Culiacán, Sin.- Ese viernes por la noche Fernando ingresó a su turno como lo viene haciendo en el mes y medio que tiene en los servicios en ambulancia, ahí el operador de la ambulancia que le había sido asignada señala que la camilla está en el hospital que deben ir por ella.
La primera vuelta la dan a las once de la noche, y casi a las dos que van por segunda ocasión ya se encontraba desocupada, entonces la toman y se regresan a la base.
De regreso el operador lo cuestiona sobre si en algún momento le ha tocado atender a alguien por heridas de arma de fuego, a lo que responde que no, que gracias a Dios nunca le ha tocado un paciente con esas características
Y le dice que ojalá algún día le toque un servicio así, a lo que él responde que no espera que esa noche le toque.
Al llegar a la base les informan por el radio que su unidad debía dirigirse a un poblado de la zona sur de la ciudad donde se reportaba un herido por arma de fuego, en eso Fernando se sentía bien, pues era el primer servicio de la noche y aunado a eso, su primer de ese tipo
Ya con la ambulancia en movimiento, Fernando se pone los guantes y se prepara, tanto psicológicamente por lo que podría encontrarse en la escena.
EL ARRIBO
Al llegar a la carretera ya fuera de la ciudad no lograban localizar el sitio que se les había informado, despacio la ambulancia se abría paso entre las calles del poblado, cuando a lo lejos observaron unas torretas de patrullas, habían ubicado el sitio.
A los pocos minutos ya se encontraban en la escena, la cual previamente había sido acordonado por los policías municipales.
Al arribar al sitio Fernando se confundió un poco ya que él imaginaba ver casquillos regados por el piso, sin embargo, en este caso no los había, la información dada había sido incorrecta, se encontraban ante un herido por arma blanca.
Al ingresar al domicilio una casa pequeña hecha de lámina y una habitación pequeña de ladrillos, un policía los dirigió por un pequeño pasillo donde al fondo se encontraron la escena.
Un hombre de edad madura yacía sobre un charco de sangre, al verlo Fernando le dijo a su tutor “ya está muerto”, sin embargo, este se aproximó para tomar signos vitales y hacer una valoración.
MANIOBRAS
El hombre estaba respirando, aún había esperanza de vida, Fernando se dirigió a la ambulancia para bajar la camilla y poder trasladar al paciente al hospital más cercano en la ciudad.
Al estar maniobrando con el paciente al interior de una de las habitaciones los paramédicos escucharon un ruido, mismo que entre la adrenalina del suceso los asustó y salieron en busca de un policía, mismo que les informó se trataba de uno de sus compañeros haciendo indagaciones.
Después del ligero susto los paramédicos prosiguieron con las atenciones, para proceder al traslado del herido.
EL TRASLADO
De camino al nosocomio mientras el tutor de Fernando trataba las perforaciones por la entrada y salida del arma blanca, el joven aprendiz trabajaba la vía aérea, poniendo una cánula para apoyar a mantener las respiraciones al paciente.
Tras dar ventilación el tutor señaló a Fernando revisara fracturas en la cabeza, misma que tenía llena de sangre y casi destruida.
En menos de 15 minutos la ambulancia se encontraba arribando al Urgencias del Seguro, donde los médicos dieron prioridad a su caso y lo pasaron para brindar las atenciones; fue más de una hora en la que los paramédicos apoyaron al personal del nosocomio para poder salvar esa vida.
Ya en la base prosiguieron a limpiar la unidad, ya que, la camilla, así como otros instrumentos de trabajo se encontraban con restos de sangre.
Al poco tiempo de estar de vuelta a la base Fernando se enteró por otro compañero que el hombre que recién habían dejado en manos de personal médico había fallecido; sin embargo, pensó, eso no había quedado en ellos, habían hecho todo lo posible por salvarle la vida.
PERFIL
Fernando Gaspar ingresó cuando tenía 12 años en el 2010, al área de Juventud en Cruz Roja, y actualmente se encuentra haciendo su Servicio de Ambulancia para graduarse como Técnico en Urgencias Médicas en diciembre próximo.
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