Mazatlán Sin.- Manuel Román Aguilar Arellano, de 64 años de edad, tiene problemas en las cervicales como consecuencia de una caída que tuvo en su centro de trabajo; hace 12 años lo operaron de la columna y le pusieron 5 tornillos, lo que le permitió volver a caminar; sin embargo, en los últimos 3 años, su situación ha empeorado, primero empezó a tambalearse cuando caminaba, después arrastraba el pie izquierdo, lo cual lo llevó a usar bastón, y más reciente los dos pies, al grado que ahora solo se mueve con una andadera.
Desde entonces solicitó atención en el Hospital General de Zona No. 3 del Seguro Social de Mazatlán, y le mandaron hacer un estudio de resonancia magnética a Culiacán, pero por cuestiones burocráticas el trámite duró más de un año y fue hasta el 19 de marzo de 2019 que logró una cita con el traumatólogo, quien con los resultados de la resonancia lo mandó directamente con el neurocirujano a Ciudad Obregón.
A la fecha, don Manuel Aguilar sigue en la lista de espera, junto con varios casos de pensionados que acuden cada mes a las oficinas de la Subdirección del IMSS para ver si ya autorizaron su cita con diferentes especialistas fuera de la ciudad.
María Luisa, su esposa, se queja de la mala atención en el Seguro Social, sobre todo en el servicio que ofrecen a los pensionados, ya que según ella y el testimonio de varios derechohabientes, se les da preferencia a los trabajadores en activo en las citas con especialistas.
“No nomás somos nosotros, hay mucha gente pensionada que va cada mes para ver si ya les dieron cita y nada, en el caso de nosotros, desde el año antepasado, porque para hacerle a él un estudio de resonancia magnética duré como un año para que le mandaran a hacer el estudio allá en Culiacán, gracias a Dios yo fui a hablar con una trabajadora social y me dio el pase, me consiguió la cita para el estudio de la resonancia, en Culiacán se la hicieron”, expresó.
Manuel y María Luisa viven en Villa Unión, ellos tienen que trasladarse cada mes a Mazatlán para recibir de parte del médico general la receta que incluye la medicina que el especialista ordenó para él: Sulindaco para el dolor, Gabapentina para el entumecimiento y complejo B, que son vitaminas con efecto analgésico.
“Ahorita estamos en vueltas, seguido voy y que nada, nada y nada, no nomás es a mí, sino a muchas personas tienen el mismo problema, a ningún pensionado de los que yo veo cuando voy, le han dado cita, de las que están ahí, que vuelvan y que echen vueltas, puras vueltas dioquis”, comentó.
Por su parte, Aguilar Arellano asegura que a los activos sí los mandan.
“Una persona que llegó después que nosotros, a él sí lo mandaron, a los activos les dan preferencia cuando son incapacidades, y a uno como pensionado como que ya no nos toman en cuenta, es lo que me he dado cuenta. Yo siempre dije que dejando de trabajar uno, ya no iba a ser igual en el Seguro”.
Para el colmo de don Manuel, él trabajó por 17 años en el departamento de lavandería del IMSS de Villa Unión, sus cursos de prácticas los hizo en Mazatlán, y su caída fue cuando trabajaba en el cuarto de lavandería.
“Al estar sacando la ropa de la lavadora se me resbalaron los dos pies juntos y caí de sentón y de ahí pa delante ya empezó mi mal, de hecho al caerme ya no podía levantarme, ellos son los que mandan, fue hace más de 12 años, fueron muchas vueltas como dos o 3 años, como año y medio en vueltas para que te empezaran a tratar, pues no daban ni con el problema hasta después, dijeron que batallaba para los movimientos o locomoción del cuerpo, aparentemente en los estudios no salía nada, pero viéndome dicen que sí andaba mal”, recordó.
Lamenta que el Seguro Social no le haya otorgado la pensión por accidente de trabajo, sino por incapacidad, ya que había testigos del hecho.
María Luisa comenta que se entrevistó con el Subdirector del Hospital para solicitarle acelerara el trámite para la cita en Ciudad Obregón; sin embargo, este le contestó que no dependía de él.
“Él anteriormente me había dicho que nada más le estaban dando atención a los que están activos, fue cuando yo le dije a él: Entonces el dinero que está aportando mi esposo de la cuota del seguro ¿no vale?, ¿el dinero de él no vale, sino nomás de los que están trabajando? Me dijo: ‘Yo no agarro dinero’. Yo no le estoy diciendo si agarra o no dinero, le dije, yo le estoy diciendo referente a la cita y usted me está contestando cosas que no son, porque yo en ningún momento le mencioné dinero, y quiero que me pasen. Me dijo que no podían hacer nada y hasta la fecha”.
PERDIÓ SU PIE POR FALTA DE ATENCIÓN
Otro caso extremo, es el de José Olivares de 51 años, originario de Tijuana, quien vive en Mazatlán desde hace 5 años, él y su esposa Aída Esperanza, llegaron al puerto por cuestiones de salud.
Desde entonces asisten al consultorio 28 del Seguro Social, primero por el problema de la diabetes de Aída, quien tiene complicaciones en su pie, y desde hace más de un año, por la amputación del pie derecho de José, tras un accidente en su casa y que por negligencia médica en el Seguro, señala, perdió su extremidad, ya que nunca lo vio un especialista.
“Llegamos aquí por cuestiones de salud, tanta ignorancia, tanta incongruencia y el resultado es la pérdida de mi pie, fue un accidente en casa, fue negligencia porque nunca me observó un angiólogo, mi vida quedó cortada a partir del accidente y nunca me quisieron observar ni pasar una aparato que es fácil de detectar si las venas están unidas o no”, comentó a El Sol de Mazatlán.
Él mantiene una demanda en contra del Seguro por negligencia médica.
Cuando va a atención médica, lo tiene que hacer en sillas de rueda o andadera, dice que batalla mucho porque tiene que bajarse sobre los carros que se estacionan en los dos lados de la calle, incluyendo la zona para minusválidos que se encuentra en la puerta principal.
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“No soy yo nada más, he visto varios pacientes de la tercera edad que apenas pueden caminar en bastón y batallan, y los traen de un lado para otro, con lo de las citas, es algo increíble, y pues ni modo ahorita tenemos la demanda, vamos a ver qué pasa”, concluyó.
TEXTUALES
Manuel Aguilar, pensionado
“A uno como pensionado como que ya no nos toman en cuenta, es lo que me he dado cuenta. Yo siempre dije que dejando de trabajar, ya no iba a ser igual en el Seguro”.
José Olivares, pensionado
“Tanta ignorancia e incongruencia, el resultado es la pérdida de mi pie, fue negligencia porque nunca me observó un angiólogo”.
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