Mazatlán, Sin.- El exceso de ruido, generado por aurigas y pulmonías, es un problema que refleja la anarquía y el vacío que existe en Mazatlán, manifestó Ángel Contreras García, exdirector de Ecología municipal.
Comentó que los reglamentos municipales, tanto de Policía y Buen Gobierno, establecen al exceso de ruido como alteración del orden público y que en el reglamento de Ecología se contempla que arriba de 65 decibeles es contaminación auditiva.
Lamentó que el Ayuntamiento no haga nada en el problema de contaminación auditiva que existe en Mazatlán y que en la desesperación de los vecinos la junta colectiva del Instituto Federal de la Defensoría Pública en Sinaloa está buscando realizar una denuncia formal ante un juzgado federal para que se proceda y ordene a las autoridades correspondientes ejercer sus funciones y facultades.
"Qué necesidad hay de eso, lo que se tiene que hacer es definir políticas públicas, y en coordinación con la delegación de Vialidad y Transporte, tipificar las zonas turísticas que están clasificadas, establecer decibeles y decirle al pulmonero y aurígero que tiene que informarle al turista las zonas donde se puede escuchar música y que los mismos choferes al meterse a las colonias y fraccionamientos bajen el volumen", dijo.
García Contreras advirtió que mientras no se regule y establezcan medidas y sanciones existirá la anarquía y cada quien hará lo que quiera en la ciudad.
Señaló que al parecer las autoridades solo están cobrando a gusto sus quincenas, ya que no se atiende una demanda ciudadana y mucho menos ejercen su responsabilidad de acuerdo a los reglamentos.
"Esto demuestra y confirma el vacío de la autoridad municipal y los ciudadanos tienen que acudir a la instancia judicial, cuando es un tema que debería discutirse en la primera instancia gubernamental que es el Cabildo, que es donde se deben tratar los temas centrales para el desarrollo, gobernabilidad y funcionalidad de la ciudad", expresó.
El también expresidente del Consejo Ecológico de Mazatlán, reconoció que esta problemática pudiera poner en riesgo grandes inversiones, sobre todo de desarrollo inmobiliario.
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