Culiacán, Sin.- Pasaba de la media noche de ese nuevo jueves, guardia famosa por su gran actividad de media semana. Diana estaba con su compañero de mil batallas y se preparaban para la madrugada insomne que les esperaba.
La información decía que: un par de neonatos en la sindicatura de Costa Rica estaban internados en el hospital y necesitan un traslado y atención urgentes. Diana salió disparada junto a su equipo u en menos de media hora estaban allá.
Hace un año la vida en Culiacán era diferente, la sombra de una pandemia global era impensable y el ritmo era normal en los hospitales. Diana iba preocupada por los que significa atender a pacientes pediátricos y más recién nacidos, pensaba en la gravedad del asunto y porqué el hospital de esa sindicatura no podía resolverlo.
Al llegar al nosocomio fueron recibidos por un médico que les informó los hechos: dos niñas nacidas en el baño y estando expuestas en el sanitario del domicilio por unos minutos, además de ser un parto prematuro, fueron expuestas a bacterias del baño y su estado era crítico.
Diana entró en un lapso de conflicto: ¿Por qué nacería el par de gemelos en una taza del baño? Rápidamente despejó su mente y tras el triage del médico tomaron a la bebé de menor peso y mayor necesidad de atención.
Salió rumbo al hospital de la mujer en Culiacán, y sabía que el tiempo jugaba en su contra. Diana estuvo detrás de la ambulancia junto a otro paramédico para asegurarse de que la menor continuara con vida. El trayecto de media hora se redujo a menos de 20 minutos.
Una proeza manejar en la madrugada a la velocidad máxima permitida por Cruz Roja y continuar con la menor en la lucha. Diana estaba en un estado de alerta donde no alcanzaba a comprender el trabajo que estaban realizando.
Llegaron. Unos minutos después de bajar la incubadora en la sala de urgencias, la menor entró en paro. Médicos y paramédicos lucharon contra las posibilidades y lograron estabilizarla. Diana dejó el hospital para regresar a la estación.
Casi al mismo tiempo llegó otra unidad con el segundo gemelo. En igual o peor condición que el anterior. La socorrista sintió un bajón físico y mental por todo el esfuerzo que había realizado, y aunque entregó con vida a su paciente, algo le decía que no había acabado aún.
Tras lágrimas y llanto de desahogo, Diana regresó a su guardia y lista para el siguiente reto. Días después, supo por personal del hospital de la mujer sobre el caso de las dos gemelas de Costa Rica; murieron, ambas, en el hospital.
Algo dentro de Diana se quebró, quizás su corazón, o su voluntad. Sus preguntas la abrumaron, la atacó la estampa que imaginó de esas dos niñas nacidas en un sanitario ajenas a que su vida duraría unas horas apenas.
Los servicios después de ese no fueron igual, el peso de esa trágica historia con todas sus circunstancias inexplicables la siguen cargando de miedo. Ha tenido partos exitosos, pero el recuerdo de las gemelas de Costa Rica aparece cuando la chicharra del servicio suena en la madrugada.
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ESTADO CRÍTICO
Debido al estado de prematurez en que nacieron, las pequeñas gemelas murieron al poco tiempo en el hospital.
MEMORIA DE SERVICIO
Para Diana, éste fue uno de los servicios que la han marcado como persona y como paramédica de Cruz Roja.
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