Mazatlán, Sin.- Desde el 12 de octubre un fenómeno astronómico cautiva a los mazatlecos.
Se trata del cometa A3 Tsuchinshan-ATLAS, que se hace visible esta semana en el cielo porteño.
El evento pudo observarse en la playa de Torieta Corazón, donde la Sociedad Astronómica Mazatleca organizó una observación con telescopios y binoculares.
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Juan José Rodríguez, director del Centro Cultural de la UAS, destacó la gran afluencia de familias que acudieron a observar el cometa.
"Había muchas familias, había muchos carros. Yo tomé mi foto con mi teléfono normal, le di cinco segundos de exposición, y por fortuna pudo salir bien. La gente se mostraba muy emocionada y con ganas de aprender sobre este fenómeno", comentó Rodríguez.
El cometa, cuya aparición se considera rara, fue observado con un leve tinte naranja por aquellos que utilizaron telescopios.
Rodríguez explicó que, aunque no es visible a simple vista, puede ser localizado fácilmente con un lente.
"Se ve muy borroso, pero si enfocas con un lente o con un teléfono, lo localizas y ya lo puedes ver", indicó.
Este fenómeno no es frecuente en Mazatlán, siendo el último evento de este tipo el cometa Yakutake, observado en 1998.
"Los cometas, aunque hay todo el año, tienen un ciclo grande. Algunos tardan, como el cometa Halley, 78 años; otros 4,000 años. Este tipo de fenómenos no se presentan a menudo", agregó Rodríguez.
La visibilidad del cometa se extenderá durante esta semana, siendo el mejor momento para observarlo en la tarde, justo antes de la puesta de sol.
"El día de hoy es cuando se dio su máxima intensidad en todo el país. Aún se puede apreciar, aunque se ve un poco borroso por la humedad del mar. Es posible que el cometa se siga viendo en los próximos días, especialmente a la hora de atardecer. En el caso nuestro, lo vimos básicamente encima de una de las piedras que se llaman los dos hermanos. Ese es el punto de referencia que usamos todos", concluyó.
La fascinación por el cometa A3 Tsuchinshan-ATLAS no solo se centra en su belleza, sino también en su historia.
Este cometa fue descubierto en enero de 2023 por los telescopios del Observatorio Tsuchinshan en China y confirmado por el proyecto ATLAS en Sudáfrica.
Se prevé que su última visita al sistema solar interior ocurrió hace unos 80 mil años, en tiempos en que los neandertales habitaban la Tierra.