Sus largas trenzas revolotean mientras conduce una pulmonía por el Malecón de Mazatlán; le gusta sentir el viento sobre su rostro y manejar en medio de un paisaje que parece sacado de una postal turística. Es Aneida Valenzuela Vazquez, una de las tres mujeres conductoras del transporte público ícono de Mazatlán.
Ella sigue la tradición familiar al ser chofer de la pulmonía que perteneció a su hermano fallecido de Covid-19 hace un año. Llena de temores, todos los días se enfrenta al reto de desempeñar un oficio en el que la presencia de las mujeres es minoritaria y en el que además no son bienvenidas.
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A sus 43 años busca romper los estereotipos y la discriminación que existen en el transporte público mazatleco. Llena de valor, energía y entusiasmo, todos los días vive diferentes aventuras en cuatro ruedas que le permiten llevar el sustento económico a su casa.
Discriminación y prejuicios
Tiene poco más de un mes que Aneida empezó a trabajar en la pulmonía, una herencia familiar, pues hace un año falleció su hermano de Covid quien era el dueño de la unidad.
La pulmonía fue rentada por un año, pero hace unos meses fue entregada a su mamá y aunque al principio no estaba muy convencida de que Aneida la trabajara, por los peligros a los que se enfrentaría por ser mujer, finalmente lo hizo.
"Tengo un poco más de un mes y me he sentido súper bien, estoy muy contenta, es como sentir que anduviera mi hermano conmigo siempre. Él hubiera querido que no se vendiera su herramienta de trabajo. Yo estaba buscando trabajo y aquí estoy, manejando la pulmonía de mi hermano con mucho orgullo".
Aneey, como la llaman sus compañeros, ha manejado por 22 años, pero dice que ser chofer de una unidad el transporte público es una gran responsabilidad; además de que para una mujer es más difícil por los prejuicios que existen en la sociedad sobre los trabajos que puede desempeñar el llamado “sexo débil”.
"Muchas veces en la calle escuchamos expresiones como: ‘tenía que ser mujer’ o ‘no durará mucho tiempo de pulmonera’, pero también en otras ocasiones las personas se sorprenden gratamente al verme al volante, también me gritan en la calle, me saludan y me echan porras. Incluso muchas clientas me han dicho que se sienten más seguras que las lleve una mujer", dice.
De las 329 pulmonías que hay en Mazatlán, el 30 por ciento trabaja en la zona turística. Los visitantes, aunque traigan su carro, prefieren subirse a este medio de transporte público y dar un recorrido por el Malecón, disfrutar del aire, el paisaje y tomar fotografías.
Aneey, quien es madre de familia, por el momento solo trabaja en la zona turística, por miedo y por seguridad, otro de sus hermanos le ayuda a trabajar de noche, pero solo los fines de semana.
Y aunque las mujeres que conducen taxis, pulmonías o camiones urbanos son una minoría en el sector del transporte público, la situación empieza a cambiar no solo en Sinaloa, sino en todo el mundo, donde cada vez son más las mujeres que deciden ponerse tras el volante.
"Ahorita hay muchas mujeres trabajando en actividades que se consideraban que eran para hombres, cada vez hay más traileras, camioneras, taxistas. Hasta ahorita nadie me ha faltado el respeto, ni compañeros ni clientes y espero que no me suceda", comenta.
Eso sí, en este poco tiempo que tiene como conductora de pulmonía le ha pasado de todo, desde quedarse sin gasolina, hasta que se le descompusiera la unidad con pasaje arriba.
"Sé lo básico en cuestiones mecánicas, cambiar una llanta y cosas leves, como checar el aceite, pero hacerse cargo de una pulmonía es una responsabilidad grande y tienes que conocer muchas cosas, tienes que estarle dando mantenimiento constante para que puedas dar un servicio de calidad”.
Disfruta su oficio
Aneida estudió para secretaria y ha trabajado siempre en esa área, luego puso un negocio de comida, más tarde se dedicó a poner uñas y lo último que hizo fue vender ropa y zapatos en su casa. Pero sin duda su nuevo oficio lo disfruta al máximo, le gusta manejar y andar todo el día en el Malecón, donde conoce a muchas personas y les cuenta las maravillas que tiene el puerto de Mazatlán.
