaron que ellos sean los que están invadiendo los terrenos sobre un colector de agua potable que se localiza a un costado del arroyo Jabalines, a la altura de la avenida Clouthier.
Comentaron que es la segunda ocasión en que esto sucede, la primera fue hace más de tres años, cuando fueron desalojados, esa vez los terrenos se vendieron a 5 mil y 6 mil pesos. Y ahora, de nueva cuenta, se están lotificando, pero a precios exorbitantes para crear negocios.
“La señora dejó pasar el tiempo y empezó a rellenar y medir terreno, esperó que la autoridad no le dijera nada, ahora son nuevas personas que compraron ahí, no son las que desalojaron, como dice la señora, prácticamente esta vez vendió terrenos hasta por 40 mil pesos”, señalaron.
Una de las vecinas del fraccionamiento Bugambilias La Esperanza, Laura “N”, se quejó de las conexiones que se hacen del cableado subterráneo, para robar la luz y llevarla a estos nuevos asentamientos, pues los cables se dejaron sobre la calle y constantemente se registran cortos que ponen en riesgo a los transeúntes, además de exponer los aparatos electrónicos y electrodomésticos de su propiedad.
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Otro cable fue colocado y llevado sobre una barda de más de 200 metros para proveer de luz a nuevas casas que se están levantando en la zona de riesgo, pegada al arroyo Jabalines.
Los vecinos temen que en las próximas lluvias, sus casas se inunden, pues canales naturales que atraviesan la zona se están rellenando, al igual que espacios que fueron trazados como calles.
Asimismo, con las nuevas invasiones se acumula la basura, ya que el camión recolector dejó de pasar en las calles pegadas al nuevo asentamiento.
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