Crónicas de Ambulancia: Esa pudo ser mi hija…

Tantos servicios de emergencia en la vida de un paramédico hace que se vayan olvidando o normalizando, pero cuando toca fibras sensible se queda grabado para siempre

Jesús Verdugo I El Sol de Sinaloa

  · sábado 23 de noviembre de 2019

Aquél día fue todo muy rápido recuerda María Magdalena, una vida perdida.. Foto: Jesús Verdugo I El Sol de Sinaloa

CULIACÁN.- María Magdalena soñó con convertirse en paramédico y luchó hasta conseguirlo hace 14 años. Tantos años de servicio la llenaron de memorias e historias. Unas de victoria y otras de nostalgia pero todas atesoradas en su bagaje de paramédico.

Su memoria recorre el listado de años para buscar una historia digna de contar y como un alfiler llega una, la de aquella tarde calurosa donde les llegó el aviso de un aparatoso accidente automovilístico, con una diferencia al resto, claro. Se toca las manos entre si y su mirada se va unos años atrás, al recuerdo.

Nos avisaron de un accidente para el norte de la ciudad; un accidente y ya. Nos vamos en la ambulancia preparados para los posibles escenarios, ya sabíamos cómo era eso, pues. Llegamos a la curva que nos indicaron en cuestión de minutos. Al fondo de un pequeño barranco había un auto volcado, normal todavía para nosotros.

PASEO

Al leer el accidente supe que había ocurrido: unos chicos se fueron de "pinta" de su prepa, salieron en coche por ahí, a disfrutar como cualquier otro joven que se escapa de la escuela. Cuatro chicos y una jovencita, ella iba asomada por el quema cocos, brazos en alto disfrutando el viento. En la cerrada curva el auto perdió el control y dio varias vueltas por la carretera hasta llegar al barranco.

Como era de esperarse la jovencita sufrió todo el impacto pues no salió despedida del auto, sino continuó en él hasta que paró, muerte por aplastamiento. Solo ella, los cuatro jóvenes aunque heridos estaban estables. Logramos sacarlos y realizar el traslado, a ella la dejamos ahí, no nos compete trasladar en esos casos.

Cuando voy de regreso a la estación siento una punzada de ansiedad y a mí cabeza llega mi hija; edad y aspecto parecido. Ella estaba estudiando lejos de Culiacán, turismo. Y el sentimiento de madre es pensar mil cosas trágicas en estos casos. Uno piensa que está segura en la escuela, pero así como esa muchachita que salió a divertirse mientras sus padres confiaban en que estaría en un aula, mi hija puede pasar por algo similar.

La ansiedad me va comiendo en el trayecto a la estación y cuando ya estoy fuera de la ambulancia es que puedo llamarla; le pregunté que si como estaba, le cuento lo ocurrido y con la facilidad de los jóvenes para demeritar una posible tragedia se ríe y me dice que no pasa nada, que ella nunca se va de pinta.

Esas mentiras piadosas que una como madre tiene que creer, por salud mental podría decirse. Aún así, el fantasma de aquella muchacha bajo el automóvil siguió en mi mente clavada junto a la cruel posibilidad de que pudo ser mi hija.

SUCESO

Un paseo de jóvenes que se fueron de "pinta" de su preparatoria termina en fatal accidente de auto.

SU MENTE

Joven mujer salió a divertirse mientras sus padres confiaban en que estaría en un aula de clases, mi hija puede pasar por algo similar.


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Marisol. Aquel día, todo fue muy rápido, entre personas fracturadas y una vida perdida. Fotos: Jesús Verdugo|El Sol de Sinaloa

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