Mazatlán, Sinaloa.- Desde el corazón del puerto, empezando por el Centro Histórico o el Viejo Mazatlán, hasta la periferia de la mancha urbana, hay casas abandonadas y en ruinas, lotes baldíos sin aprovechar, que suman más de dos mil hectáreas que representan la cuarta parte de la ciudad.
Con el paso del tiempo, este fenómeno de despoblamiento paulatino del espacio ha provocado una expansión urbana desmedida con consecuencias negativas.
Su efecto va más allá del elevado gasto que significa llevar los servicios públicos a colonias alejadas del Centro de la ciudad, incluye mayores distancias de recorrido, más tiempo y gasto en transporte, embotellamientos en horas pico, riesgos de accidentes, inseguridad, entre muchas otras.
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Actualmente, tres de cada cuatro habitantes viven en la zona periférica de Mazatlán, mientras que el 75% de las fuentes de trabajo se encuentran en el Centro de la ciudad, y el 68% de las escuelas se ubican en la zona central.
Esto propicia que el 81% de la población laboral y escolar coincida a la misma hora para desplazarse a sus hogares, a la escuela o al trabajo, saturando la capacidad vial en ciertas horas del día.
Al aumentar el tráfico, se genera una demanda de espacio vial que supera la capacidad disponible de los cruceros y avenidas, provocando: incremento de tiempos en el recorrido, sobresaturación de vialidades y mayor número de accidentes.
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Esta historia se repite todos los días entre semana, principalmente en horas de entrada y salida de escuelas y centros de trabajo.
De ahí que el 35% de los viajes diarios se realicen en tres horas pico, y el 65% en las 21 horas restantes.
De acuerdo a estudios del Implan, la tendencia apunta al incremento de las horas pico en la ciudad.
ORÍGENES DEL PROBLEMA
Este problema se remonta a la década de los 60’s, cuando Mazatlán dejó de ser visto como un puerto de comercio marítimo para proyectarse como un destino de sol y playa.
Hasta entonces lo que hoy se conoce como Centro Histórico o Viejo Mazatlán, era toda la ciudad, donde se concentraban las actividades urbanas, sociales, económicas, recreativas, religiosas y culturales de la sociedad.
A partir de ahí, la ciudad empezó a ubicar territorios costeros para ejercer su actividad, generando el desbordamiento urbano, primero con la mira de ubicar zonas para hoteles para atraer un nuevo mercado turístico, y segundo, con la intención de una urbanización habitacional residencial.
Después vendrían las zonas de habitación para trabajadores, y mucho después la aparición de vivienda de interés social y popular, hasta llegar a los asentamientos irregulares en zonas de alto riesgo, como a orillas de esteros, arroyos y marisma.
INICIA EL DESPOBLAMIENTO
La oferta del mercado inmobiliario de viviendas “modernas”, el envejecimiento de la población y el arraigo que las generaciones de adultos mayores mostraron con su territorio, hizo que el Centro Histórico fuera perdiendo población ante los cambios generacionales.
De los 10 mil 560 inmuebles del Centro Histórico, el 21%, es decir, dos mil 253 se encuentran deshabitados, según el Programa de Repoblación del Plan Parcial del Centro Histórico de Mazatlán.
Esto es desde la avenida Gutiérrez Nájera hasta el canal de navegación, incluyendo todas las colonias que se ubican entre la avenida Gabriel Leyva y el Malecón, en sus tramos de Paseo Claussen, del Centenario y Olas Altas. Abarca viviendas del Centro y de las colonias Lázaro Cárdenas, Gabriel Leyva y faldas del cerro del Obispado.
Cálculos del Implan revelan que el Viejo Mazatlán, lo que hoy es el Centro Histórico, es habitado por 27 mil 800 personas, que significa el 6% de la población total de la ciudad.
De acuerdo al Plan Director de Desarrollo Urbano, en lo general, la ciudad de Mazatlán cuenta con siete mil 895 hectáreas, en cuya superficie hay 368 colonias y 70 nuevos asentamientos irregulares, donde viven en total 438 mil 434 habitantes.
De esta extensión, dos mil 92 hectáreas son baldíos e inmuebles abandonados con toda la infraestructura urbana y servicios.
Se calcula que son más de 22 mil casas abandonadas, desvalijadas y en malas condiciones, principalmente en colonias como Santa Fe, Santa Teresa y Urbi Villas.
Actualmente, se discute en el Congreso del Estado una propuesta para recuperar esas viviendas de Infonavit y reasignarlas a las familias que realmente lo necesitan, ya que el crecimiento demográfico genera una demanda de vivienda de tres mil casas en el puerto.
Aunque las nuevas políticas de desarrollo urbano obligan a los gobiernos a promover el crecimiento hacia adentro y en forma vertical, para aprovechar los huecos de las ciudades, en Mazatlán sigue el crecimiento hacia los lados: el pasado mes de octubre, el Cabildo de la anterior administración aprobó seis nuevos fraccionamientos en el puerto, uno al sur de la ciudad, en el ejido El Castillo, tres en la zona de Marina Mazatlán, otro en Cerritos y uno más en Real del Valle, propiciando así la expansión urbana y, con ello, sus consecuencias.
CIFRAS
2,092 hectáreas son terrenos y edificios desocupados.
22,000 VIVIENDAS abandonadas, desvalijadas y en malas condiciones se calcula hay en la ciudad.
2,253 inmuebles se encuentran deshabitados en el Centro Histórico.
DINÁMICA URBANA
3 de cada 4 habitantes viven en la zona periférica de Mazatlán.
75% de las fuentes de trabajo se encuentran en el Centro de la ciudad.
68% de las escuelas se ubican en la zona central.
POR BALDÍOS Y CASAS DESHABITADAS
Una cuarta parte de la ciudad urbanizada está desaprovechada.
ZONA CENTRO
168 escuelas
29 unidades de salud
2 unidades administrativas
13,324 unidades económicas con empleo
ZONA PERIFÉRICA
79 escuelas
5 unidades de salud
0 unidades administrativas
4,458 unidades económicas con empleo
EFECTOS DE LA EXPANSIÓN URBANA
-Menos habitantes aprovechando cada hectárea urbanizada
-Mayor costo para llevar servicios públicos a la periferia
-Mayores distancias de recorrido
-Más tiempo y más gasto en transporte
-Embotellamientos en horas pico en cruceros y vialidades principales
FUENTE: IMPLAN