Mazatlán, Sin.- Desde que inició la pandemia del coronavirus, la labor de consejería de la iglesia a parejas casadas aumentó ante los conflictos matrimoniales provocados por el confinamiento, situación que requiere de una mayor disponibilidad para saber convivir, ser más generosos y tolerantes, y desgraciadamente no todos han podido enfrentar el reto y han optado por la separación, lamentó el obispo de la diócesis de Mazatlán, monseñor Mario Espinoza Contreras.
“Sin duda que estando más confinados en la casa se requiere de mayor disponibilidad para saber convivir con otros, más generosidad, más tolerancia, más aceptación, y eso es evidente, ojalá que siempre todos lo practicáramos, el saber entendernos, convivir y marchar juntos, y también allanar las diferencias de manera serena, pacífica, razonable, pero por desgracia sí ha habido personas que no lo han podido vivir satisfactoriamente”, expresó.
De acuerdo a estadísticas del INEGI, en las últimas dos décadas, la tendencia en México es a divorciarse más y casarse menos, ya que los divorcios casi se quintiplicaron al pasar de 7 a 32 por cada 100 matrimonios, mientras que el porcentaje de la población casada disminuyó 11 puntos (de 49% a 38%), y las uniones libres crecieron 9 puntos (de 11% a 20% de la población).
Espinoza Contreras comenta que la principal causa de las separaciones es que mucha gente no puede procesar sus problemas, se los guarda para sí y no se los platica a nadie.
“Hay mucha gente que se come solos sus problemas, lo cual no es bueno porque no los puede procesar, siempre ayuda comentarlo o platicarlo con otra persona madura, un familiar, un conocido o un amigo o amiga, cuando la persona va sufriendo todo lo que le rodea, la vida puede ser más difícil para esa persona”, apuntó.
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Al inicio de la pandemia, el estado Sinaloa ocupaba el segundo lugar en la tabla de las entidades con más divorcios, al registrar una tasa de 37.7 por cada 100 mil habitantes, superado solo por Campeche, con 38.0 de tasa.
El obispo de Mazatlán aclara que en todas partes hay personas que viven su fidelidad hasta la muerte, pero también en todas partes, existen personas que por diferentes razones fracasan en esa intención original de vivir juntos para toda la vida.
“En todas partes se da una cosa y otra, lo que sí se debe de pensar es que es muy importante la integridad matrimonial porque es lo que más ayuda a los hijos, y los padres deben pensar mucho eso, de que sus hijos van a ser mejor educados y van a llevar mejores bases si tratan de salvaguardar de buena manera y maduramente la unidad familiar”, indicó.
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