“Cuando me piden un paseo los llevo al Cerro de la Nevería y les cuento la historia como si fuera una guía de turistas; y aunque me falta mucho por aprender mis compañeros me han arropado, me aconsejan y me guían, por el cariño que le tenían a mi hermano”, comparte.
Su zona de trabajo básicamente es por la zona turística, no le gusta andar por las colonias, para no correr ningún riesgo.
“Cuando me piden un paseo platicó con mis clientes para que se les haga más ameno el recorrido, les gusta mucho tomarse fotos en el monumento de Pedro Infante, en el Clavadista, en el Cerro de la Nevería, y el Centro Histórico, además del Malecón, que es lo que más disfrutan”.
De acuerdo con la dirección de Vialidad y Transporte, en Sinaloa, hay cerca de 30 mujeres que se desempeñan como choferes de algún medio de transporte público, pero ya se trabaja en diversos programas para que haya más, para que la actividad no se limite solo a los varones.
Tan solo en Culiacán existen alrededor de 25 mujeres taxistas tradicionales, siete más en Mazatlán y en Los Mochis hay otras pocas que no se tienen contabilizadas.
El orgullo de Mazatlán
Mazatlán cuenta con un transporte que lo caracteriza: la pulmonía, que es un vehículo sin puertas sobre un chasis del ya clásico Volkswagen. Eso le permite tener una gran ventilación, además de llevar música para hacer más ameno el paseo.
Fue el 20 de diciembre de 1965 cuando las pulmonías hicieron su aparición en la ciudad. La creación se le atribuye a Miguel Ramírez Urquijo, mejor conocido como el “Chícharo”. Él ideó este tipo de transporte popular que viniera a sustituir a las típicas “arañas”, aquellos carruajes de madera con dos enormes ruedas, jalados por mulas o caballos.
Desde el inicio de la circulación de este vehículo en la ciudad logró ser del agrado de los usuarios, pero encontró oposición, críticas y presiones por parte de los sindicatos de taxis y permisionarios de autobuses urbanos, los que al resentir una baja pronunciada de sus servicios, emprendieron una campaña de desprestigio al decir que a las personas que se subieran a ellos les daría una pulmonía, al estar expuestos al aire.
Fue a partir de estos ataques que el ingenio popular bautizó a estos carros como pulmonías, nombre que sigue conservando hasta la fecha.
Favoritas de turistas
Según la Encuesta de Satisfacción del Turista de Verano realizada por la Asociación de Hoteles Tres Islas de Mazatlán en el verano del 2022, la pulmonía se ubicó en segundo lugar de los atractivos que más les gustaron a los visitantes, luego del Malecón.
Mariano Ortega Vizcarra, líder de la alianza de Pulmonías, aseguró que es un compromiso con la gente de Mazatlán y el turismo el que puedan dar un servicio de calidad.
“Por años, en la encuesta de Satisfacción al Turista de Verano en Mazatlán por parte de la Asociación de Hoteles, las pulmonías han salido bien evaluadas, son pocas quejas las que hemos tenido y las que salen por supuesto que las atendemos. Este año obtuvimos el segundo lugar, abajito de lo que es el Malecón, que es el ícono de Mazatlán, el atractivo principal y las pulmonías nos ubicamos en el segundo lugar, con una puntuación de 9.1”.
Aseguró que el compromiso para la gente de Mazatlán y el turismo que visita este destino es brindarles un servicio de calidad
“Ha mejorado mucho el servicio en los últimos años, traemos pulmonías muy bonitas, estamos en ese proceso de ser mejores cada día".
Datos
1965 fue el año en el que aparecieron las pulmonías en Mazatlán.
329 pulmonías hay actualmente en Mazatlán.
3 mujeres pulmoneras hay en Mazatlán.
30 mujeres se desempeñan como choferes de algún medio de transporte público en Sinaloa.
Textual
Las personas se sorprenden gratamente al verme al volante, también me gritan en la calle, me saludan y me echan porras.
Aneida Valenzuela Vazquez, Chofer de pulmonía